Facundo Molares Schoenfeld pudo haber muerto de un infarto masivo informó el SAME.
Lo único que le habría fallado en los últimos años a Facundo Molares Schoenfeld es la salud. Tras una seguidilla de problemas físicos, murió el jueves por una falla cardíaca, según los primeros indicios médicos, y después de haber sido detenido y atendido por la Policía de la Ciudad cuando protestaba con el grupo radicalizado de unos manifestantes en el Obelisco.
Molares era un ex guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) nacido en San Miguel en 1975, y tenía un voluminoso prontuario de actividades violentas y clandestinas.
Clarín amplió ese perfil con más información de la que ya se conoce, mientras sectores del Gobierno y militantes de organizaciones sociales presentan al manifestante como una víctima de la justicia y de una supuesta represión policial. Sin embargo, Molares Schoenfeld, de padres de origen español y alemán, no hizo sino beneficiarse de una larga cadena de fallos judiciales y decisiones políticas.
Este diario pudo comprobar sus cargos penales en Colombia a través del documento oficial que se presentó cuando buscó acogerse a la amnistía de la guerrilla contemplada en el proceso de paz de Colombia.
Una jueza de esa sala reconoció la competencia de ese tribunal sobre los delitos que pedía su defensa, que curiosamente era Gustavo Franquet: un ex militante de Montoneros que hoy también representa al activista mapuche, Facundo Jones Huala.
Clarín también accedió información de fuentes policiales argentinas, bolivianas y colombianas sobre el ciudadano cuyos nombres de guerra eran: “Facundo Fierro” o “Facundo el Argentino”.
Tal como se ve en la carátula que aparece en este articulo, y que corresponde a los expedientes de la Sala de Amnistía o Indulto en la Jurisdicción Especial para la Paz, resurgen los delitos por los que Colombia pidió su extradición: secuestro extorsivo agravado, rebelión; terrorismo; fabricación, tráfico y porte de armas y municiones de uso privativo de las fuerzas armadas; y utilización ilegal de uniformes e insignias de uso privativo de las fuerzas armadas.
Pero además, en el documento fechado el 6 de julio de 2022 se informa que “La autoridad judicial” en el proceso investigativo logró establecer que Molares Schoenfeld, integrante del extinto Grupo Armado FARC -al que dijo haber entrando en 2003 y del que dijo haber salido en 2017 para reunirse con su familia en la Argentina- fungía “como ideólogo y político de la Primera Compañía de la CMTFC de las FARC con zona de injerencia en los departamentos de Huila, Caquetá y Putumayo, Alias “Camilo el Argentino”.
El militante también participó del mediático secuestro del concejal de Garzón Huila, José Armando Acuña Molina. Fue el 29 de mayo de 2019, y durante la acción guerrillera asesinaron a tres personas.
Molares Schoenfeld también participó activamente de la liberación del ex concejal, y hay videos que así lo muestran.
El escrito informa que Molares fue requerido por todos los delitos antes detallados y que no se lo incluyó en el Acuerdo Final de Acreditación y Tránsito a la Legalidad del proceso de paz colombiano.
Según la documentación que obtuvo Clarín, en Argentina Molares Schoenfeld integró el Partido Comunista y el movimiento estudiantil y participó en sindicatos y juventudes comunistas por casi 11 años.
Pero después se marchó y fue uno de los ideólogos en la 4ta Columna Móvil Teófilo Forero,que fue una unidad militar de la guerrilla de FARC con operaciones en zonas urbanas en el sur y centro de Colombia.
Más allá de que él dijo haber entrado a las FARC en 2003, las fuentes consultadas lo encuentran en un asalto armado al edificio de Miraflores, en Neiva, en 2001, donde secuestraron en Colombia a 16 personas. Una de ellas era Gloria Polanco, ex congresista, y sus dos hijos. Molares también estuvo en el secuestro de doce diputados de la Asamblea Departamental del Valle del Cauca, en 2002. Allí sólo sobrevivió un secuestrado.
Las fuentes aseguran que participó del secuestró de tres contratistas estadounidenses: Tom Howes, Keith Stansell y Marc Gonsalves, y Lo vinculan a un atentado fallido contra el ex presidente Álvaro Uribe en Barranquilla, en 2002.
De Colombia a Bolivia
El 13 de noviembre de 2019, la Policía de Bolivia lo identificó como miembro de las FARC en las protestas que tuvieron lugar en ese país y por las que debió renunciar Evo Morales, cuando los muertos ya ascendían a más de 30. Fue tras unos comicios en los que lo acusaron de intentar manipular los resultados.
El argentino miembro de las FARC apareció gravemente herido en un enfrentamiento entre los grupos del MAS y los cívicos.
Según reportes, se supo que era “un argentino perteneciente a las FARC, quien estaría en calidad de instructor en el área”, dice el informe policial. Y luego se supo que era Molares Schoenfeld, ‘Camilo’”.
Según la policía, participó en un enfrentamiento en la localidad de Montero y resultó herido. Fue derivado al hospital el 11 de noviembre. Sus padres viajaron desde Argentina para visitarlo y el Estado argentino -gobernaba el macrismo- también le brindó asistencia.
La Policía buscó conocer cómo llegó a Bolivia y las relaciones que sostenía. Tras una investigación se informó que “en el teléfono se observan conversaciones sobre los operativos a favor del gobierno de Evo Morales”, aseguró el entonces director interino de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de Santa Cruz. “La presencia de una persona con entrenamiento militar no es casual. Ha venido contratado”, expresó la policía señalando que en sus papeles figuraba como fotoperiodista.
Para las fuerzas de seguridad argentinas que entonces recibieron información sobre la trayectoria del agitador, Molares Schoenfeld era “una persona importante ligada a grupos” de desestabilización de protestas sociales, a través de la «infiltración y el entrenamiento de militantes» en toda la región y con la «colaboración de la narco guerrilla» en toda América Latina.
El año pasado, cuando el juez federal de Esquel Guido Otranto lo excarceló, la agencia Télam refrescó algunos datos de sus beneficios judiciales. Recordó que había sido detenido Trevelin, por un pedido de captura internacional emitido por la orden de extradición de Colombia.
Dos meses después se presentó en Colombia su solicitud de amnistía. Ahí, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) reconoció su competencia sobre los delitos políticos que se le imputan a Molares durante el tiempo que formó parte de las FARC, y rechazó el pedido de extradición reconociendo el riesgo de vida que implicaría su traslado a Colombia.
Ello según sus abogados generó un «vacío jurídico» que evidentemente lo benefició en su vida en Argentina, que se apagó el jueves durante la marcha.
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