El Xeneize se impuso con un gol de Luis Vázquez. Mostró una imagen diferente de local. El Globo no gana hace 14 fechas y sufre con el descenso.
Ganar en casa, cambiar la cara, terminar feliz. Es otro Boca es su propio terreno. Entonces, hay una pregunta que repiquetea entre las butacas de esta platea ardiente: ¿por qué no se puede jugar así en rodeo ajeno? Si es capaz de mostrar buenos momentos de fútbol, como sucedió esta noche ante Huracán, ¿no es posible tener continuidad de visitante? El resultado, corto en proporción a las situaciones que generó, le da impulso en la tabla general. Sabe que River está a un paso de ser campeón, que la Libertadores es el objetivo prioritario y tenía que dejar una imagen de entereza en la Bombonera.
Huracán vive un momento dramático. No gana hace 14 fechas y el fantasma del descenso pesa en las piernas de sus futbolistas. Se devoraron dos entrenadores (Diego Dabove y Sebastián Battaglia) y no la está pasando bien el tercero (Diego Martínez). No hubo respuestas, desperdició las contras que fabricó en la etapa inicial y no pateó al arco de Sergio Romero. Para colmo, el viernes recibirá al encumbrado Talleres.
Boca mereció terminar arriba en el marcador al cabo del primer tiempo. En definitiva, jugó mejor que su rival y tuvo las situaciones más claras. Sin embargo, falló en la definición. Y aunque la búsqueda estuvo concentrada en un buen volumen de juego a partir de una colección de pases, su recurso más cautivante estuvo en la disrupción de Valentín Barco.
¡GOL DE BOCA! Vázquez puso el 1-0 para el Xeneize ante Huracán en la Bombonera.#LigaProfesional 🇦🇷
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— ESPN Argentina (@ESPNArgentina) July 10, 2023
El pibe de 18 que debutó como lateral y terminó corporizándose en un volante punzante, atrevido y desfachatado generó peligro en forma permanente. No es usual en el fútbol argentino observar a un jugador sin temor a la pérdida. Barco juega sin inhibiciones, con un sentido de potrero. Pisa la pelota, encara hacia adentro cuando se suelta Frank Fabra o hacia afuera. Y en la etapa inicial inquietó a Guillermo Soto. El chileno no pudo contener al colorado de 25 de Mayo.
Boca mostró un esquema diferente. A bordo de un 4-1-4-1, Jorge Almirón ubicó a Miguel Merentiel contra la raya, como extremo-volante por la derecha, y a Luis Vázquez como referencia de área. Se soltó Pol Fernández y la salida estuvo a cargo de Alan Varela. Se proyectó Marcelo Weigandt, pero dicho está, mucho más agresivo fue por el sector izquierdo con la dupla Barco-Fabra.
Y a partir de la joya juvenil se generaron las mejores chances frente al arco de Lucas Chaves. Barco desbordó, metió el centro atrás, Vázquez sacudió de primera y el arquero del Globo tapó con sus piernas. Por el mismo sector se filtró el pibe y se produjo una jugada muy polémica. Santiago Hezze fue abajo, tocó la pelota y desestabilizó al Colorado. Nicolás Ramírez estaba al lado. Hernán Mastrángelo avaló su decisión desde el VAR. Pareció penal.
Después, fue el propio Barco el que metió un pase largo para Merentiel, que definió muy mal, por encima del travesaño. Y en el desenlace de la primera parte, de un córner de Huracán llegó una contra que no terminó en el gol porque Fabra y Barco sacudieron el palo y el travesaño. El colombiano arrancó a toda velocidad detrás de la mitad de la cancha y cuando enfrentó a Chaves, el arquero desvió el tiro con la punta de su botín antes de que la pelota pegara en la base del poste. El juvenil encontró el rebote y remató al horizontal.
Sí, Boca mereció más que Huracán, que arribó a la Bombonera con una gran predisposición para la réplica. Apareció en cuentagotas Juan Gauto, la esperanza del ataque, pero se jugó demasiado para Matías Gómez, el otro extremo, que terminó todas mal. Llegó mal pisado al área, controló con deficiencia la pelota, ni un tiro libre en la puerta del área acertó al arco defendido por Sergio Romero.
Huracán se sostuvo en sus centrales, sufrió por los costados y cuando pudo, salió de contra con el buen manejo de Hezze. Le faltó explosión en los metros finales, corrió, pero no preocupó a Romero con la excepción de algún error no forzado de Boca en la salida. Luchó el Globo. Jugó poco.
Y encontró el gol Boca en el segundo tiempo. Después de un espasmo de Huracán, conectaron tres pibes de la cantera: Barco, Cristian Medina –más activo- y Vázquez, al que se le destapó definitivamente el arco.
Almirón mandó a la cancha a Equi Fernández para reforzar el medio y prescindió de Merentiel. Martínez no le pudo modificar la cara a Huracán. Y terminó con uno menos por la expulsión de Fernando Godoy vía VAR: Ramírez, que tuvo una noche negra, se había comido el planchazo sobre Medina.
Ganó Boca, como casi siempre en casa. Perdió Huracán, una peligrosa costumbre.
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