En menos de dos semanas trataron de ingresar cinco encomiendas. La «nueva normalidad» también movió la estantería de los traficantes.
Los efectos devastadores de la pandemia del coronavirus, denominada COVID-19, no deja margen para el error. Desde hace casi seis meses en Salta las autoridades intentan prevenir la circulación del nuevo virus. Actualmente la provincia atraviesa la peor etapa, con circulación comunitaria en el 90 por ciento de la provincia, en ese contexto los narcos se vieron obligados a adoptar sus mecanismos y organizaciones a la “nueva normalidad”. En la cárcel federal de General Güemes desde hace algunas semanas hubo al menos cinco intentos de pasar droga.
Lo que hasta comienzo de año se realizaba de manera personal, el traslado de sustancias prohibidas en poder de las denominadas mulas o pasadores de droga, ahora a causa de la pandemia los proveedores tuvieron que adoptar otras formas. En los últimos días en el Complejo Penitenciario Federal número III de General Güemes, la droga estuvo cerca de filtrarse a través de verduras como papa, en envases de yerba mate o, en el último caso, adentro de un frasco de desodorante. Todos llegaron en encomiendas.
La semana pasada, cerca de las tres de la tarde una de las encomiendas que llegó al penal federal tenía distintos productos desde caramelos masticables, yerba mate, papel higiénico, paquetes de sal, remeras, cuatro paquetes de fideos, jabones, aceite, dos cremas y un desodorante. Fue justamente en este último elemento donde el guardia de turno observó una anomalía y procedió a su abertura.
Se trató de un desodorante antitranspirante versión “blue blazer” color negro. El agente que examinó el contenido notó que la parte superior donde se encuentra la bolilla estaba adulterada. Tras sacar la parte de arriba del objeto encontró un envoltorio de látex que en su interior tenía una sustancia rígida. La sustancia fue sometida a la prueba de campo, narco test, que arrojó como resultado un color turquesa tratándose de clorhidrato de cocaína, con un peso aproximado de 6 gramos.
Bajo protocolo
Todas las acciones que desde un primer momento los guardias del penal federal de Güemes llevaron a cabo fueron bajo los lineamientos de la auxiliar fiscal Vanina Pedrana, de la Procuraduría de Narcocriminalidad Región NOA, a cargo del fiscal Eduardo Villalba.
En materia de seguridad, la cárcel de Güemes está categorizada como nivel “C”. Hasta hace poco estaba el Coya Raúl Rojas, condenado a perpetua por liderar una banda de sicarios en el norte, fue trasladado a Chaco.
Inmersos en un contexto sumamente complicado como el de una pandemia, los efectivos del penal como la doctora auxiliar fiscal debieron desenvolverse bajo el protocolo de seguridad sanitaria y social vigentes. En ese sentido la apertura de los paquetes se realizó ante testigos del mismo penal, agentes penitenciarios.
La investigación
Las cinco encomiendas fueron enviadas por personas diferentes, fuentes cercanas al caso señalaron que se investiga a esas personas como también a los internos receptores de la droga que finalmente fue secuestrada. Frente a lo decretado por las autoridades gubernamentales de no seguir con las visitas en las cárceles, lo de las encomiendas puede transformarse en una de las modalidades más utilizadas en el último tiempo.
Agregue un Comentario