Desde el sangriento hecho contra la mujer de 71 años, no se informó nada. Algunas de las hipótesis giran en torno al círculo íntimo de la víctima.
Casi 20 días pasaron desde que Elsa Lucrecia Alegre, de 71 años, fue brutalmente asesinada. A partir de ese día, el sábado 15 del corriente, los organismos encargados de investigar mantuvieron un hermetismo total en torno al avance de la causa y si ya tienen a algún sospechoso, de tal atroz crimen. Si bien el Ministerio Público Fiscal tiene la facultad para tener reservas en cuanto a una investigación penal, llama la atención tanto silencio.
La víctima era viuda de José López Amat, expresidente de la Cámara de Tabaco de la provincia, quien en vida supo tener una fuerte presencia y prestigio en el sector que presidía. El hombre falleció en 2004. En la avenida Paraguay hay una plazoleta que lleva su nombre, dado que seis años después de su muerte la Intendencia capitalina decidió homenajearlo.
A pesar de los múltiples y sistemáticos trabajos de campo que se vienen realizando, el hermetismo/silencio en el caso pone un manto de incertidumbre. Los peritos trabajaron no solo en el departamento donde hallaron sin vida a la mujer, sino también en distintos puntos de la ciudad. Desde los diferentes estamentos judiciales -auxiliares de Justicia- repiten que «están investigando». ¿Quién mató a Lucrecia Alegre? ¿Por qué la asesinaron de esa forma? ¿Cuál es el móvil del crimen? ¿Faltaba elementos de valor en la casa de la víctima? ¿Qué se sabe del arma homicida? Preguntas que hasta el momento no tienen respuestas.
Salta es una de las provincias que tiene una de las mayores tasas de femicidio del país. Y de acuerdo a lo que dice gente del ámbito de la Justicia, «nadie quiere meter la pata» y que «esto sea un nuevo caso Jimena Salas (asesinada en enero de 2017 a puñaladas), donde estuvo preso durante dos años una persona que después fue absuelta».
La búsqueda
El sábado 15 al mediodía un familiar alertó sobre el macabro hallazgo. Esa misma jornada la fiscalía de turno ordenó realizar la búsqueda del arma homicida en inmediaciones del departamento, ubicado sobre calle General Güemes al 1700, entre Maipú y Siria, macrocentro salteño.
En esas primeras horas uniformados de la Policía de Salta trabajaron al frente del edificio, donde hay una vía ferroviaria, buscando el puñal con el que degollaron a la mujer de 71 años. Al día siguiente los policías siguieron «rastrillando» la zona, esta vez detrás del departamento.
Pero no fue la única búsqueda, la semana pasada sabuesos del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) estuvieron más de siete horas -desde las 20 hasta las casi tres de la madrugada- buscando huellas y pistas de el o los presuntos asesinos.
Entre los métodos que los investigadores emplean para encontrar pruebas se llevó a cabo el trabajo con luminol, una de las técnicas bioquímicas forenses más utilizadas en este tipo de crímenes.
Dado que la sangre es uno de los flujos biológicos de gran importancia a la hora de recabar evidencia en una investigación acerca de un violento hecho, encontrar manchas sanguinolentas en una escena podría ser determinante para las pesquisas, decisiva en la resolución de un asesinato. En ese sentido, la técnica de luminol es crucial y es la que se empleó en el caso de Lucrecia Alegre.
Hipótesis
En los hechos de sangre que se investigan en Argentina, sobre todo los semejantes al ocurrido hace más de dos semanas en el macrocentro salteño, lo primero que tratan de certificar los fiscales, a cargo de la investigación, es si existió o no un femicidio. Es es la línea inicial que deberán seguir los investigadores si es que el trabajo se realiza con perspectiva de género.
El protocolo para el caso de femicidio, desarrollado por el propio Ministerio Público Fiscal de Salta, apunta lo siguiente: «Desde el comienzo de la investigación, es decir desde las primeras diligencias, se debe sostener la hipótesis de femicidio, aunque en principio pueda parecer un homicidio simple, un suicidio o un accidente.
Eventualmente, con el transcurso de la investigación se podrá descartar esta hipótesis, pero no a la inversa».
En ese sentido, el curso de la investigación podría seguir por el círculo cercano a la víctima. En caso de descartarse el agravante del femicidio, seguirán buscando indicios en ese mismo círculo. En Salta la Justicia acusó y juzgó al viudo de Jimena Salas, Nicolás Cajal Gauffín, quien llegó acusado de encubrir el crimen de su esposa y terminó siendo absuelto por el beneficio de la duda -el otro acusado y absuelto también por la duda fue Sergio Vargas-.
Otro de los renombrados crímenes en la provincia fue el de María Leonor Giné, de 70 años, quien fue asesinada brutalmente, en agosto de 2021, por su nieto, Agustín Morales. El joven había recibido 19 años de prisión, sin embargo el Tribunal de Impugnación modificó la calificación e impuso prisión perpetua.
En el hecho de Lucrecia Alegre, donde desde un primer momento intervino la fiscal penal Mónica Poma, especializada en femicidios, abundan los interrogantes y hasta el momento nada se sabe de algún sospechoso. ¿Funcionan las cámaras del lugar y de la zona? Entre las hipótesis los investigadores siguen los pasos de una persona perteneciente al círculo íntimo de la víctima.
A la mujer le cortaron el cuello. Según el diagnóstico médico, tenía un «corte en la carótida lado derecho, debajo de la mandíbula». Fue un familiar quien alertó sobre lo ocurrido el sábado 15 en el interior del departamento.
Interrogantes en torno del caso
Entre las definiciones que se esperan conocer desde el organismo encargado de investigar y desentrañar el crimen es si en el interior del departamento hubo algún tipo de faltante, sea de dinero o elementos de valor. Cuestión que conduciría a pensar que se trató de un homicidio en ocasión de robo. Los sabuesos sospechan que quien empleó un puñal para acabar con la vida de la mujer tenía conocimiento de cómo manejar ese tipo de arma blanca. Sin embargo, se desconoce si los investigadores encontraron el arma homicida.
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