En lo que fue un apoyo de las principales cámaras empresarias a la industria de la Construcción junto con la UOCRA y la CGT se presentó un libro de propuestas. Hablaron del «innegable rol de Estado» en esa área.
Coincidió con la fuerte tormenta que sigue provocando calles anegadas y clases canceladas además de todo tipo de complicaciones. Pero también se reveló como un mensaje después de la insistencia de Javier Milei acerca de que va a eliminar la obra pública.
Delante del inmenso tapiz que hace homenaje a los del museo de Cluny en París, se ubicaron Javier Bolzicco, de los bancos, Gerardo Martínez el líder del sindicato de la Construcción, Daniel Funes de Rioja por la UIA, Gustavo Weiss por la cámara de la Construcción, el anfitrión Adelmo Gabi, Natalio Grinman de la Cámara de Comercio y Marcos Pereda, vice la Sociedad Rural.
En primera fila, entre los dueños y CEO de las principales empresas se ubicó el ministro de Obra Pública Gabriel Katopodis.
Gustavo Weiss fue directo: “No conozco ningún país del mundo, ni siquiera los desarrollados, que tienen seguridad jurídica, financiación y un sector privado pujante donde el Estado no haga obra pública. En esos casos la obra privada en infraestructura es apenas el 10%», enfatizó.
Adelmo Gabbi, el anfitrión, soltó: “Ustedes me conocen, soy un liberal terrible, pero defiendo la participación estatal en este tipo de cuestiones». En esa línea, Marcos Pereda, soltó: «Acá estamos más del 80% del sector privado. Una sociedad se estructura sobre acuerdos y consensos, el desarrollo lo da la infraestructura y el Estado tiene un rol clave», dijo al señalar que para el arraigo en el campo se necesitan escuelas, caminos, conectividad. «En la obra pública, el Estado tiene un rol indelegable”, sostuvo al confesar que la Rural ha decido apoyar las instituciones y al actual Gobierno para que se llegue a diciembre.
Gerardo Martínez mencionó la importancia del recurso público y la necesidad de transparencia. Elogió el consenso como manera de avanzar. “No vamos a mirar en el espejo retrovisor”, dijo.
Grinman, transmitió su «profunda solidaridad con la Cámara de la Construcción. Estamos en contra de un estado ineficiente y que se agranda por agrandarse; en el mundo, la obra pública es mayoritariamente estatal». Y Daniel Funes de Rioja sostuvo: «La infraestructura la necesitamos todos».
El libro estructurado en base a ideas de los equipos técnicos, abarca los déficits que se presentan en Argentina pero con recomendaciones que van desde los caminos rurales, la conectividad, la necesidad vital del agua potable y sistemas de cloacas, transporte y logística, ferrocarriles, puertos, infraestructura minera y de energía, además de vivienda e infraestructura educativa.
Por cierto la realidad se coló en la amplia reunión. Weiss contó a Clarín la delicada situación de la industria de la construcción con obras que se van paralizando o bajando brutalmente el ritmo por atrasos en los pagos y falta de actualización ante una inflación galopante.
“Tengo el teléfono en llamas”, decía Grinman en referencia a los comerciantes que le piden consejo acerca de qué hacer en este escenario donde “no hay precios”.
-¿Qué recomienda?
-Les digo que si tienen espalda, traten de no vender. Es muy difícil aventurar un precio de reposición.
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