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Liga ProfesionalBoca, un equipo caótico: armó un concierto de errores ante Independiente Rivadavia y rescató un empate que no le suma

Blanco, Pol Fernández, Medel, Cavani y Figal, rostros de preocupación de Boca por un nuevo rendimiento no aprobado ante Independiente Rivadavia Marcelo Aguilar - LA NACION

Perdía 1 a 0 ante Independiente Rivadavia y sumaba un nuevo traspié en la previa de la serie copera ante Cruzeiro, pero acertó en la última jugada del partido y sacó un empate en el Malvinas Argentinas.

Cuando no es Chiquito Romero es Cavani. Y cuando no es el uruguayo, es Cristian Medina, como en el Monumental, quien se calza el traje de superhéroe para salvar una y otra vez al caótico Boca de Diego Martínez. El Xeneize perdía 1-0 ante Independiente Rivadavia y sumaba un nuevo traspié en la previa de la serie copera ante Cruzeiro, pero acertó en la última jugada del partido y sacó un empate en el Malvinas Argentinas que evitó el incendio en medio de un clima complicado.

Antes más de 35.000 almas (hubo público “neutral”), Boca brindó un concierto de errores defensivos que propiciaron las chances más claras del conjunto de Cicotello. Impreciso en la salida, lento en las transiciones y sin respaldo de los mediocampistas, el Xeneize precisó de los reflejos de Chiquito Romero para irse 0 a 0 al descanso. A los 11 minutos del primer tiempo, Figal cometió un penal burdo contra Lautaro Ríos que se vio desde la Bombonera. Fue el momento “morbo” de la noche: Sebastián Villa, el colombiano que dejó Boca tras confirmarse su condena de dos años y un mes por ejercer violencia de género contra su expareja, y que recaló este año al fútbol argentino tras un breve paso por el fútbol de Bulgaria, ante la posibilidad de amargar a su exclub y catapultar a su equipo al segundo puesto de la tabla. Villa, que en Boca había fallado ante Corinthians y Atlético Mineiro, se paró recto a la pelota y eligió la punta derecha de Romero, que le leyó perfectamente la intención.

Los regresos de Medina y de Zenón en el mediocampo no fueron suficientes para un Boca desarmado que sufrió un nuevo traspié como visitante. Parado de doble 5, Medina pasó casi inadvertido en el juego. Lejos del área, la mayoría de sus intervenciones fueron detrás de la mitad de la cancha y con pases a los costados. Zenón, algo negado con la pelota, intentó ser la manija pero se topó con el estatismo de sus compañeros (salvo Merentiel, el único que intentó algo distinto) y la pegajosa marca de Ezequiel Ham, aquel chico de Argentinos Juniors que recibió el planchazo de Carlos Tevez en un partido en La Paternal.

Chiquito Romero le desvía el penal a Sebastián Villa; fue en el comienzo del partido Marcelo Aguilar – LA NACION

Lo mejor de Boca en ofensiva fue un derechazo de Cavani que Centurión bajó del ángulo y un buscapié de Merentiel que Figal, de excursión en el área contraria, no llegó a conectar a la red. Boca avanzaba sin atacar y se repetía en centros desde los costados o disparos de media distancia.

Ante un rival agazapado que buscó exprimir al máximo cada falla del Xeneize, Boca abusó del toqueteo y no tuvo ideas para lastimar a la Lepra. Martínez barajó y dio de vuelta en el entretiempo. Ingresó el juvenil Mateo Mendia (zaguero central) en lugar de un incómodo Brian Aguirre que jamás se adaptó a la banda; Advíncula y Blanco se adelantaron a la mitad de la cancha y Boca sumó piernas en la mitad de la cancha para recuperar el dominio del balón y contrarrestar la presión del local. Pero nada cambió hasta el cuarto de hora final.

Porque Boca no encontró nunca el orden pretendido y porque Independiente empezó a aprovechar los espacios y a generarle más de un dolor de cabeza a la última línea del Xeneize. A los 30, Pol Fernández salvó sobre la línea un remate de Iván Villalba que se metía en el arco de Romero. Y un minuto después, en la acción que derivó de ese córner, el propio Villalba conectó de cabeza para el 1-0.

Milton Giménez toma la pelota para buscar el triunfo, pero tras el gol de Medina casi Boca no tuvo tiempo para ganarlo Marcelo Aguilar – LA NACION

El VAR revisó la jugada por un supuesto toque en la mano, pero terminó convalidando el gol. Boca respondió con los ingresos de Zeballos y Milton Giménez y fue a la carga Barracas en busca del empate que le salvara la ropa. Con Merentiel jugando de todo, con Advíncula de wing derecho, con Cavani y Giménez molestándose en el área y con Blanco lanzando al área cuanta pelota pasara cerca. Y fue así, sobre el final, la manera en que Boca encontró el 1-1. Centro pasado de Merentiel y cabezazo de Medina.

Boca cerró una semana brava (1-1 de local ante Barracas, sanción del DT a Marcelo Saracchi, complicaciones en la firma de Ignacio Miramón…) con un empate agridulce que sirve más en lo anímico que en lo estadístico y que estira a cinco partidos la racha sin ganar de visitante.

El jueves, posiblemente con el mismo 11 que jugó en Mendoza (salvo que se recuperen Marcos Rojo o Cristian Lema), Boca iniciará la llave de octavos de final ante Cruzeiro obligado a sacar una buena diferencia (la revancha será el 15 de agosto en Belo Horizonte). Un examen de fuego para un Boca que no encuentra respuestas ni dentro ni fuera de la cancha. Y que tendrá 180′ para demostrar que el ciclo del DT todavía no está agotado.

 

 

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