«¿Dónde se fue? ¿Le habrá pasado algo?». Esas preguntas se repitieron durante años en Comodoro Rivadavia, la ciudad más habitada de la provincia de Chubut.
La misteriosa desaparición de Adolfo Enrique Farías Sandoval, por entonces de 33 años, generó conmoción y confusión. «Me voy a comprar cigarrillos», habían sido sus últimas palabras, una noche de febrero de 1995. Agarró su campera y nunca regresó. Después de casi tres décadas, el hombre apareció: tenía una nueva vida en la vecina Río Negro.
El técnico electrónico de nacionalidad chilena vivía en el barrio Máximo Abásolo de Comodoro Rivadavia junto a su pareja, Nalci Isabel, quien lo denunció como desaparecido. «Se fue a comprar cigarrillos y nunca volvió», le dijo la mujer a la Policía. Los efectivos lo buscaron durante días sin poder encontrarlo.
La investigación se reactivó la semana pasada luego de una pista hallada por Daniela Millatruz, la jefa de la División de Búsqueda de Personas desde diciembre pasado. Al revisar expedientes archivados, sospechó que Farías podría estar viviendo en General Conesa, 163 kilómetros al norte de Viedma, capital de Río Negro. Se activó la nueva búsqueda y una comisión policial se dirigió el miércoles hasta una vivienda. ¿El resultado? Los atendió el mismísimo técnico electrónico.
El hombre, de 61 años, accedió sin problemas a que le tomaran las huellas dactilares en una comisaría de Conesa, donde confirmaron su identidad, y regresó a su domicilio. Según relató, se había ido de Comodoro Rivadavia por una serie de diferencias con su esposa y porque «estaba cansado».
«Constaba como desaparecido desde 1995. Luego de hacer unas tareas investigativas y utilizando nuevos sistemas informáticos se logró ubicarlo», contó la jefa policial, quien junto a la División Búsqueda de Personas recibió un reconocimiento por parte de la Policía provincial.
Farías estaba en una casa de General Conesa, Río Negro.
«Él nos admitió que era la persona buscada y que por decisión propia no había vuelto a tener contacto con sus familiares de Comodoro y tampoco con los de Chile», precisó Millatruz, en declaraciones reproducidas por ADN Sur.
Sobre la versión de que se había ido a comprar cigarrillos, la cual constaba en la denuncia, la titular de búsqueda de personas explicó: «Él nos refiere que en realidad no fue de esa forma, sino que él aclara que le manifestó a su ex pareja que realmente se iba. Se puso su campera, agarró su documentación personal y se retiró».
Al ser consultada sobre la ex pareja de Farías, la jefa de División de Búsqueda de Personas indicó: «Tengo entendido que la señora falleció hace unos años. Estamos trabajando para dar con los hijos y poder terminar con esa historia de aquellos años».
De hecho, medios locales informaron que uno de sus hijos también desapareció meses después de la huida de Farías. Tampoco se supo más nada del joven.
El caso de Farías había tenido su momento repercusión en los medios a nivel nacional. A partir de la noticia de su aparición, se viralizó un recorte del diario Crónica de aquella época. «¿Quién ha visto al service electrónico chileno en nuestra ciudad», rezaba el titular.
«Desapareció en extrañas circunstancias. Salió una noche con lo puesto a comprar cigarrillos y no regresó jamás», citaba el artículo.
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