Política

El Congreso que vieneEl Frente de Todos sigue como primera minoría en Diputados, pero Cambiemos se acerca y deberán negociar

Desde diciembre, el oficialismo tendrá sólo dos bancas de ventaja, tres menos que ahora. Lejos del quórum propio, será clave la búsqueda de alianzas para la aprobación de las leyes.

El kirchnerismo fracasó en su intento de revertir el resultado desfavorable en las primarias para el Senado en Chubut, La Pampa y Santa Fe, la esperanza que tenía para impedir que Cristina sufra un duro tropiezo en su bastión. Con los cómputos provisorios, esos distritos los gana Juntos por el Cambio y el bloque oficialista perderá en diciembre la mayoría propia en la estratégica Cámara alta.

En cambio, en la puja por los diputados el Frente de Todos hizo control de daños, y aunque cedió dos bancas, según el escrutinio provisorio mantendría su condición de primera minoría. Pero desde diciembre el interbloque de Juntos por el Cambio lo acechará de más cerca, al haber sumado una banca. Hasta ahora el FdT tiene 120 y JxC 115.

En realidad, la coalición opositora ganó ampliamente la puja por la Cámara baja. Sin embargo, como JxC renovaba 60 bancas, contra las 52 que puso en juego el oficialismo por la buena elección de 2017, la suma no le alcanzaba para el “sorpasso”. Quedarían desde diciembre 118 para el Frente de Todos y 116 para la coalición opositora. 

Así y todo, habrá en esa Cámara -que seguramente seguirá presidiendo Sergio Massa- un virtual empate neutralizador del quórum que se forma con 129. Ambas bancadas necesitarán tejer ingeniosas alianzas para garantizarlo. Con un dato más: el presidente presta quórum, pero no vota salvo cuando se requieren mayorías  especiales, por lo que la distancia de oficialismo y oposición es aún más exigua.   

Es así que las terceras vías, aún sin haber obtenido resultados notables, se erigirán en árbitros. Del lado de los más dialoguistas con el kirchnerismo estarán los provinciales que son gobierno: el Frente para la Concordia de Misiones (2 bancas), Juntos Somos Río Negro (también dos) y el Movimiento Popular Neuquino (una).

Con perfil opositor, pero no tan duro como el de Cambiemos, se alinean los peronistas federales. Entre ellos el trío de Juan Schiaretti. El cordobesista sufrió un golpazo al perder a manos de la lista de Luis Juez una de las tres bancas que arriesgaba.

En Córdoba, Juntos por el Cambio -que para diputados encabezó el joven radical Rodrigo de Loredo- volvió a dar el campanazo, obteniendo seis diputados, uno más de los que renovaba y ratificando el inoxidable antikirchnerismo de la provincia, donde los K apenas pudieron reafirmar la única banca que puso en juego.

El peronismo de la Docta tiene de socio a dos lavagnistas y podría acoplar al peronismo anti K que debutó en Santa Cruz, más el socialismo (mantendrá dos) que ya es aliado. Mientras Florencio Randazzo espera que el escrutinio definitivo lo habilite a entrar (saldría uno de los tres de Espert) si araña el número mágico: 3% del padrón bonaerense.

Una incógnita asoma en el horizonte del mayor recinto del Congreso. Qué estrategia adoptarán los ultraliberales que debutan de la mano de Javier Milei (por Capital) y José Luis Espert (con sorpresivo tercer puesto en provincia de Buenos Aires). Primero tendrán que definir si arman un bloque unificado y después demostrar qué relaciones piensan mantener con el Gobierno así como con el resto de la oposición.

Del Frente de Izquierda, entonado con sus desempeños en Capital y Jujuy, se sabe que corre siempre por su propio carril, atendiendo más al perfil de su ideología trotskista que a los debates de fondo de la clase política.

Con este telón de fondo, el Gobierno deberá decidir en qué marco hará su remanido y nunca concretado llamado al diálogo, que tras la derrota de ayer -ya lo anticipó este cronista- obedecerá ahora menos a la voluntad de Alberto que una necesidad para afrontar la galopante crisis.

