Cinthia Fernández aseguró que sigue enamorada de Matías Defederico, con quien estuvo en pareja durante siete años, se casó y tuvo tres hijas: las mellizas Charis y Bella, de cuatro años, y Francesca, de tres.
Según detallaron ambos, en distintas notas que dieron, el futbolista -que actualmente está sin club- fue quien tomó la decisión. La bailarina pasó toda la temporada de verano haciendo teatro en Villa Carlos Paz y estuvo acompañada por sus hijas.
Mientras tanto, el jugador fue a distintos programas de televisión en los que contó detalles de la separación. Hecho que enfureció a Cinthia y lo manifestó a través de los medios, y también con mensajes en las redes sociales.
Asumiendo que, al menos por ahora, no hay posibilidad de reconciliación, Fernández decidió hacerse un nuevo tatuaje con una curiosa frase sobre su presente. «No existe nada demasiado alto para quien consigue volar… Amarazáia, zoe, zaia, zaia», es el proverbio africano que eligió para marcarse la piel, que empieza en la nuca y termina en la cola atravesando toda la columna vertebral.
Según detalló Cinthia a Telehow, la frase la tomó de la canción «A primera vista» de Chico César, un cantante y compositor brasileño, pero que en Argentina se hizo conocida por la interpretación que realizó Bahiano.
Hace seis años, la propia bailarina ya había manifestado su particular interés por la canción y el significado de su letra.
Cinthia, que también forma parte del panel de Involucrados en América, contó cómo les comunicó a sus hijas que está separada. «Todos los días les cuento un poquito. Creo que no es que se lo decís una vez y el chico lo registra, me parece que es de a poco. Me pasó hoy a la mañana -por el miércoles- que la más chiquita me preguntó: ‘¿Y papá por qué no vino?’. Y yo le dije: ‘Porque mamá y papá están peleados y él no está durmiendo más acá en casa’. Ahí ella me dice que lo extraña y le contesto: ‘Ya lo sé, mi amor. Yo también’. Y fue terrible», relató en el programa que conducen Mariano Iúdica y Pía Shaw.
«Después espera, hace un silencio y me dice: ‘No importa, mamá, yo te cuido’. Tres años, tiene. Esas cosas son difíciles y tengo que aprender yo también. Es un día a día… más que nada por las nenas. No es que estoy llorando por él», aclaró.
«Todo el mundo me dice ‘ay, qué insoportable, llorando por el mismo tipo. ¡Soltá!’. Y no es eso. Somos cinco, no somos dos. Las otras están haciendo un proceso difícil: una interno y la otra todo externo», finalizó Cinthia.
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