El reconocimiento de los abusos por parte del propio Lautaro Teruel, sin dudas, es la prueba más lapidaria que existe en el expediente.
La situación procesal de Lautaro Teruel se agravó en las últimas horas y en sus argumentos el fiscal Federico Obeid señaló que de las actuaciones llevadas a cabo en torno al caso, se pudo establecer que una vez que la menor tomó la decisión de radicar la denuncia en contra de Lautaro, surgieron reuniones entre distintos miembros de la familia para evitar que esto se formalice.
Uno de los que trató de impedir la denuncia fue nada menos que el propio acusado, quien, con ayuda de sus familiares, logró acordar distintos encuentros con la menor a la que había abusado por años. Su objetivo principal, según el expediente, fue el de “tratar de convencerla de no realizar dicha denuncia y pedirle que se olvide de esa pendejada”.
Frente a estas maniobras, la menor decidió grabar los encuentros. En una de esas grabaciones, se puede advertir como el acusado “le pide que no denuncie y habla de cómo las niñitas lo atraían sin ningún tipo de remordimiento”. Pese a ello, la menor siguió firme con su decisión de radicar la denuncia, pues “es lo correcto”.
En respuesta, Lautaro le mandó a la menor “un montón de audios diciendo que no quiere ir preso y que a su papá le había parecido mal que él se juntara a hablar del tema”. En el encuentro con su abusador, la menor contó que el mismo le preguntó primero si se acordaba de él. “Yo me enojé, le dije que si me acordaba, él me miró me dijo: igual yo me lloré la vida con unos amigos”. Luego, el acusado agregó que “estaba arrepentido, que había sido una pendejada lo que había hecho, que era algo que cualquier chico cualquier pendejo podría haber hecho y que él no se consideraba una mala persona…”.
En las reuniones que víctima y victimario mantuvieron, Teruel sostuvo que había hablado sobre los abuso con sus amigos. “Me dijo que él había hablado con sus amigos, me contó que él no le podía decir a su mamá por lo que se lo dijo a su abuela, que su papá habló con él y le aconsejó que siga con su vida, que hay gente que tiene juicios y todo y sigue trabajando”.
En medio de esa charla, la menor recordó que el acusado “me pedía perdón y ahí le dije que cuando abusó de mí porque le hizo: él me dijo que simplemente no sabía, queveía una nena y se quería alzar. Asimismo, dijo que otro familiar del acusado, la llamó para saber si habían denunciado el caso, según informó Informatesalta.
Este familiar, agregó la madre de la víctima, pedía que “no hagan esto público, que ellos manejaban los medios y la que saldría perjudicada era su hija y no ellos”.
Por otra parte, la madre contó que “cuando tenía 11 años de edad, su hija empezó a cortarse los brazos y las piernas, todavía tiene las marcas, hace tres años dejó de cortarse, sin embargo jamás le dijo porque se cortaba” hasta que finalmente la menor se animó a revelar la verdad.
Indefendible
Las grabaciones, el testimonio de la menor y las declaraciones de otros testigos dejaron a Lautaro Teruel en una situación casi imposible de revertir, por lo que su situación procesal se considera ya un asunto terminado, pues, y hasta el momento, todos los pedidos de su defensa han sido rechazados.
Lo que se espera ahora es que el fiscal Obeid concluya muy pronto con la etapa de investigación de los hechos imputados, lo que sucederá cuando la fiscalía remita la causa para que sea elevada a juicio, instancia procesal que podría suceder a fin de este año, si es que no se presentan planteos dilatorios en el camino.
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