Cientos de personas, familiares, amigos y vecinos, acompañaron el cortejo fúnebre este sábado en medio de una congoja generalizada.
El acompañamiento de los restos de Agustina Cruz hizo una parada frente a la comisaría de Coronel Moldes. Los deudos y vecinos arrojaron ramos de flores en ese lugar.
El femicidio de la joven conmocionó a toda la comunidad y movilizó a los vecinos de Coronel Moldes.
Agustina Cruz, una adolescente de 17 años el viernes fue emboscada y asesinada en una calle de esa localidad por su exnovio, que la había amenazado previamente.
Este sábado, el cortejo fúnebre pasó por frente de la Policía de Coronel Moldes en donde se podía palpar el clamor de justicia por una muerte que se podría haber evitado.
La gente arrojó flores a la Comisaría del lugar, un atronador silencio reclamó por un crimen prácticamente anunciado.
El complejo municipal de Coronel Moldes fue el lugar donde se velaron los restos de Agustina Cruz. Los mismos adolescentes que concurren allí a diario a practicar deportes, colmaron el lugar en un interminable desfile para dar el último adiós a su compañera.
Con rostros consternados y sin resignación buscaron despedirla como supusieron que le gustaría a Agustina, pusieron música y bailaron en una suerte de ritual adolescente.
Una familia destruida
La madre de Agustina buscando una explicación a la absurda muerte de su hija dijo «Ese chico que primero vino como un corderito le decía a mi hija que si no era de él, no era de nadie». Tras las amenazas dijo que realizó dos denuncias por amenazas de muerte contra Iván Gallardo, el joven acusado del femicidio de Agustina Cruz, de 17 años. Nadie la escuchó.
Yanina, su mamá, dijo: «No quiero que la gente diga que la prensa no respeta el duelo al hacerme esta nota porque a mí se me hace necesario hablar. Quiero que todos sepan lo que pasó y que no les pase a otras chicas. Sé que él tuvo otras novias y si sufrieron lo mismo que mi hija que hablen», comentó dolorida desde Coronel Moldes, según publicó El Tribuno.
«Cuando mi hija decidió terminar la relación demostró lo que era con nosotros, con ella ya venía siendo malo. Casi la mata una vez y ella cayó en el barro. En ese momento no lo supe y a los tres días me lo dijo. Apareció con el celular roto. Este desgraciado le venía pegando. Tomó coraje, tenía un tremendo miedo, así que la traje e hice dos denuncias por amenaza de muerte. Fueron al vicio esas denuncias», amplió.
Sobre el accionar policial indicó que solo pasaban por su domicilio «por falta de personal». «Hice la ampliación de denuncia por violencia de género. Acá (en el complejo de la mencionada localidad) dieron una charla y me vine con mi hija. Me pidieron que solicite el botón antipánico. Él tenía prohibición de entrar a Moldes. No residía acá, pero sí su abuela». Pese a las denuncias, Yanina confirmó que «él vino una vez más».
“Una noche nos enteramos que andaba acá, salió la policía a buscarlo a pie porque dijeron que no había móviles. Pensábamos que ya estaba más calmado, pero no. Estaba obsesionado”, dijo muy angustiada la madre de Agustina.
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