Tras la abdicación de su padre, el nuevo monarca heredó los objetos sagrados que le confieren legitimidad en el cargo.
“Tendré en mente el camino recorrido por emperadores pasados”, señaló y se comprometió a “estar siempre” junto al pueblo de Japón.
El nuevo emperador de Japón, Naruhito, ascendió formalmente el miércoles al Trono del Crisantemo, en una solemne ceremonia realizada un día después de la abdicación de su padre, la primera en dos siglos.
Naruhito había sido oficialmente el emperador desde el primer minuto del día, pero este miércoles heredó los objetos sagrados que confieren legitimidad al monarca japonés.
La ceremonia tuvo lugar en el primer día de la nueva era imperial, la era Reiwa («Bella armonía»), que se extenderá por todo el reinado de Naruhito.
En el Salón del Pino, en el Palacio Imperial japonés, Naruhito, de 59 años, fue presentado a los objetos sagrados que su padre Akihito dejó en la jornada anterior, incluyendo una espada y una joya, así como un sello real.
Ya como el 126º emperador, Naruhito se comprometió a estar siempre junto al pueblo de su país, y formuló un llamado a la paz mundial en su primer discurso desde su ascenso al Trono del Crisantemo.
«Juro actuar de acuerdo con la Constitución… y orientar siempre mis pensamientos hacia el pueblo, y estar junto a él», afirmó.
En su mensaje, el nuevo emperador dijo que buscará seguir el camino seguido por su padre, el popular emperador Akihito, quien es considerado el primero en tratar de aproximar la familia real a los ciudadanos japoneses, especialmente durante desastres naturales.
«Cuando pienso en las importantes responsabilidades que he asumido, me siento pleno de un sentimiento solemne», aseguró.
Además, Naruhito prometio «tener en mente el camino recorrido por emperadores pasados», y dijo estar empeñado en mejorar constantemente.
El nuevo emperador recibirá el saludo de los primeros jefes de Estado extranjeros a fines del mes de mayo, incluyendo al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Educado en Oxford, Naruhito tiene por delante la difícil tarea de continuar el legado de su padre y al mismo tiempo aproximar la corona japonesa de la población, sin renunciar a las centenarias tradiciones ligadas al Trono del Crisantemo.
Fuente: AFP
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