Dejó al menos 10 muertos y sembró la destrucción en islas del Caribe. Unos 31.000 pobladores abandonaron los cayos de Florida. Y 150.000 deberán irse de Miami Beach.
Henry Briceño busca desesperado una estación de servicio donde cargar nafta y las mejores alternativas para esquivar las masas de automóviles que ya atestan las autopistas de Florida. Evaluó cada detalle y no lo pensó más: decidió escapar con su familia de la furia del huracán Irma que ya arrasó varias islas antillanas del Caribe, amenaza con causar inminentes estragos en otras y obligó a que las autoridades ordenaran la evacuación inmediata de varias zonas en riesgo de la populosa Miami.
Briceño sabe de lo que habla y lo que se viene: es un experto en estudios ambientales de la Universidad Internacional de Florida y advierte a Clarín por teléfono, desde un alto en el camino: “Yo he vivido varios huracanes en el sur de la Florida, pero esto realmente se sale de escala. Quedarme en Miami era un riesgo para mí y para mi familia”.
Explica que “ya se sabe que el ojo del huracán es de 70 kilómetros, lo que quiere decir que virtualmente ocuparía toda la zona de Miami y las poblaciones aledañas. Por lo tanto, la ciudad estará sometida a vientos huracanados de más de 290 kilómetros por hora y por ráfagas aún mayores. Esto implica que no hay estructura que lo soporte sin sufrir daños mayores. Si Irma golpea como los modelos pronostican, la destrucción será enorme. A comparación, Andrews será un juego de niños”. Ese huracán, en 1992, mató a 65 personas en Miami.
Las alarmas están encendidas en Estados Unidos porque ya se sabe de la violencia inédita de Irma. Esta noche avanzaba sobre la República Dominicana, Haití, Cuba y Bahamas, tras haber dejado al menos 10 muertos y una enorme destrucción en su recorrido por el Caribe. Este huracán de categoría 5 –la máxima de la escala- con vientos constantes de casi 300 kilómetros por hora, dejó al menos 10 muertos en la isla francoholandesa de Saint Martin, un paraíso turístico de 700.000 habitantes. El 60% de las viviendas quedó inhabitable. En esa isla, varios testigos hablaban de un “paisaje apocalíptico”. “Es casi como estar en un país en guerra”, afirmó una periodista local, Maeva Myriam Ponet.
En la vecina Saint Barthélemy, una isla francesa de 10.000 habitantes, hubo enormes daños, pero hasta ahora no se reportaron víctimas mortales. La isla de Barbuda, de 1.600 almas, quedó “totalmente devastada”, según dijo su primer ministro Gaston Browne. Se reportaron 3 muertos más en las islas de Saint Thomas y Saint John.
El huracán ya afectó a cerca de 1,2 millones de personas, una cifra que podría alcanzar los 26 millones, según la Cruz Roja. En Anguila y las Islas Vírgenes británicas, Irma causó también “daños catastróficos”, indicó el ministro de Relaciones Exteriores de Reino Unido, Boris Johnson. Aunque finalmente Irma el huracán no tocó tierra en San Juan, la capital de Puerto Rico, esta isla (estado asociado de EEUU) sufrió fuertes lluvias y vientos que dejaron a un millón de personas sin luz.
Irma avanzaba esta noche rumbo a República Dominicana, donde se ordenaron las primeras evacuaciones aunque es posible que el ojo del huracán no alcance la isla, según la oficina nacional de meteorología. Cuba ya estaba en estado de alerta, y se estima que entre el sábado y el domingo podría llegar a las costas de Florida.
El director de la Agencia de Gestión de Emergencias (FEMA), Brock Long, advirtió que “la mayor parte de la gente a lo largo de la costa (estadounidense) nunca ha experimentado un huracán como éste. Será realmente devastador” Las autoridades de Florida, que tiene más de 20 millones de habitantes, ordenaron ayer la evacuación de cientos de miles de personas en zonas costeras, consideradas las más peligrosas, en lo que podría ser el éxodo más grande de la historia en EE.UU. “Miren el tamaño de esta tormenta. Es enorme. Es más ancha que todo nuestro estado”, advirtió el gobernador Rick Scott ayer y explicó que Irma puede desencadenar olas de unos tres metros, capaces de alcanzar los techos de muchas casas. “Estén preparados para evacuar”, advirtió. “No podemos salvarles una vez que haya comenzado la tormenta”. También el presidente Donald Trump exhortó a los estadounidenses a “tener cuidado y ponerse a salvo”.
Daños. Una imagen de la devastación en el barrio de La Ciénaga mientras se aproximaba el huracán Irma en República Dominicana (AFP).
Unas 31.000 personas ya se han ido de los cayos de Florida (donde se espera que impacte primero mañana sábado) y decenas de miles se iban de las zonas de riesgo. Unas 150.000 personas en Miami Beach y otras pequeñas islas frente a Miami también deberán abandonar sus casas. En el condado de Miami-Dade, donde viven unas 2,7 millones de personas, aquellos ubicados en zonas costeras cerca del Atlántico, que incluye Miami Beach, fueron obligados a evacuar. La orden también incluye Bay Harbour Islands, Golden Beach, Indian Creek Village, North Bay Village. Sunne Isles Beach y Surfside. Hoy comienzan a evacuar las zonas costeras del Downtown de Miami, un barrio lleno de oficinas y comercio. “Váyanse ahora. Las carreteras se van a poner peor mientras más esperen”, dijo Scott.
El gobernador de Georgia, que limita con Florida, emitió también ayer una orden de evacuación obligatoria a partir del sábado en la costa atlántica del estado en previsión de la llegada del huracán Irma. La orden incluye a la ciudad de Savannah.
Los que se quedaban en sus casas de Miami se abastecían de alimentos, agua, linternas y pilas. Tapiaban sus ventanas y ataban los objetos que podían volar. Los que se iban abarrotaban las autopistas, que liberaron los peajes. Briceño intentaba ayer seguir con su esposa su camino hacia el norte para escapar de Irma, pero el desafío era encontrar estaciones de servicio abiertas. Viajaba en caravana con dos primos y sus familias. Llevaban víveres en el auto porque sabían que los lugares para comer iban a estar colapsados. Dejaron todo en su casa, pero se llevaron los documentos importantes: pasaportes, títulos de propiedad, valores. Aunque se sienten aliviados de saberse fuera del alcance de la furia de Irma, saben que quizás no puedan volver por varias semanas.
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