El Vicario episcopal de la Catedral Basílica de Salta contó que a los 20 minutos de abierto el templo, aproximadamente a las 19:20, se escuchó un fuerte ruido y presencia de mucho polvo por la caída un pedazo de la mampostería de la cornisa del interior del templo de la nave central sobre las bancas.
“Fue importante el tamaño de los escombros, cayeron sobre las bancas y gracias a Dios que no había fieles allí en ese sector en ese momento, celebró de alguna manera ya que señaló que había una importante cantidad de fieles y turistas en el lugar.
“Nos llevamos un susto muy enorme porque fue muy fuerte el ruido”, confesó.
Sobre las responsabilidades del mantenimiento, el padre Romero señaló que son muchas las reparticiones y Ministerios involucrados que tienen que ir a chequear las condiciones de la estructura.
Como bien dijo el sacerdote, fue un milagro que no ocurriera una tragedia, ya que desde hace tiempo desde la Catedral se hicieron relevamientos porque es un edificio antiguo y lamentablemente no tiene el manteamiento que requiere.
“Se deben hacer los mantenimientos exhaustivos, permanentes porque no descartemos que estamos sobre un piso sísmico en donde hay ciertos movimientos”, advirtió.
El Vicario evitó echar culpas e insistió en alertar que “el edificio nos está diciendo, no sabemos si va haber más desprendimientos”.
Sobre la atención, Romero informó que por el momento el ingreso está reducido con precauciones en particular por el acceso al Arzobispado y por ello está cercado por bancas y una cinta de precaución.
“Es un edificio de patrimonio y arquitectura que tiene sus riquezas tanto como patrimonio provincial como nacional y debería tener su manteamiento y su continuidad pase lo que pase, eso es lo que me parece que deberíamos pensar”, reflexionó.
Cabe recordar que la última refacción de importancia data de hace siete años y considerando que es un edificio de gran valor cultural y religioso es lamentable que se encuentre en esas condiciones.
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