En la Cámara alta, el Frente de Todos renovaba 15 bancas y consigue 9. Cinco las pierde a manos de Juntos por el Cambio y la restante con el peronismo cordobés. Así, pasa de 41 a 35 bancas, dos menos de las necesarias para el quórum. En tanto que la principal coalición opositora, que ponía en juego 9 bancas, obtiene 14 y entre propios y aliados sumará 33. Habrá cuatro en la avenida del medio.

De confirmarse la tendencia, será la primera vez desde 1983 que el peronismo necesite de aliados externos para armar el quórum que se requiere para garantizar las sesiones y la aprobación de las leyes que envíe el Ejecutivo.

Sólo en la primera votación de 2010 Carlos Menem le había facilitado su voto al llamado Grupo A del elenco antikirchnerista para que se alce con las presidencias de las comisiones más importantes. Fue tras la derrota K en las legislativas del año anterior.

Deberá negociar con eventuales aliados. como el ex gobernador rionegrino Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro) y la misionera Magdalena Solari Quintana (Frente de la Concordia. Tambén habrá que observar qué actitud adoptan las independientes Alejandra Vigo (peronismo cordobés) y Lucila Crexell (Movimiento Neuquino, ex aliada de JxC), que en principio tienen un perfil opositor.

El treintañero Ignacio Torres fue la revelación de la elección chubutense. El diputado macrista hará dupla con Edith Terenzi, también del PRO. Mientras que el ex intendente de Comodoro Rivadavia, Carlos Linares ocupará uno de los tres lugares que hasta ahora tiene el kirchnerismo.

El ministro de Gobierno, Daniel Bensusan, es el único que recalará en el Senado por el peronismo pampeano, y queda fuera la camporista María Luz Alonso, secretaria administrativa del cuerpo que maneja Cristina. Juntos por el Cambio colará así un dueto mixto: el diputado radical Daniel Kroneberger y la macrista María Victoria Huala.

En Santa Fe, donde el gobernador Omar Perotti iba de suplente, el Frente de Todos consiguió apenas ubicar al periodista deportivo Marcelo Lewandowski, por lo que otra camporista, María de los Angeles Sacnun, dejará su banca. Otra figura de la prensa, Carolina Losada, de la UCR, se llevó las palmas, en tándem con Dionisio Scarpín, el intendente de Avellaneda que en 2020 se puso a la cabeza de la resistencia por Vicentín.

En Córdoba, Luis Juez (Frente Cívico) y la macrista Carmen Alvarez por la mayoría y Alejandra Vigo, esposa del gobernador Juan Schiaretti, por la minoría. Termina su mandato el albertista Carlos Caserio, al quedar tercero.

En Mendoza, Alfredo Cornejo, jefe nacional de la UCR, pasa de la Cámara baja a la alta, acompañado por la ex ministra radical Mariana Juri. Por el kirchnerismo reelige la única camporista, Anabel Fernández Sagasti.

Por Corrientes, Juntos por el Cambio le arrebata un senador al Frente de Todos, que sólo consiguió mantener en pie al ex olímpico Carlos «Camau» Espínola, pero no puede repetir la cristinista Ana Almirón. El gobernador radical Gustavo Valdés impuso a sus correligionarios Eduardo «Peteco» Vischi, ex intendente de Paso de los Libres, y Mercedes Valenzuela.

Por su lado, el ahora jefe de Gabinete, Juan Manzur, respiró aliviado en Tucumán, al mantener la dos bancas de mayoría -ya sin José Alperovich, que espera ser juzgado por abuso y violación-, a las que irán los diputados Pablo Yedlin y Sandra Mendoza.

Juntos por el Cambio consagra al intendente de la capital, Germán Alfaro, quien podría terminar siendo candidato testimonial, dejando que jure su segunda, nada menos que su esposa, Betty Avila, por ahora diputada independiente.

La otra provincia en manos del oficialismo que se salvó de la caída generalizada fue Catamarca, donde la ex gobernadora Lucía Corpacci ganó en tándem con Guillermo Andrada. En tanto que el rector de la universidad local, Flavio Fama reemplaza a otro radical, Oscar Castillo, por la minoría.

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