Marcelo Córdoba fue condenado a dos años y medio por el delito de abuso sexual. Tiene prohibido acercarse a la víctima, pero no cumple con dicho mandato y otros.
Antes, durante y después. Así es la impunidad con la que se maneja un contador público de General Güemes, un hombre mayor de casi 70 años, que a pesar de ser juzgado y condenado a dos años y medio por el delito de abuso sexual simple (dos hechos), está acusado de incumplir lo impuesto por la Justicia salteña. Se trata de Marcelo Omar Córdoba.
Antes, durante y después. Así es la impunidad con la que se maneja un contador público de General Güemes, un hombre mayor de casi 70 años, que a pesar de ser juzgado y condenado a dos años y medio por el delito de abuso sexual simple (dos hechos), está acusado de incumplir lo impuesto por la Justicia salteña. Se trata de Marcelo Omar Córdoba.
«No iba a hacer la denuncia porque sinceramente estoy desilusionada con la Justicia salteña, pero como el mismo juez -Martín Pérez- fue quien le dijo a mi abogada que debía hacerla, porque con eso se le podía revocar la condicionalidad de la pena, decidí denunciarlo. ¿Qué pasó hasta ahora? Absolutamente nada, el tipo sigue riéndose en la cara de todos con total impunidad», apuntó S.L. una de las víctimas y expareja del contador.
El 26 de junio pasado la mujer, que vive en General Güemes, había solicitado un remise compartido para viajar hasta Salta capital. Cuando el vehículo llegó a su casa y tocó bocina, la mujer observó por la ventana que en el interior del rodado se encontraba su expareja, el hombre al que denunció y fue juzgado por haberla ultrajado.
«No lo podía creer, por supuesto que no salí, porque tengo mucho miedo, estaba con mi hija, que tampoco salió por temor. El auto estuvo cerca de diez minutos estacionado fuera de casa, cuando en realidad ese señor tendría que haberle dicho al chofer que se fueran, sabe que es mi casa, pero no hizo nada, sabiendo que tiene prohibido acercarse a mi familia y a mí», explicó la mujer.
Tras varios minutos de espera, el remisero se bajó del vehículo y tocó la puerta de la señora, al ser atendido le preguntó por qué no iba a tomar el remise, con lo cual S.L. le explicó la delicada situación. «El remisero me pidió disculpas y me dijo que el señor no le había dicho nada», contó.
En el juicio Córdoba apuntó que purgaría su condena de ejecución condicional en Salta capital, sin embargo la denunciante sostuvo que vive en Güemes. «En el juicio dijo una cosa y hace otra, tanto yo como la otra víctima, que somos de Güemes, vivimos encerradas porque tenemos temor de ese señor, que anda con total impunidad».
La víctima sostuvo que radicó la denuncia en la Fiscalía de esa jurisdicción, sin embargo trasladaron el reclamo a la Fiscalía Penal del centro, a cargo del fiscal Ramiro Ramos Ossorio. «Yo me tomé el trabajo de ir a preguntar por el estado de la denuncia porque en ningún momento me llamaron para que presente las pruebas que tengo, no me citaron ni nada por el estilo. Lo único que me dijeron fue que vuelva en unas semanas, que iban a tener noticias, porque en ese momento estaban ocupados. O sea que si a mí me matan estos ni se enteran».
Según señala la sentencia contra el contador Córdoba, una vez que la condena quedó firme el penado debe «mantener domicilio en el radio de la ciudad de Salta y prohibición de acercamiento a las personas damnificadas S.L. y C.R.B., y mantener cualquier tipo de contacto con las mismas por cualquier medio». Entre otras tantas medidas efectuadas y ventiladas en la sentencia. Sin embargo, el profesional condenado parecería hacer caso omiso a lo dictado por la justicia en su contra.
«Utiliza a terceros para hostigar»
La mujer, expareja del condenado, contó que recibió un llamado de su abogado, quien con el altavoz del celular encendido le hizo escuchar una llamada. «Hola, habla Pedro Díaz. Escuchame Negro -apodo de abogado- sabes que Marcelo Córdoba me mandó para que le hagamos viajar la casa a la señora, ofrece plata para vos y para mí», se escucha en el audio. «El doctor le dijo delante mío cómo se atrevía a pedirle algo así», contó la denunciante. «Es decir, el contador Córdoba sigue utilizando a terceras personas para hostigarme».
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