Tras las versiones que daban cuenta de un enojo del ministro de Economía con el Presidente, en Casa Rosada intentaron poner paños fríos pero indicaron que la medida sobre la compañía «fue suya».
Sergio Massa tenía previsto quedarse en Panamá hasta este lunes, pero decidió anticipar su regreso con la misión de ponerse al frente de la intervención que dispuso a Edesur tras semanas de cortes de luz. El ministro de Economía venía analizando la medida pero decidió mover las fichas a sabiendas de que la inacción del Gobierno ante los incumplimientos de la compañía comenzaban a erosionar su gestión.
De Centroamérica, Massa también volvió enojado con el entorno del Presidente, al que atribuye cuestionamientos que se vierten sobre él en los medios de comunicación, en especial desde que se conoció que el índice de inflación de febrero fue del 6,6 por ciento, muy lejos de la promesa que hacía en noviembre.
Massa, que al igual que el jefe de Estado suele tener vínculo fluido con los periodistas, optó por no agitar a través de los medios hasta hablar con Fernández. La charla telefónica, tal como contó Infobae y pudo reconstruir Clarín, se dio ni bien el ministro arribó a Ezeiza. Al Presidente lo tomó por sorpresa, en especial por el tono que usó para su descargo.
En ese llamado, que no sirvió para distender sino como advertencia, no hubo margen para que Massa avanzara sobre el detalle de la intervención de Edesur que había arreglado con la secretaria de Energía, Flavia Royón, el secretario Legal y Administrativo de Hacienda, Ricardo Casal, y el interventor del ENRE, Walter Martello. «Fue decisión suya, pero no tiene nada que consultar porque es su área», confió una alta fuente del entorno presidencial.
Intentó desdramatizar, pero reveló un aspecto que es sintomático del mal momento que atraviesa la relación entre el Presidente y el ministro. Una decisión de semejante envergadura en otro contexto hubiera ameritado que la cúpula del Frente de Todos se sentara en una misma mesa para definir la estrategia.
«Sergio tiene absoluta independencia para tomar las decisiones que considere, ese fue el acuerdo y nadie lo puso ni lo pone en duda», amplió la misma fuente. En Casa Rosada, en los últimos días primaba la convicción de que alguna definición había que adoptar en torno a los cortes de luz y la falta de respuestas de Edesur. Pero advertían sobre la necesidad de trazar un proceso «lo más prolijo posible» para evitar reclamos posteriores de la italiana ENEL.
Clarín consultó al respecto en el Ministerio de Economía, donde evitaron seguir con la polémica: «No vamos a hacer comentarios, sólo hablamos de la gestión».
Un dato que apuntala la versión de que el Presidente no fue consultado es la designación del ex ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat y actual intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, quien en las últimas horas fue muy crítico de Alberto F. y elogió a Massa por asumir «un día antes de que el Gobierno se vaya en helicóptero».
Ferraresi, que mientras fue ministro y todavía tenía alguna expectativa de que se reencauzara la gestión no renegaba de su cercanía con Alberto F. y hasta oficiaba de mediador con los K, hoy vuelve a jugar en sintonía con los intereses de Cristina Kirchner.
Pese a ello no fue objetado por la Casa Rosada una vez que trascendió su nombramiento. «Es ingeniero, sabe del tema y tiene consenso interno», resumió ante este diario un alto funcionario que no desconoce la distancia que el intendente tiene con el jefe de Estado.
En el entorno presidencial no entienden todavía el porqué del enojo de Massa. Niegan estar detrás de las críticas al ministro y lo contrastan con algunos síntomas de impaciencia que comienzan a vislumbrarse desde el kirchnerismo. «No fue Alberto ni fuimos nosotros los que criticamos la renegociación con el Fondo Monetario Internacional, fue La Cámpora. Nosotros no dijimos que con esta inflación ‘es imposible ganar la elección’. Fue (Rodolfo) Tailhade», plantearon.
En rigor, el ex ministro de Economía, Martín Guzmán, protegido de Alberto hasta que pegó el portazo sin avisar, tampoco fue crítico de su sucesor en su reaparición mediática.
Massa, por lo pronto, evitará que la discusión siga escalando. Ya dejó en claro en ese llamado que no piensa confrontar por los medios pero que no va a dejar que lo esmerilen «los machitos del off». «Todo lo que tenía que decir, lo dijo. No hay más que eso», amplió una fuente que conoce desde hace décadas al tigrense.
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