En Florencio Varela, el local se impuso por 1 a 0 por el gol de Uvita Fernández. El equipo de Almirón cayó en fila ante Sarmiento, Tigre y ahora el Halcón. Barco salió con un corte en el pómulo y Medina con una molestia muscular.
Otra derrota de Boca, la tercera seguida en la Copa de la Liga, y sin convertir goles. Pero no es una derrota más, porque esta caída lo deja por ahora fuera de la clasificación para la Copa Libertadores 2024 según la tabla anual y, más que nada, porque el rendimiento sigue siendo un tema que le debe preocupar a Jorge Almirón pensando en la máximo compromiso que tiene su equipo: las semifinales de la Libertadores ante Palmeiras, los jueves 28 de septiembre y 5 de noviembre.
Resulta difícil entender qué busca el técnico de Boca. Arrancó con un medio campo muy poblado, con Luis Advíncula abierto por derecha y Valentín Barco por izquierda, en una posición intermedia entre volantes y extremos. Los Fernández, Pol y Ezequiel, en el medio, y Cristian Medina más adelantado, casi como un enganche. Advíncula no desbordó nunca y entonces no fue wing, Barco fue más participativo. Pero Cavani necesitaba tirarse atrás para recibir juego y fue más asistidor que asistido.
Así fue el primer tiempo. En el final de esa mitad inicial Defensa y Justicia le puso electricidad al ataque, algo que Boca no podía conseguir. A los 42 minutos tuvo una doble posibilidad para abrir el marcador mediante el juego áreo. Primero fue un doble cabezazo: el segundo, de Uvita Fernández, pegó en el travesaño. Enseguida, otro centro y Rojo salvó en la línea el cabezazo de Soto que ya había vencido a Javier García.
Fue un anuncio, una señal. El Halcón era más directo a la hora de atacar. En el primer minuto de adición otra vez apareció Uvita, iniciando una contra detrás de mitad de cancha con un pase preciso a Gastón Togni, quien devolvió la gentileza con una asistencia profunda. Mano a mano con los arqueros, Nicolás Fernández falla poco y esta vez tampoco lo hizo. Zurdazo cruzado y 1-0.
Antes habían pasado cosas. Tenía la pelota el equipo de Almirón, pero apenas podía conectar con Cavani. En una de las que sí logró hacerlo, el uruguayo se la dio al peruano y éste a Barco, cuando tenía remate directo. Al Colorado lo anticiparon justo. Enseguida, a los 22 minutos, lo mejor de Boca se vio en una combinación entre Medina, Cavani y Barco, cuyo remate cruzado fue despejado en la línea por Ramos. De contra, desbordó Solari y Togni no pudo definir en el segundo palo. Otra señal del conjunto de Vaccari. Con menos pases y mayor velocidad podía ser profundo.
En el segundo tiempo Almirón empezó a mover el banco. A los 15 minutos hizo entrar a Janson por Pol Fernández y a Zeballos por Weigandt. Advíncula pasó al lateral, Medina retrocedió unos metros y los dos ingresados pasaron a ocupar los extremos en ataque. Ahora el sistema era un 4-3-3 clásico. El Changuito logró poner a Cavani en situación de gol, pero el uruguayo la desaprovechó.
No llegó mucho más y se expuso lógicamente a los contragolpes de un Defensa y Justicia que con menos nombres muestra mejor funcionamiento colectivo que su ilustre rival. El Halcón también es semifinalista en el continente, pero de la Copa Sudamericana. De hecho, fue el cruce entre los únicos dos sobrevivientes en las competencias.
El último intento de Almirón fue el ingreso de Benedetto ante la lesión de Medina. Boca pasó a un 4-2-4 más por desesperación que por estrategia y los pelotazos apenas despeinaron a una línea defensiva que no ofreció ventajas.
Boca volvió a perder y más allá de las definiciones por penales festejadas ante Racing y Almagro, su último triunfo hay que ir a buscarlo al 18 de agosto, 3-1 ante Platense en la primera fecha de la Copa de la Liga.
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