La menor se encontraba de vacaciones familiares en Salta, donde ocurrieron los hechos. El hombre continuó contactándola mediante mensajes hasta que la adolescente reveló lo sucedido en el colegio, lo que permitió que se presentara la denuncia.
El fiscal penal Daniel Alejandro Escalante, interino en la Fiscalía 4 de la Unidad de Delitos Contra la Integridad Sexual, representó al Ministerio Público Fiscal en la audiencia flexible y multipropósito en la que un hombre de 28 años fue condenado a dos años y seis meses de prisión de ejecución condicional por el delito de abuso sexual simple continuado.
Ante la Jueza de la Sala V del Tribunal de Juicio, Gabriela Romero Nayar, se llegó a un acuerdo de juicio abreviado entre las partes, por el cual el acusado reconoció los hechos tal como fueron relatados por la víctima de 14 años, asumiendo así su responsabilidad. Además de la condena, se le impusieron reglas de conducta.
Las actuaciones de la Fiscalía iniciaron a partir de la denuncia presentada por el padre de una menor de 14 años de edad, ambos residentes en Buenos Aires, al ser notificado por la directora del establecimiento escolar que durante el verano, su hija había sido vulnerada en su integridad sexual
Según el relato, la adolescente se había dirigido a General Güemes de vacaciones junto a su familia, alojándose en la casa de su primo hermano.
Bajo esas circunstancias, el acusado aprovecho que la menor le estaba confiando sobre un conflicto familiar, para someterla a tocamientos que provocaron que ella lo empujara y saliera de la habitación. Para evitar conflictos, la menor relató posteriormente que se encerraba en su habitación, pero el hombre aprovechaba los momentos en que ella salía para reiterar sus actos de abuso.
Al regresar de sus vacaciones, el acusado continuó enviándole mensajes, diciéndole que se quitaría la vida si revelaba algo, lo que llevó a la adolescente a confiar en la psicóloga del colegio.
El fiscal Escalante destacó entre las pruebas reunidas, el informe psicológico realizado a la menor que reveló que: “presenta un elevado monto de angustia y ansiedad frente a su propio cuerpo, al que percibe como dañado, indicador que remite a vivencias en la esfera de lo sexual que se han inscripto en su psiquismo como traumáticas”.
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