Con una suelta de globos negros en la Plaza 9 de Julio, Ana recordará a su hija pidiendo el avance de la causa que aún no tiene fecha para el inicio de juicio, detenidos ni imputados.
La recuerda todos los días. Se emociona cada vez que pronuncia el nombre de su hija a quien asesinaron hace seis años, el mismo tiempo que su mamá, Ana, clama por la celeridad de jueces y fiscales en una causa donde no hay detenidos, imputados y que aún no tiene fecha para ser elevada a juicio. Con una suelta de globos negros, para representar la oscuridad de la justicia, otros tantos blancos acompañados por las luces de las velas que encenderán esta tarde, la Comisión de Familiares marchará por la impunidad del crimen de Cintia Fernández.
Habla de su hija en tiempo presente porque para ella “Cintia sigue estando aquí, no se fue y espera que se haga justicia”, dice a LA GACETA una de las referentes de la Comisión que lleva 323 viernes marchando alrededor de la Plaza 9 de Julio. Pero hoy no es un día más. Los sentimientos se mezclan: dolor, impotencia y fortaleza para seguir peleando. Ana dice que su lucha no es fácil porque “hace seis años que me enfrenté a un gran poder”. Denuncia la convivencia de la Policía y la Justicia para no esclarecer el caso de su hija.
“Las leyes son letras muertas, a mí no me van a arrodillar en este pedido de justicia”, sostiene mientras toca un prendedor que ilustra una de las últimas fotos de Cintia. Carga contra el gobernador, Juan Manuel Urtubey, a quien acusa de ser “el abanderado de las corporaciones”. Afirma una y otra vez que no tiene miedo, se siente fortalecida por el apoyo de las demás familias que integran la Comisión y la sociedad.
Desde antes de fundar la Comisión lleva el pedido de justicia a uno de los centros neurálgicos de la ciudad con pancartas, cánticos y mensajes claros. “La Comisión comenzó con cuatro casos y hoy somos más de 200 familias que pedimos justicia para que nuestros casos no queden impunes”, recuerda.
La causa cambió de juez. Actualmente tiene más de 30 cuerpos y está en manos de Guillermo Pereyra. Y la paciencia se le agota a Ana. “En diciembre nos dijo a mí y mis abogados que era inminente iniciar el procesamiento para después llevarla a juicio, pero seguimos esperando. Le dimos plazo hasta julio sino vamos a sacar el caso de Cintia de la Corte de Justicia salteña y lo vamos a llevar a la Corte Suprema de Justicia de la Nación”, anticipa Ana Fernández.
En el pedido de justicia por Cintia, se sumaron cientos de casos. Y hoy es un día especial “para homenajear a un gran amigo, un papá que se fue de este mundo hace tres años queriendo saber dónde está su hija, María Cash”, dice y recuerda a Federico, un buscador incansable.
¿Quién era Cintia Fernández?
Cintia Fernández, Jimena Salas y Daniela Guantay, tres crímenes en busca de la verdad
Son cientos de casos los que se sumaron en seis años a la Comisión de Familiares contra la Impunidad. Ana compara el caso de su hija con dos crímenes recientes que conmocionan a Salta. El pedido es el mismo: justicia.
Enfrentó al fiscal Pablo Paz, a cargo del asesinato en Vaqueros. “Lo único que le pido es que no mande a detener a algún perejil, que se sepa la verdad”, cuenta sobre el caso que ayer cumplió 90 días de incertidumbre. “Es lo mismo que pasa con Daniela Guantay. La mamá de la chica denunció que la Policía no le quiso tomar la denuncia por la desaparición hasta tres días después; la encontraron muerta y no hay detenidos ni imputados”, reclama.
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