En un expediente que tramita en la justicia española se realizó una audiencia que se tomó virtual; allí dijo que escribió los registros y que llevaba la recaudación a la Casa Rosada, a Olivos o al departamento de los Kirchner.
A veces las causas de corrupción se vuelven papeles, recursos y trámites procesales que las tornan lejanas e inentendibles. Suele ser necesario escuchar una voz, o ver una foto para que aquel recuerdo borroso vuelva a tomar la textura de lo real. Algo de eso pasa con la causa Cuadernos. Y algo de esto sucede cuando se lo escucha a Oscar Centeno relatar cómo fueron aquellos viajes millonarios.
En un video que dio a conocer Infobae, el famoso chofer del entonces Ministerio de Planificación Federal reconoció que llevaba a varios funcionarios, que transportaba bolsos y que varias veces los vio con dinero y que los llevaba a lugares centrales del poder de entonces. Pero lo que es más importante, y pega fuerte en la línea argumental de gran parte del kichnerismo, es que dejó claro que escribió aquella verdadera bitácora de la corrupción. “Escribía por una costumbre castrense que solía tener ya formada de anotar todo lo que se hacía con el vehículo. O sea, el horario de salida, de entrada y al lugar donde se iba. Y además yo anotaba cosas personales también, vinculadas a mi vida privada”, empezó el testimonio que se tomó el 22 de abril pasado.
“¿Qué era lo que hacían exactamente en esos desplazamientos?”, le preguntó un oficial de Justicia que lo interrogó en una audiencia realizada por Zoom y solicitada por los tribunales españoles en los que se sigue una causa contra la empresa Isolux, una de las involucradas en Cuadernos. “En el trayecto que íbamos se comunicaban, por eso es que hay algunas anotaciones en las que anotaba cuando escuchaba algún nombre. Y entonces, todo lo que podía lo dejaba asentado por si en algún momento, como digamos (sic) en algún momento esto, que no sabía qué es lo que estaban haciendo, realmente, hasta cierto momento no era arriesgado, ¿no?”, contestó. Y luego, amplió: “Quería tener contactado, aunque sea el nombre, patente, o algún dato, que eso sea fiel a lo que decían y podía quedar asentado”.
La declaración de Centeno versó sobre todo lo que transcribió en los famosos ocho cuadernos sobre los que se basó la investigación del diario La Nación que después fue entregada a la Justicia mediante una denuncia. En la audiencia las preguntas fueron concretas: “¿De dónde provenían esos bolsos de dinero?”, se le preguntó. “Bueno, en todos lados están especificados ahí en los cuadernos. O sea, textualmente no se lo puedo decir porque no me acuerdo exacto, pero está todo registrado”, contestó.
Luego dijo que conocía de bolsos de dinero en el Toyota Corolla en el que llevaba y traía a los funcionarios. “En ciertas oportunidades, sí. Alcancé a ver”, reconoció ante la pregunta sobre si había visto la plata. Luego, la Justicia española pidió más precisiones y quiso saber cómo se entregaba el dinero. “Yo vi que eran bolsos, bolsas de papel madera gruesa, cajas y valijas”, detalló.
Finalmente, llegó el momento de indagar sobre el lugar donde se entregaban: “En principio están todos relatados específicamente los lugares como Uruguay 1306 [que es el departamento particular de la familia Kirchner y donde actualmente reside la vicepresidenta Cristina Fernández], Casa de Gobierno, Quinta de Olivos o en la calle. [Esos] son los lugares que recuerdo”, respondió.
Dijo desconocer quiénes serían los destinatarios de las entregas, aunque recordó que una vez, un colaborador de Roberto Baratta, Nélson Lazarte, le comentó que el dinero se lo había dado a Martín Larraburu, entonces Secretario de Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, para entregarlo en Casa de Gobierno. “Lo que tenía conocimiento lo anotaba, lo que no está es porque no lo sabía”, finaliza el video que se conoció.
