Sigue el espanto en Cerrillos con el nuevo cementerio. El fiscal detuvo los entierros.
A cinco cuadras de la plaza principal de Cerrillos, entre los humildes barrios San José y Evita, la intendente Yolanda Vega decidió instalar lo que denominó una «ampliación» del colapsado cementerio que data de 1880, pero en una propiedad que es privada y con el agravante de que tiene estudios de factibilidad negativos por ser un terreno completamente inundable.
En esta propiedad de la sucesión Velarde que se encuentra en vías de expropiación (proceso que se inició en 2004), la Municipalidad ya enterró al menos a siete personas víctimas fatales de la COVID. Enterrar es una forma de decir porque los féretros están apenas tapados con montículos de tierra, tanto que varios vecinos del improvisado camposanto denunciaron en los medios e incluso en la comisaría cerrillana que el hedor es insoportable y que los perros arañan la tierra como queriendo exhumar a los muertos. Esto tiene sentido si se recuerda lo que dijo desde Obras Públicas de la comuna, el ingeniero Infante: «Hemos cercado el predio (con lonas) porque hay vecinos cerca. Cavar tumbas en un lugar más alejado de la gente no se puede porque al final del predio hay un canal que inunda todo».
Otra perspectiva de viviendas en los alrededores del cementerio improvisado.
A raíz de las denuncias interpuestas, el fiscal penal de Cerrillos, Gabriel Portal, ordenó detener la inhumación en el lugar hasta tanto tenga en su poder la documentación que avale al municipio a ejercer semejante acción: poner a los muertos en medio de los vivos.
Una de las dueñas del predio, Otilia Velarde, le dijo a El Tribuno: «Asistimos con mi abogado a una reunión con Yolanda Vega y sus asesores, pero ella no estuvo. Se excusó por estar recuperándose de la COVID».
Otilia Velarde
Sin embargo a la intendenta se la pudo ver en medios nacionales y locales explicando que «al cementerio lo tenemos al pie de los cerrillos, cerca de la ciudad como todos los pueblos que se han ido ampliado y quedó el cementerio al centro». Agregó que son poco más de dos hectáreas y «dentro de la expropiación también están unas casas que construyó el IPV y que no tienen título de propiedad porque está todo dentro del mismo catastro del cementerio que está en proceso de expropiación. Toda obra empieza precariamente, hemos cercado para iniciar la construcción de 100 nichos pero tuvimos que parar la obra hasta que el fiscal determine que podemos seguir porque un heredero que no cobró su parte nos hizo una denuncia, pero tenemos toda la documentación en mano y la posesión de esta propiedad la tiene el gobierno de la provincia».
Sobre los dichos de la intendente Vega, la propietaria del predio, Otilia Velarde, explicó: «Vega está equivocada o confundida. Claramente se precipitó a ocupar o usurpar un terreno que no le pertenece a la comuna. Desde Inmueble nos informaron que la familia García Pintos que es parte de la sucesión le cedió a la provincia su parte de este predio que está sujeto a expropiación, pero es solo un 6% de un catastro indiviso, así que ninguno de los herederos sabe cuál es su parte. De todos modos, la Municipalidad se tomó la atribución de cercarlo todo con un lona blanca, la que usan para los corsos, y ahí ya pusieron cuerpos apenas tapados con tierra, lo que es indigno, es una maldad».
Otilia agregó: «Es un terreno totalmente inundable, tanto que el exintendente Corimayo en sus dos últimas gestiones, no pudo conseguir la factibilidad para ampliar el cementerio porque no es apto».
También advirtió: «Que ruegue a Dios que no llueva porque eso es una laguna. Ya ahora hay un olor nauseabundo, no se aguanta, los vecinos han ido a denunciar eso y que los perros están cavando».
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