TabaquismoEl 40% de los fumadores modificó sus hábitos por la suba en los cigarrillos

Lo revela una encuesta realizada por la Fundación Interamericana del Corazón Argentina

Que los cigarrillos cuesten más caros es una de las medidas más eficaces para reducir su consumo, sostiene la evidencia científica que es corroborada una vez más en el país a partir de los resultados de una encuesta que reveló que el 40% de los fumadores cambió su comportamiento de consumoa partir del aumento de precios que se dio a partir de la suba de impuestos.

El sondeo fue realizado por la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina con el objetivo de medir el impacto que tuvo el decreto que en mayo del año pasado elevó los impuestos internos a los cigarrillos del 60 al 75% y que repercutió en un incremento en el precio de venta al público.

Entre quienes hicieron cambios, la mayoría (81,7%) manifestó haber reducido la cantidad de cigarrillos consumidos, la mitad (50,9%) pasó de comprar atados grandes a chicos, un cuarto (26,7%) optó por consumir marcas más baratas y uno de cada cinco (19,5%) empezó a consumir cigarrillos sueltos. El cigarrillo electrónico (8,7%) y los cigarrillos para armar (6,2%) fueron otras de las estrategias mencionadas.

Para el trabajo se realizaron 1400 encuestas entre fumadores y ex fumadores de entre 18 y 74 años de cinco grandes ciudades (Gran Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza y Tucumán). Más de la mitad (55%) de los consultados se mostró a favor del aumento de impuestos al tabaco. El 32% pensó en dejar de fumar tras la medida, el 25,8% intentó abandonar el cigarrillo y casi uno de cada diez (8,2%) efectivamente lo dejó.

Doble beneficio: sanitario y económico

Tras el último aumento registrado a principios de mes, los atados de 20 cigarrillos de las marcas más consumidas cuestan 51 y 54 pesos, un 20% más que hace un año. El informe de FIC destaca que si bien la suba de impuestos vía decreto fue “un avance muy importante”, su impacto en el bolsillo ha ido en caída. A comienzos del año pasado, un empleado del sector privado formal con un sueldo promedio podía adquirir 700 paquetes mensuales de 20 cigarrillos. Esa cantidad se redujo a 497, tras la entrada en vigencia del decreto, en mayo de 2016 (fue prorrogado hasta diciembre de 2017). “Sin embargo, en los meses posteriores este logro de la política fiscal ha comenzado a diluirse: en abril de 2017 se podían adquirir 566 paquetes. En términos interanuales ha crecido un 14% la asequibilidad (poder de compra) medida en cantidad de paquetes por persona”, detalla el estudio.

“Argentina tiene uno de los cigarrillos más baratos de la región. Es por eso que necesitamos una ley de impuestos al tabaco que provoque un incremento en los precios de estos productos, y así se logre una reducción del consumo. Por cada 10% que sube el precio real de los cigarrillos cae el consumo alrededor del 3%”, afirma consultada por Clarín Marita Pizarro, codirectora ejecutiva de FIC Argentina. “La ley debería contemplar ajustes periódicos para que la inflación y el crecimiento del salario no superen el precio de los cigarrillos. También es necesario reducir la brecha entre las marcas más caras y más baratas para evitar la migración de los consumidores a estas últimas”, añadió.

Cada año mueren en el país 44 mil personas por enfermedades vinculadas al consumo de tabaco. Sin embargo, Argentina es el único país de Sudamérica que no ratificó el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT), una alianza internacional para luchar contra la epidemia de tabaquismo y las consecuencias que genera sobre la salud pública. En línea con las recomendación de la Organización Mundial de la Salud, en su artículo 6 contempla la medida de incremento de los impuestos al tabaco y propone tasas impositivas entre el 66,6% y el 80% del precio de venta minorista. “En Argentina sólo alcanzan el 62%, de modo que se pueden seguir aumentando”, precisa Pizarro y concluye que “el aumento del precio de cigarrillos a través de una fuerte política fiscal no solo es una medida recaudatoria, sino que además beneficia la salud pública al ser efectiva para reducir el consumo de tabaco en la población sobre todo en adolescentes y sectores de bajos ingresos. La no ratificación del CMCT es un obstáculo para el avance de las políticas tributarias y otras medidas de control de tabaco”.