Centeno reconoció que los funcionarios que llevaban eran los nombres que había anotado en sus diarios de viaje. Refirió al exsubsecretario de Coordinación del Ministerio de Planificación Federal, Roberto Baratta; al exdirector de Energías Renovables, Fabián Ezequiel García Ramón; al exasesor Hernán Gómez y a un secretario de la Unidad Ministro, Nelson Lazarte.
Actualmente, gran parte de la causa está elevada a juicio oral. El expediente madre, denominado Cuadernos (número 9608/2018), tiene 47 imputados, entre empresarios y funcionarios. Luego, hay otro que en los Tribunales llaman “Camarita”, 13816/2018, donde se investiga la cartelización en las obras viales, que cuenta 52 acusados, entre empresarios y funcionarios.
Además, está el expediente conexo, que también está a la espera del juicio oral, donde se vinculan los hechos respecto de los bienes, en el país y en el exterior, del secretario de Néstor Kichner, Daniel Muñoz, con 15 imputados, entre testaferros y profesionales vinculados a operaciones que podrían configurar delitos de lavado de dinero.
Existe una causa,13820/2018, que se formó por el reconocimiento de varios imputados por la devolución de parte del dinero que las concesionarias de ferrocarriles cobraban en subsidios. Tiene seis imputados; y una más sobre las rutas por peajes, (18580/2019), con 10 imputados.
El listado sigue con el expediente en el que se investigan los bienes del asesinado y arrepentido secretario de Cristina Kirchner, Fabián Gutiérrez, con 14 imputados y que corre bajo el número 10158/2017; hay uno más por la compra de gas natural licuado, cinco imputados, y finalmente, el juicio que se sigue a una empleada del exministro Julio De Vido, 10119/2016, por lavado de dinero, con tres acusados.
Así las cosas, el expediente, además de varios cuerpos, tiene 152 imputados aunque no 152 nombres propios ya que varios funcionarios se repiten en más de una.
Desde hace varios meses, el tribunal Oral Federal 7 le ha solicitado recursos a la Corte. Y en lo que se interpretó como una clara señal de apoyo al enjuiciamiento de los casos de corrupción, a fines de abril, reforzó el tribunal que tiene que juzgar a Cristina Kirchner en la causa de los “cuadernos de las coimas”.
La Corte Suprema, con la firma de los cuatro jueces, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, dispuso mediante la resolución 622/2022 autorizar la contratación de tres secretarios para el Tribunal Oral Federal N°7 desde el mes próximo y hasta fin de año.
En esa causa, Cristina Kirchner está acusada de 27 hechos de coimas y como jefa de una asociación ilícita. Los principales acusados son los exfuncionarios De Vido, Baratta, José López y el chofer Oscar Centeno, el financista Ernesto Clarens, y los empresarios Ángelo Calcaterra; Carlos Wagner (extitular de la Cámara Argentina de la Construcción), Aldo Roggio (Metrovías); Gabriel Romero (Ferrovías y exconcesionario de la Hidrovía) y Néstor Otero (el concesionario de la terminal de micros de Retiro), entre otros.
Lejos de los valles procesales en los que se sumergen las causas de corrupción, muchas veces afectadas no solo por los vientos políticos sino también por la falta de recursos para tratar expedientes extraordinarios y por la constante interposición de recursos de las defensas, el enorme juicio ni siquiera ha empezado. Tan lejano parece todo que hasta resulta difícil establecer cuáles son los hechos que se juzgan.
Para recordar, allí se investiga una asociación ilícita compuesta por los principales vértices del poder kirchnerista, además de una cuadrilla de empresarios que supuestamente pagaron coimas. En épocas donde la fiesta de Olivos solo se reconoció después de que se conozca una foto, pues llega una nueva imagen: la de aquel chofer al que no se le conocía la voz. Habló, y volvió a darle cuerpo de hechos a las anotaciones que reconoció haber tomado durante muchos años.
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