Entre otros testigos, hoy compareció un remisero que trasladó a Morales el día del hecho desde calle Jujuy hasta barrio Solís Pizarro, previo derrotero por diferentes arterias de la ciudad en búsqueda de un teléfono público.
En el Salón de Grandes Juicios se desarrolló hoy el quinto día de la audiencia de debate seguida por el homicidio de María Leonor Gine (70), ocurrido el 28 de marzo del 2020 en su departamento de calle Belgrano al 900. Por el delito se encuentran imputados Agustín Morales (21), nieto de la víctima, Federico Leonardo Detzel (30) y Tania Rocío Aguirre (30).
Entre otros testigos, hoy compareció un remisero que trasladó a Morales el día del hecho desde calle Jujuy hasta barrio Solís Pizarro, previo derrotero por diferentes arterias de la ciudad en búsqueda de un teléfono público.
Durante la mañana declararon además la empleada doméstica de María Leonor Gine y un hombre que alquilaba una subdivisión realizada en el inmueble de Belgrano al 900.
Para hoy también estaba prevista la declaración de un perito en telecomunicaciones del CIF y del portero del edificio de Gine, entre otras.
El primero en hablar ante el tribunal fue el conductor de un remís que Agustín Morales habría abordado el 28 de marzo de 2020, al mediodía. El testigo no reconoció al imputado, presente en la sala. Dijo que en aquella oportunidad tenía el cabello más largo y ondulado.
El conductor relató que el joven subió al remís en calle Jujuy y que le pidió que recorriera varias calles en búsqueda de un teléfono público. Cuando encontró uno, en un ciber, descendió, habló 4 o 5 minutos y volvió a abordar el auto. Le pidió que lo trasladara a barrio Solís Pizarro, donde bajó en la plaza que está frente a la iglesia. Allí se entrevistó con otro joven. El remisero señaló que alcanzó a percibir que ambos realizaban un intercambio pero no pudo aportar más detalles porque Morales estaba en la parte posterior del vehículo.
El testigo contó que le preguntó al pasajero si tenía permiso de circulación, dado que había restricciones por la cuarentena, y que Morales le dijo que sí. Luego, cuando pasaron por un control policial en el puente de barrio Santa Lucía, el acusado mostró un papel y un aparatito y les dijo a los efectivos que iba a hacerle un control de diabetes a su tía.
El remisero refirió que, durante el trayecto de regreso, el pasajero encendió un cigarrillo y que él le pidió que lo apagara porque le hacía mal. Así lo hizo. Pero después, cuando iban por calle Tucumán, volvió a prenderlo, por lo que le volvió a reclamar. Ante esto, el joven se molestó y dijo que se iba a bajar para abordar otro auto de alquiler. Descendió cerca de calle Irigoyen. Le pagó con un billete de 500 pesos. El testigo dijo que alcanzó a ver cuando el pasajero se alejaba caminando con dirección a Villa Mitre, cruzando el puente.
Seguidamente declaró el inquilino que tenía Leonor Gine en marzo de 2020. El hombre alquilaba un pequeño departamento, en una subdivisión que tenía el inmueble de calle Belgrano al 900. Dijo que su comedor colindaba con la cocina de la víctima y que ambos ambientes estaban separados por una pared de durlok.
El testigo refirió que había alquilado el departamento alrededor de un mes y medio antes del homicidio. Reconoció a Agustín Morales. Sabía que era el nieto de la víctima y que residía con ella porque una vez fue a solicitar la clave de Wifi y lo atendió el acusado. En otra oportunidad, el joven llamó a su puerta y le pidió que le prestara 500 pesos para hacer unas compras. Le aseguró que se los devolvería cuando regresara su abuela, pero nunca lo hizo.
El testigo afirmó que casi no veía a Gine y a Morales porque él trabajaba con horarios rotativos y pasaba poco tiempo en su casa.
Dijo que uno o dos días antes del crimen le había pagado a Gine el alquiler, por adelantado. No recordaba bien si lo había hecho con billetes de cien o de quinientos pesos.
