Monseñor Miroslav Adamczyk presidió la misa de la última jornada del triduo de pontificales y destacó la fe, esperanza y amor a Cristo que movilizó a los miles de peregrinos para sumarse a esa fiesta.
El nuncio animó al pueblo salteño a continuar con la tradición del Cristo del Milagro El nuncio apostólico en la Fiesta del Milagro en Salta
El nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk, presidió este viernes 15 la misa estacional de la última jornada del triduo de pontificales de la Fiesta del Milagro, realizada en el atrio de la catedral basílica, durante la que animó al pueblo salteño a continuar con “la tradición” del Cristo y la Virgen del Milagro.
En efecto, miles de peregrinos llegaron a la capital provincial para participar de esta celebración religiosa popular, con el lema «Milagro, camino que renueva nuestra fe y nuestro bautismo».
La Eucaristía fue concelebrada por el arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello; el obispo de Jujuy, monseñor Daniel Fernández; el obispo prelado de Cafayate, monseñor Darío Quintana OAR; y el obispo emérito de Venado Tuerto, monseñor Gustavo Help. Participaron además el gobernador salteño, Gustavo Sáenz, y otras autoridades provinciales y municipales.
En la homilía, monseñor Adamczyk destacó que la fe, la esperanza y el amor fue lo que movilizó a tantos peregrinos a llegar a Salta para venerar a las imágenes sagradas.
“Nuestra presencia quiere decir que creemos en Jesucristo, único Hijo de Dios Padre; con nuestra presencia queremos decir que Él es nuestro Señor y Salvador”, aseguró.
“Hoy día veneramos la cruz del Cristo del Milagro, pero el Cristo crucificado no es solo símbolo de sufrimiento. Ante todo, es símbolo de la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte. La cruz de Cristo es un símbolo de la resurrección y de la esperanza cristiana”, recordó, y agregó: “En Cristo, tenemos una fuerte esperanza que jamás será defraudada”.
El nuncio transmitió sus mejores augurios al pueblo salteño, y lo animó a tener una fe fuerte en Dios y a continuar “la tradición del Cristo del Milagro y su Madre”.
“Que la Madre de Dios les obtenga a todos ustedes, de su Hijo Jesucristo, muchos milagros, grandes y pequeños, que necesitan para sus vidas”, deseó.
“Queridos peregrinos, hemos venido aquí, con nuestras alegrías, con nuestros éxitos, también con nuestros dolores y problemas; todos con muchas intenciones que queremos pedirle a Dios. Hagámoslo, en nombre de Dios”, concluyó.
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