«Que se juzgue al violador y se lo condene, no al inocente», planteó el arzobispo.El gobernador admitió contradicción en el protocolo derogado para casos no punibles.
La Iglesia Católica aprovechó el tradicional tedeum del 25 de mayo para reafirmar su rechazo al proyecto de legalización del aborto que se debate en el Congreso. En Salta, el tema cobró más peso tras la decisión del gobernador JUAN MANUEL URTUBEY de eliminar las restricciones para las prácticas a embarazadas producto de una violación o cuando esté en riesgo su vida, puntos que ya estaban previstos en el Código Penal desde 1921.
“Que se juzgue al violador y se lo condene, no al inocente”, planteó ayer en la Catedral el arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello. Urtubey lo escuchaba desde la primera banca, frente al altar. “La posición de la Iglesia es clarísima. Nosotros tenemos que gobernar para todos los argentinos”, respondió al salir del templo.
Durante doce minutos, el monseñor defendió “la vida desde el seno materno hasta la muerte natural”. “A todos nos interesa que la mujer no muera por causa de los abortos clandestinos”, añadió. Pero remarcó al final: “Salvemos las dos vidas. Esa es la consigna”.
Cruce
Cargnello sostuvo que en el debate por la despenalización se expusieron estadísticas erróneas; aunque sin contrastar con otros datos, aseguró que “el número anual de abortos en la Argentina es mucho menor que el presentado, la mortalidad materna vinculada con el aborto también es menor aún en relación con otras causas obstétricas”.
“Se muestra al niño inocente e indefenso en el vientre de la madre casi como un agresor”, apuntó la cabeza del Iglesia Católica en Salta.
El cambio
El jueves, Urtubey anunció por Twitter, una red social donde era blanco de cuestionamientos, la adhesión de la Provincia a un protocolo nacional que se aplica para los abortos no punibles, enmarcados en el artículo 86 del Código Penal. Se trata de una guía de intervención elaborada en 2015 tras un fallo de la Corte Suprema de la Nación.
En 2012, la Provincia, a través del decreto 1.170, impuso otro protocolo que exigía que las embarazadas que sufrieron una violación solo podían abortar hasta las doce semanas, un plazo que fue cuestionado desde un primer momento por las organizaciones de mujeres. Además, se las obligaba a realizar una declaración ante el Ministerio Público Fiscal.
“Es un buen momento para hacerlo, mejor ahora que más tarde”, expresó el gobernador Urtubey sobre el cambio.
El embarazo de una niña de once años, abusada por su padrastro, desató una polémica a nivel nacional esta semana y obligó a aceptar el protocolo nacional. A la nena le detectaron que estaba embarazada de 19 semanas, el 9 de mayo. Con la guía que estaba vigente, excedía el plazo del aborto no punible.
Oficialmente desde el Grand Bourg informaron luego que la salteña de once años y su madre decidieron continuar en la gestación. Tras las fuertes críticas de organizaciones feministas, artistas y famosos, el gobernador derogó el decreto 1.170 del 2011.
“Estamos hablando de una chica de once años violada. Todo el mundo tiene derecho a opinar, pero hay una ley argentina. Y si nuestro protocolo estaba en contradicción en la práctica había que hacer esto”, respondió el mandatario ayer en ronda de prensa en los actos por el aniversario del 25 de Mayo.
“Condena de muerte”
Durante el tedeum, que arrancó después de las 9, Cargnello citó al Concilio Vaticano II y subrayó que “el aborto y el infanticidio son crímenes abominables”.
“Que el Estado estudie cómo acompañar a la mujer durante su embarazo, desde los diversos ámbitos de la vida social, desde la salud, desde la educación, desde políticas a favor de la vida. Despenalizar el aborto tiene el sabor de una condena a muerte de inocentes”, cargó Cargnello.
El arzobispo apuntó contra los políticos y los médicos, en un templo con poca gente. En el primer caso recordó palabras del papa Benito XVI: “Los políticos y los legisladores católicos, conscientes de su grave responsabilidad social, deben sentirse particularmente interpelados por su conciencia, rectamente formada, para presentar leyes inspiradas en los valores fundamentales de la naturaleza humana”.
El mensaje para los agentes de la salud, en tanto, fue: “No son inocentes aquellos profesionales de la salud que, buscando el lucro, no dudan en favorecer y actuar impunemente traicionando su juramento hipocrático”.
Madres pobres
En su alocución, Cargnello sostuvo que en el mundo, cuanto mayores son los ingresos de la población, más aumentan los abortos a demanda y cuestionó que se haya presentado al proyecto de la despenalización “como una respuesta al clamor de las madres más pobres o vulnerables”.
Urtubey asistió al tedeum con su hijo Marcos y más atrás estaba el dirigente industrial José Urtubey. Aunque se había anunciado su presencia, el intendente Gustavo Sáenz no asistió y lo reemplazo el presidente de Concejo Deliberante, Matías Cánepa.
La Justicia estuvo representada por el presidente de la Corte salteña, Guillermo Catalano, y la Cámara de Diputados, por Santiago Godoy.
Antes de culminar la celebración, Cargnello manifestó: “Hoy los pobres son, por excelencia, los niños por nacer, que nos piden a los responsables: ‘Déjennos vivir’. Nosotros queremos ser su voz esta mañana”.
Luego bajó del altar y caminó unos pasos y saludó a Urtubey, con unas breves palabras.
Ese momento concentró la mirada de los funcionarios y otros ciudadanos que se acercaron ayer hasta la Catedral Basílica.
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