Se trata de un joven que había llegado a la parroquia de Fátima, aduciendo que lo habían enviado desde Salta Capital para ayudar al sacerdote local.Un joven que dijo llamarse Nicolás Rodríguez se apersonó un día a la parroquia de Fátima, de la ciudad de San José de Metán, y le manifestó al sacerdote que era seminarista y lo habían enviado desde la ciudad de Salta para ayudarlo. Los primeros días participó, con destreza, de las misas comunitarias; pero luego, según los fieles, comenzó a vestirse de manera “impropia” para un seminarista. “Aparecía luciendo camisetas de River Plate y hablaba con un vocabulario muy subido de tono, inadecuado”, contó la gente de lugar.
Atento a estos signos extraños, el padre Paredes se comunicó con la Diócesis de Salta, desde donde le informaron que “no tenían ni idea” de quién era el seminarista y que no tenían a nadie registrado como Nicolás Rodríguez. Es así, que a los pocos días de la irrupción del supuesto seminarista en la comunidad católica sureña, su accionar fue puesto en conocimiento de la feligresía. No fueron pocos los que manifestaron que el joven les había pedido dinero, a lo que accedieron inmediatamente. El templo de Fátima -o cuasi parroquia, como la llaman en Metán- se encuentra ubicado en la calle Tucumán Oeste.
Al trascender la noticia, informaron desde Rosario de la Frontera que había sufrido un hecho similar, pero en este caso el supuesto seminarista se presentó con el apellido Palomino. Lo cierto es, que aún no pudo determinarse si se trata de la misma persona o de una distinta.
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