El plantel celebró dentro del campo de juego apenas se concretó la clasificación, pero lo más exacerbado llegó en el vestuario
El árbitro brasileño Anderson Daronco todavía no había pitado el final. Faltaban algunos segundos para que se decrete el cierre del compromiso. Poco le importó al plantel de la selección argentina: parados al borde de la línea de cal, comenzaron el festejo, según informó Infobae.
El contundente triunfo 3-1 sobre Ecuador en la altura de Quito le dio al combinado que dirige Jorge Sampaoli el boleto directo al Mundial de Rusia 2018. Eso generó la euforia absoluta de los integrantes de la delegación viajó a disputar la última fecha.
Primero fueron los suplentes junto con los integrantes del cuerpo técnico los que empezaron a cantar todos abrazados en las afueras del terreno de juego del Estadio Atahualpa.
Cuando el juez decretó el final del compromiso y la consecuente clasificación, fue Lionel Messi el que encabezó la delirante celebración. Eso sí: un cronista lo persiguió para hablar dentro del campo de juego, pero la Pulga respetó a rajatabla la veda.
Una vez en el vestuario, el defensor Nicolás Otamendi reflejó en su cuenta de Instagram la locura que se vivió en el vestuario. La Pulga fue uno de los más alocados, subido a los bancos y arengando a sus compañeros. Allí, hubo cánticos fuertes contra la prensa.
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