Después de la derrota en las PASO, el Gobierno quiso encarar los 70 días de transición hasta las próximas elecciones generales de octubre con una receta «clásica»: devaluación, suba de tasas y un nuevo endurecimiento del cepo.
Las medidas por ahora no tuvieron el impacto deseado: el dólar blue saltó $ 125 en dos días y este martes llegó a los $ 730. A la vez, en el mercado financiero se dispararon las cotizaciones y la inflación ya se perfila a cerrar agosto en dos dígitos.
Ni los controles y allanamientos que las fuerzas de seguridad realizaron este martes en la City pudieron frenar el precio del dólar informal: desde que empezó agosto el billete pegó una escalada de $ 180 pesos. La suba se aceleró esta semana, después de que el Banco Central llevara al dólar oficial a un nuevo nivel de $ 350 y prometiera «dejarlo congelado» hasta octubre.
El informal subió 45 pesos en un día. Con esta cotización de $ 730, el blue se mueve prácticamente a la par del oficial: subió 20% en dos ruedas, mientras el tipo de cambio mayorista trepó 21,8% de una sola vez,
Así, el Gobierno pierde parte del efecto que trató de lograr con la devaluación: la brecha cambiaria con el blue, que el lunes por la mañana había caído a 75%, ahora vuelve a consolidarse en 108%.
También los dólares que cotizan en la bolsa volvieron a dispararse y anotaron nuevos máximos. El contado con liquidación subió 6,7% y terminó en $ 689; mientras que el dólar MEP saltó 7,5%, a $667,8. De este modo, la brecha entre el dólar financiero con el oficial roza el 100%.
Sin embargo, la devaluación del 18% del peso, le sirvió en parte al Banco Central para recomponer su posición compradora en el Mercado Unico y Libre de Cambios. Este martes, el organismo pudo hacerse de US$ 125 millones, y sumado al saldo positivo que había registrado el lunes lleva acumulados US$ 346 millones en dos ruedas.
La tendencia compradora del Central se sostiene en las restricciones cada vez más férreas sobre las importaciones. Como contó Clarín en su edición de ayer, las autorizaciones para importar están paralizadas, lo que deja a la plaza cambiaria sin demanda y esto le permite al Central cerrar la rueda con un saldo comprador.
Pese a esta compra, las reservas netas siguen siendo negativas en US$ 11.000 millones. Y todas las esperanzas del Gobierno están puestas en el desembolso que entregará el Fondo Monetario la semana próxima y que rondaría los US$ 7.500 millones, claves para recomponer en parte las reservas.
Con ese foco, anoche trascendió que el ministro Sergio Massa viaja la semana que viene a los Estados Unidos para reunirse con los representantes del organismo multilateral.
La noticia del viaje de Massa empezó a circular horas después de que el FMI confirmara que ya mantuvo contactos tanto con el ganador de las PASO, Javier Milei, como con la triunfadora de la interna de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, y que planea reunirse con ambos dirigentes.
En medio de la escapada de los dólares se coló la noticia de que la inflación de julio dio 6,3%, aunque ya todos los analistas anticipan que la de agosto tendrá 12% como piso y algo similar ocurriría en septiembre.
La devaluación del tipo de cambio oficial y la escalada del blue ya están impactando sobre los costos. De hecho, tanto en los mayoristas como los comercios de barrio empiezan a aparecer carteles, tanto en las cadenas de whatsapp como en las vidrieras, con la leyenda «no hay precio».
En este clima, el Gobierno quiso mostrar firmeza y terminó potenciando la incertidumbre. A mediodía salieron de anunciar desde la Aduana, a cargo de Guillermo Michel, que iban a suspender por 15 días las exportaciones de carne para forzar a los frigoríficos a sellar un acuerdo de precios. Pero minutos después, el secretario de Agricultura, Juan José Bahilo, desmintió que se frenaran las exportaciones.
El día terminó con una reunión entre Bahilo, Michel y el representante de los frigoríficos exportadores, Mario Ravetino, sin que se llegara a un acuerdo.
La estrategia del Gobierno frente a la escalada inflacionaria sigue pasando por cerrar nuevos acuerdos de precios. Esta noche Guillermo Michel, quien ahora es el funcionario a cargo de coordinar la lucha contra la inflación, se reúne con la cámara que agrupa a los mayoristas (CADAM) y con ASU, que reúne a las grandes cadenas de supermercados. En los próximos días seguirán las negociaciones con otros sectores productivos en busca de acuerdos para intentar paliar la escalada de precios.
Los analistas advierten que las chances de que la inflación desacelere en el corto plazo son prácticamente inexistentes. Y vaticinan que el año podría cerrar con una alza de los precios que tenga al 150% como piso.
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