Con los datos brindados por un imputado colaborador, la fiscalía pudo probar que habían viajado a Bolivia, donde compraron una camioneta de alta gama para realizar la operación de tráfico. La maniobra fue desbaratada por una patrulla de Gendarmería Nacional en octubre pasado.
En un juicio en el que se destacó la aplicación de la figura procesal del “imputado colaborador”, el Tribunal Oral Federal N°1 de Salta condenó el jueves pasado a tres hombres que participaron de un transporte de más de 55 kilos de cocaína. Un cuarto implicado, que colaboró con el proceso, había sido condenado en mayo a través de un juicio abreviado.
En su veredicto del juicio oral y público, el tribunal, integrado por Federico Santiago Díaz, Marta Liliana Snopek (presidenta) y Marcelo Juárez Almaraz, impuso penas de 6 años de prisión para Alfredo Oscar Tapia y de 7 años a los hermanos Jacinto y Adrián Alvarado López por el delito de transporte de estupefacientes, agravado por el número de intervinientes y por ser ejecutado de manera organizada, en calidad de coautores.
El cuatro integrante de la organización delictiva, quien prestó colaboración como arrepentido en el caso, recibió una pena de 4 años de prisión por la misma calificación penal. Esa sentencia fue dictada el 4 de mayo pasado en un acuerdo de juicio abreviado.
El caso fue llevado a juicio por el Área de Casos Complejos, a cargo del fiscal federal Ricardo Toranzos, quien dirigió la investigación desde la detención de los cuatro implicados el 24 de octubre de 2022 en un control vehicular instalado en la ruta 68, a la altura del paraje “Tía Jacinta”, a 8 kilómetros de la localidad de Cafayate.
Tanto en el alegato de apertura, como al cierre del juicio de responsabilidad, el fiscal indicó que los gendarmes de esa sección se habían apostado en un sector con banquina amplia, ya que se trata de una zona de cornisa, y precisó que, en esas circunstancias, a las 7.00, detuvieron una camioneta Chevrolet S-10, conducida por Jacinto Alvarado López, y en la que también viajaban su hermano y Tapia.
Explicó que, mientras se realizaba el control, se detectó una faja agregada en el sector del tanque de combustible, que hizo sospechar a los gendarmes. La sospecha se acrecentó cuando los ocupantes del vehículo se contradijeron al responder respecto al destino de su viaje, pues uno dijo que iban a Buenos Aires y otro a Calafate, en Santa Cruz. Cuando los gendarmes se disponían al traslado de los pasajeros y el vehículo para una requisa más profunda en Cafayate, apareció el cuarto integrante de la banda al volante de una camioneta Hyundai Tucson, también de Bolivia y con domicilio en Villa Celina.
Explicó que, en ese marco, los gendarmes reconocieron un fuerte olor a pegamento en un burlete lateral de la camioneta Hyundai, mientras observaron que en el piso del vehículo sobresalía una chapa que dejaba al descubierto un presunto doble fondo. Esas circunstancias derivaron en el traslado de las dos camionetas, que se hizo con intervención judicial.
El representante del MPF indicó que los gendarmes debieron desmantelar el piso de la camioneta y extrajeron de ese sector y del torpedo lateral un total de 55 kilos y 281 gramos de cocaína, que sometida al peritaje arrojó una pureza del 69 al 89 %, con una capacidad productiva de 446.226 dosis.
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