No es la primera vez. El año pasado tuvieron que tirar 4 mil dosis vencidas. El gobierno K los sigue sosteniendo en los cargos a pesar del grave desmanejo.
Desatención, desaprensión, abandono de jubilados, escándalos de corrupción, nombramientos de parientes, denuncia de retenciones de sueldo a trabajadores, retornos a La Cámpora, reparto de electrodomésticos en campaña forman parte de una larga lista de desmanejos y corrupción que hoy sufre el PAMI de Salta en manos de La Cámpora desde la llegada del kirchnerismo al gobierno nacional.
La conducción de la obra social está en manos de Veronica Molina a quien el gremio de empleados del PAMi acusa de echar personal para nombrar a parientes.
La situación raya lo vergonzoso sin que las autoridades nacionales tomen cartas en el asunto. El pedido de intervención y que echen a los militantes camporistas de la conducción de la obra social de los jubilados ya es un clamor. Los propios abuelos afectados, legisladores, los empleados, todos piden terminar con una gestión más que desastrosa.
Ahora se supo que los jóvenes kirchnersitas que manejan el PAMI dejaron vencer vacunas antigripales y deberán tirarlas.
El año pasado tuvieron que descartar cuatro mil dosis. Ahora vencen casi dos mil vacunas el 1 de septiembre y ya anunciaron desde el organismo que deberán destruirlas.
Autoridades del Pami patean la pelota afuera y responsabilizan a intendentes y autoridades municipales del fracaso de la campaña. Denuncian que no atienden los teléfonos y nadie recibe las vacunas.
Sin embargo, fuentes consultadas por los medios de comunicación advierten que la campaña antigripal en la Capital salteña tampoco tuvo efectividad, sumando más fracasos y desmanejos de los camporistas en el PAMI.
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