Durante las tres primeras audiencias del juicio contra el productor de modas declararon en calidad de testigos las seis mujeres que lo denunciaron. El acusado prestó declaración y sostuvo su inocencia.
El fiscal penal 4 de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, Pablo Rivero, representa al Ministerio Público Fiscal ante la Sala V del Tribunal de Juicio del distrito Centro, en la audiencia de debate contra Pablo Marcelo Rangeón por los delitos de abuso sexual con acceso carnal continuado en perjuicio de S. Y. G.; abuso sexual con acceso carnal en perjuicio de C. F. R.; abuso sexual con acceso carnal y estafa en perjuicio de J. P. R. P.; abuso sexual simple en perjuicio de M. L. B.; abuso sexual simple continuado en perjuicio de M. P. G. E.; y abuso sexual con acceso carnal en perjuicio de C. A., todo ello en concurso real.
Cumplidas las tres primeras jornadas de la audiencia de debate, prestaron declaración ante el Tribunal integrado por los jueces Gabriela Romero Nayar, Mónica Faber y Pablo Farah, las seis mujeres que denunciaron al acusado por hechos de abuso sexual, ratificando sus dichos.
Luego de cada testimonio, el acusado solicitó declarar, dando su versión de lo sucedido y sosteniendo su inocencia.
La ronda de testimoniales continuará con la declaración de profesionales del CIF y del Poder Judicial que tomaron intervención en la investigación y otros testigos de las partes.
Según lo previsto, la audiencia finalizará el próximo 22 de julio.
Contradicciones
En la tercera jornada de ayer prestó declaración bajo juramento Manuela C.C., la joven que salió con una de las denunciantes, F.R.C., un fin de semana de 2019. En su relato la testigo ahondó en demasiadas contradicciones desde su inicio cuando dijo haber trabajado como modelo con Rangeón, pero no ser su amiga. Sin embargo, con el correr de los minutos sostuvo que sí comparte una amistad y luego una «media amistad».
En el hecho puntual F.R.C. acusó a Pablo Rangeón de haberla violado. Contó que en el boliche Hakuna recibió un trago del empresario con el que supone fue drogada, despertó al otro día en su casa como sedada y con «semen en la bombacha». Relato que coincide con el de otras víctimas en cuanto al modus operandi que el imputado habría usado: darles de beber alcohol con alguna sustancia para sedarlas y aprovecharse de su indefensión para abusar de ellas.
La testigo que declaró ayer, Manuela C.C., comenzó graficando desde el momento que salió con F.R.C., fueron primero a una cervecería del centro salteño, bar Pinta del Rey, donde tomaron dos vasos de cerveza cada una. Detalló que F.R.C. no está acostumbrada a tomar, «con dos vasos de cerveza ya se emborracha». A ese lugar las pasó a buscar el imputado, Rangeón, a quien la víctima no conocía hasta esa noche. Se dirigieron en la camioneta del empresario al boliche Hakuna.
«Vaso comunitario»
En el transcurso hasta el local bailable siguieron tomando vodka con speed en un vaso «comunitario». En el interior del boliche siguió la ingesta de alcohol hasta que se fueron antes del cierre, cerca de las 4.30, a pedido de ella Pablo Rangeón las llevó a una sandwichería ubicada en la esquina de Balcarce y Leguizamón. Relató lo que comieron y en ese lugar sostuvo que le dieron ganas de orinar y se fue con F.R.C. a la plaza de la Legislatura donde F.R.C. «se cayó tres veces, a la tercera le dije que me esperara porque no podía sostenerse», contó la testigo. De ahí un amigo la pasó a buscar y se fueron a su casa, mientras la víctima y el productor se fueron por su parte. Hasta ese entonces ya habían «chapado» en dos oportunidades, en el boliche y en la camioneta afuera de la sandwichería, contó.
