Deportivo Pereira lo venció 1 a 0 con un cabezazo de Arley Rodríguez y lo alcanzó en la cima del grupo F. El equipo de Almirón cierra con Colo Colo y Monagas en la Bombonera.
Una distracción y una derrota que preocupa. Por el rendimiento, pero fundamentalmente por esa clasificación que parecía cantada y que ahora es una incertidumbre. Sigue dependiendo de sí mismo, claro. Pero fue un golpe duro el que recibió en Colombia. Pereira se llevó un gran premio. Boca se durmió inmediatamente después del penal que tapó Sergio Romero y vuelve a Buenos Aires con las manos vacías.
Jorge Almirón planteó el partido con algunas variantes tácticas. No modificó el esquema habitual, ese 4-3-3 que es una marca registrada para Jorge Almirón, pero cambió las funciones de algunos futbolistas. Luis Advíncula, que había sorprendido a partir de una decisión del técnico como extremo, volvió al lateral. Y Sebastián Villa, que suele moverse por la izquierda, arrancó por la derecha para cederle su lugar a Norberto Briasco.
En este contexto, cedió la iniciativa para lastimar con la velocidad de sus extremos en la salida rápida. Pero como Pereira no tuvo decisión para atacar, terminó ostentando la tenencia. Eso sí, le faltó precisión en la mitad de la cancha para articular el juego y peso en el área, donde Darío Benedetto quedó aislado.
Lo mejor que produjo Boca estuvo en los pies de Villa. Primero por la derecha, después de 35 minutos, por la izquierda. Desde un sector llegó un centro que peinó Benedetto y no llegó a conectar Briasco en la puerta del área chica. Desde el otro, metió la diagonal y sacudió de media distancia. Hubo una buena respuesta de Aldair Quintana.
El mapa de calor no deja mentir. La mayor cantidad de tiempo el juego se disputó por la zona de influencia de Villa y Jimer Fory. A la izquierda, precisamente, generaba mayor desequilibrio Pereira. Sin embargo, no inquietó hasta el final de la primera etapa, cuando Juan Danilo Santacruz tuvo un par de situaciones que no pudo resolver. Primero, quedó mano a mano tras un pase Angelo Rodríguez, pero Pol Fernández metió un cruce propio del mejor líbero. Y al rato, llegó un tiro libre de Johan Bocanegra que el paraguayo definió incómodo entre las piernas de azul y oro.
Fue apenas superior Boca, aun entre sus falencias en la elaboración y la terminación de las jugadas. Y para el segundo tiempo, tomó mayor determinación. Con un cambio que llevó a cabo Almirón: Nicolás Valentini por Facundo Roncaglia para desarmar la zaga con dos diestros.
Se aproximó el conjunto argentino al arco de Aldair Quintana, pero no fue peligroso. El técnico volvió a las fuentes. Entró Marcelo Weigandt y Advíncula subió a la posición de extremo. Y también ingresó Cristian Medina, un volante más vertical.
Pero Boca tuvo un minuto fatal. Y de una pelota que perdió Benedetto ante Jhonny Vásquez, llegó la contra que terminó en un penal mal cobrado por Wagner Magalhaes. No se observó infracción de Figal sobre Angel Rodríguez. Y pareció Justicia divina esa pelota que tapó Chiquito Romero desde los once metros frente a Juan Pablo Zuluaga.
Así y todo, se distrajo en la siguiente acción. Sacó un lateral Fory, Bocanegra metió un centro que sobró a Valentini y Arley Rodríguez, el hermano menor de Angelo que había entrado un rato antes, le comió la espalda a Fabra y cabeceó al gol.
Lo que siguió fue desesperación de Boca y un manejo a piaccere de Pereira, que hizo correr el reloj con la sapiencia de Angelo Rodríguez. Los nervios pesaron. Y nunca pudo reaccionar el equipo de Almirón, que dejó mucho más que tres puntos en el camino.
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