Este viernes dirigentes K locales cargaron contra el ministro de seguridad de la provincia para responsabilizarlo por el ingreso de militantes a pesar de que fueron llevados por una diputada nacional de su espacio.
Una funcionaria nacional de tercer orden, una diputada nacional y un director del Enacom, entre otros, salieron este viernes con los tapones de punta intentando despegar al presidente Alberto Fernández del escándalo que generó el ingreso de militantes kirchneristas al área del Monumento a Güemes para vivar al mandatario nacional rompiendo todas las medidas de seguridad sanitarias y protocolos.
Juan Manuel Pulleiro, ministro de Seguridad de la provincia dijo este jueves que la orden de dejar pasar a un enorme grupo de militantes kirchneristas hacia el lugar donde se realizaba la Guardia de las Estrellas en homenaje al General Güemes, fue de la Casa Militar, encargada del operativo de seguridad durante la estadía del presidente en Salta y que la Policía de Salta se subordina a las órdenes que se imparten desde la seguridad presidencial. También dijo que la orden de dejar pasar a los militantes provino del propio presidente que quería saludar a los militantes.
Ante estas declaraciones el kirchnerismo salteño salió con los tapones de punta contra el funcionario provincial tratando de responsabilizarlo a pesar de que una diputada nacional K de Salta, Veronica Caliva, aceptó públicamente ser la responsable de organizar la movilización rompiendo todas las medidas de seguridad y protocolos.
La primera en tratar de despegar a Alberto Fernández del escándalo fue subsecretaria de Política de inclusión del Ministerio de Trabajo de la Nación, Pamela Ares, la que durante la estadía del presidente en Salta no se despegó de el y pareció ser una sombra del mandatario sin que nadie sepa quién es ni que hacía colgada del saco presidencial. Se trataba claro, de un lamentable intento de que la funcionaria nacional de origen pampeano, radicada en Salta, cobre notoriedad ya que es la candidata del kirchnerismo a senadora provincial por la Capital. El nivel de desconocimiento de Ares en la población preocupa a los sectores K y de ahí que se intentó que tenga alguna visibilidad colgada del saco del presidente a toda hora, en una lamentable muestra de debilidad política.
También el esposo de Ares y director del Enacom, Gonzalo Quilodrán, salió a tratar de despegar al presidente del escándalo con el mismo argumento de que el mandatario no dio la orden de dejar pasar a los militantes e intentando cargar la responsabilidad de la situación en las autoridades provinciales.
Pero dejándolos malparados, la diputada nacional kirchnerista de Salta, Verónica Caliva los dejó mal parados al asumir que fue ella la organizadora de movilizar los militantes para “expresarle al presidente Alberto Fernández que están de acuerdo con sus política y agradecerle por lo que viene haciendo”, para lo que hubiera bastado una nota con la firma de todos los movilizados y no romper los protocolos de seguridad ni exponer a contagios a una enorme cantidad de gente.
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