En más de una oportunidad se escuchó en la sala una sonrisa de tinte nerviosa por parte de Manuela, en su narración los tiempos de los hechos parecerían no coincidir. Por otra parte, a una pregunta del fiscal ella recuerda lo que habló con Rangeón pero no lo que dialogó con F.R.C. Otra de las aristas que parecerían contradecir lo ocurrido es si la víctima estaba tan borracha y no se podía «sostener» como ella manifestó, ¿cómo llegó a consentir una relación sexual con el imputado? Este último, por su parte, no estaba borracho según declaró la testigo.
Otro de los aspectos que sembraron dudas son las tres caídas que tuvo F.R.C., quien en su declaración dijo haber terminado esa noche con uno de los ojos lesionados. Respecto al ojo, Manuela dijo que no había advertido ninguna lesión, ¿y si cayó tres veces, con qué se lastimó? Acerca de las caídas la testigo refirió que fue prácticamente sin las manos, de ser así: ¿Las heridas no hubieran sido aún más graves?
El momento quizás de mayor incertidumbre para Manuela fue cuando tras señalar que no recordaba si había recibido alguna llamada de Rangeón aquella mañana después de la salida nocturna, el fiscal Pablo Rivero le dijo que tenía un registro de llamadas donde a partir de las 8 el imputado la llamó cinco veces, una de las llamadas duró 103 segundos. «¿El de las 8.30 de la mañana? Bueno, debe ser que ahí me contó», sostuvo la testigo afirmando que sí había hablado con el imputado. «Pasaron tres años y no me acuerdo mucho», agregó.
“No dejaba que ningún padre esté en las clases”
Ayer la primera en pasar al banquillo fue otra de las mujeres que denunció al productor de modas. Según declaró en el momento del hecho tenía 15 años, al igual que otras denunciantes dijo que se sintió invadida en su intimidad a partir de la segunda temporada de clases, porque el director de la escuela, Pablo Rangeón, además de tocar sus partes íntimas le propuso salir.
A diferencia del imputado, M.L.B. dijo que existían dos grupos de Whatsapp, uno creado por Rangeón y otro donde estaban las alumnas y una profesora. También contradijo al imputado cuando contó que en las clases Rangeón no permitía que se quedaran los padres, esto coincidió con lo que declaró Sofía Noel Paz, quien fue asistente de clases en la escuela, una de las testigos que también habló ayer.
A pregunta de la defensa de Rangeón, que le consultó por qué siguió yendo a pesar de los supuestos abusos, la víctima sostuvo: “Él jugaba con mis emociones, me decía que me podía hacer famosa, sabía que yo quería actuar y me decía que él podía hablar con el director del Teatro Provincial”.
Tras la exposición de la denunciante, volvió Rangeón a la sala -las víctimas declaran en ausencia del imputado- y al igual que en las dos jornadas anteriores solicitó pasar al frente y hacer su defensa. Negó la ausencia de los padres en las clases, desconoce y niega lo que hablaban en el grupo de Whatsapp acerca de los abusos y el acoso, “debe haber sido porque se enojó conmigo”.
La jueza que preside el tribunal le pidió a Rangeón que graficara cómo hacía la corrección de posturas a sus alumnas, momento en que las víctimas dijeron que eran manoseadas, con lo cual el imputado solicitó la presencia de una persona. “Lo que usted propone no va a pasar, eso de tocar a alguien en esta sala no va a pasar”, lo puso en su eje el juez Pablo Farah y agregó “usted tiene la posibilidad de mencionar, acorde a su defensa en el debate, puede expedirse acerca del tocamiento o puede no hacerlo”.
El imputado negó cualquier tocamiento impúdico. Solo “señalarle que tiene que tener un arco en la espalda, la forma de plantear cómo debe cruzar los pies, cómo debe tener el mentón. Ese era el motivo de mi acercamiento, previo a pedirle permiso a la señorita, cuando lo hacía con una todas quería que hagan lo mismo y no podía ser posible”.
También declararon ayer María Andrea Bellini, del Departamento de Psicología del Poder Judicial, y Paola Isabel Geipel, criminóloga del CIF.
Con información de El Tribuno
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