Acerca de lo que alcanzó a percibir el día del hecho, el inquilino sostuvo que no escuchó ruidos ni gritos. Dijo que justamente estaba de descanso y que venía de trabajar una semana en horario nocturno (de 22 a 6). Precisó que llegó a las 6 de la mañana y se acostó a dormir. Se levantó como a las 13, cocinó, vio televisión y se volvió a dormir a las 16, hasta cerca de las 20. Como a las 1 de la madrugada vio salir a Morales en la camioneta de su abuela. No lo vio volver pero sí observó cuando salió dos veces más durante esa noche, a las 3 y a las 7. La segunda vez alcanzó a ver que iba acompañado por otro hombre.
El testigo precisó que pudo observar estos movimientos porque su ventana da a la cochera y que los vehículos se detienen ahí antes de abrir el portón.
Comentó que advirtió la presencia de la policía en el edificio cuando sacó la basura, esa mañana. Dijo que en ese momento pensó que le habían retenido la camioneta al nieto de Gine porque andaba circulando a pesar de las restricciones por la pandemia. Nunca imaginó que se trataba de un homicidio.
A continuación compareció la empleada doméstica de la víctima. Dijo que trabajó para Gine desde noviembre de 2019 hasta la fecha de su deceso. Precisó que, al principio, la mujer residía sola y que su nieto se mudó a vivir con ella alrededor de dos semanas antes de que se declare la cuarentena.
La testigo aseguró que nunca presenció ninguna discusión entre la víctima y Agustín Morales, pero sabía que el joven tenía problemas de adicciones porque se lo había comentado la propia Gine. La mujer le contó que había estado en rehabilitación pero había recaído.
La testigo manifestó que, al enterarse de esto, le confesó a su patrona que no se sentía segura trabajando ahí porque sabía que las personas con adicciones pueden alterarse si les falta la droga. En ese contexto le aconsejó a Gine que si Agustín le pedía dinero que era preferible que se lo diera para que no se pusiera nervioso.
La exempleada contó que Gine le dijo que amaba a su nieto y que no lo podía dejar solo. Le aseguró que iban a tratar de internarlo para que se rehabilitara. Asimismo, afirmó que Morales siempre fue respetuoso con ella y que era cariñoso con su abuela.
La mujer dijo que Morales salía y volvía permanentemente. Y que, de regreso, se encerraba en el baño a fumar. Sostuvo que no eran “cigarrillos normales” por el olor que dejaban.
Agustín Morales está siendo juzgado por homicidio agravado por el vínculo, ensañamiento, alevosía, criminis causa y por haber mediado violencia de género, en perjuicio de María Leonor Gine, en concurso real con violación de medidas dispuestas por la autoridad competente para impedir la propagación de una pandemia.
Federico Leonardo Detzel (30) y Tania Rocío Aguirre (30), en tanto, están imputados por homicidio agravado por ensañamiento, alevosía, criminis causa en perjuicio de María Leonor Gine, en concurso real con violación de las medidas dispuestas por la autoridad competente para impedir la propagación de una pandemia. En forma subsidiaria, la fiscal amplió la acusación ayer sumando el delito de encubrimiento agravado.
Está previsto que el juicio se extienda hasta el 30 de julio. Se lleva a cabo con tribunal colegiado integrado por los jueces María Gabriela González (presidenta), Carolina Sanguedolce y Pablo Farah (vocales), vocales de la Sala III.
El 28 de marzo de 2020, alrededor de las 10.30, una hija y un nieto de María Leonor Gine se acercaron al edificio donde residía la víctima, en la intersección de Sarmiento y Belgrano, para ver cómo se encontraba debido a que no respondía las llamadas telefónicas. Por el portero del edificio se enteraron de que Agustín Morales, otro nieto de la víctima que se encontraba residiendo circunstancialmente con ella, se había llevado el vehículo de Gine.
Los familiares de la mujer de 70 años salieron en búsqueda de Morales y lo divisaron en avenida Bicentenario. Iba en el rodado acompañado por Detzel. Regresaron con Agustín al edificio de Gine y en ese momento arribó al lugar otra hija de la víctima, que tenía un juego de llaves del departamento. Al ingresar, encontraron el cuerpo de la mujer en la cocina. Tenía heridas en el cuello y otras de tipo defensivas. En el lugar se observaba mucha sangre y un cuchillo que sería el arma con el cual le ocasionaron las lesiones que le provocaron un shock hipovolémico.
A partir del relevamiento de filmaciones de las cámaras de seguridad se logró establecer que durante esa noche, Morales entró y salió varias veces del departamento de su abuela, acompañado por Detzel y Aguirre.
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