Fue 1 a 1, con goles de Janson y Leandro Díaz. Almirón probó jugadores de cara a la ida de las semifinales de la Libertadores. Lo mejor estuvo sobre el final con el ingreso de Benedetto por el deslucido Cavani, pero faltó puntería.
El Boca de Jorge Almirón sigue sin ser confiable y por eso las dudas se mantienen a pocas horas del inicio de una semana trascendental para el club. Fue pobre el rendimiento del equipo en el 1-1 contra Lanús, más allá de que en el final lo pudo haber ganado por empuje. Asoma Palmeiras ahora, un rival de fuste contra el que Boca deberá elevar la vara para estar a la altura.
Se colmó la Bombonera para mandar un mensaje de aliento y esperanza pensando en los 12 días clave que se le avecinan a Boca: el ida y vuelta contra Palmeiras por la semifinal de la Copa Libertadores y, en el medio de ambos duelos, el Superclásico contra River en esta misma cancha. Nadie lo querrá decir o admitir, pero la suerte de varios en el elenco xeneixe se pondrá en juego en una semana, empezando por el entrenador Almirón y siguiendo por algunos jugadores. Y en ese sentir de los hinchas, se pidió más por la Libertadores que por el clásico del domingo primero de octubre. “Quiero la Libertadores/y una gallina matar”, fue el hit.
No se guardó nada Almirón y puso a la mayoría de los que jugarán el jueves ante el conjunto brasileño. Vale recordar que la fecha pasada, frente a Central Córdoba, habían saltado al campo de juego los habituales suplentes y los titulares no podían llegar al choque con Palmeiras con casi dos semanas de inactividad. Uno de los pocos que repitió fue Lucas Janson, un futbolista que desde hace semanas mete presión. Es cierto que el ex Tigre y Vélez no llena los ojos al verlo jugar, pero es efectivo al máximo. Ocupa muy bien su posición en ataque, se entrega en defensa, se conecta con los de su banda (Fabra y Barco) y hace goles, ni más ni menos. Se sabe: al fútbol se ganan metiendo goles, sin importar si se juega bien o mal. Metió un cabezazo en tierra de gigantes Janson cuando a Boca el trámite del juego no le era favorable.
Volvió a jugar con pesadez Boca, sin fervor. Este equipo de Almirón no es arrollador ni ejerce una presión asfixiante. Entonces, son muchos los rivales que se plantan en la Bombonera y comienzan a manejar la pelota y el espacio. No fue Lanús la excepción. Ambos saltaron a la cancha con un 4-3-3 y fue el visitante el que se impuso. Es cierto que no le sobraron ideas y solo intentó perforar a la espalda de Marcelo Weigandt con la potencia de Pedro De la Vega. Lo de Boca volvió a ser previsible y depende demasiado del juvenil Valentín Barco. Días atrás, Juan Román Riquelme describió al Colo a la perfección. “Todavía no sabemos de qué juega, pero lo hace bárbaro”, dijo el dirigente. Esta vez, Barco se movió como interior izquierdo y lo hizo como si tuviese varios duelos en ese puesto y cientos de juegos en Primera. Hace casi todo bien el zurdo, especialmente cuando Fabra se lanza al ataque. Pero es una mala señal que la idea de Almirón dependa exclusivamente de un chico de 19 años.
La jugada del gol nació de la cabeza de Barco, que hizo rápido un córner con Zeballos y que Rojo bajó para el ingreso de un compañero. Lema la salvó tirándola afuera. Pero de ese posterior envío del Colo llegó el tanto de cabeza de Janson.
No hizo mucho más Boca. Zeballos arrancó bien y se fue apagando; a Cavani le costó arrancar; a Pol Fernández encontrar su lugar en la cancha. Tuvo una clara Lanús con un remate cruzado de Pepo De la Vega que despejó de gran manera Sergio Romero.
En el comienzo del segundo tiempo se observó lo peor del local. Sintió la salida de Barco en en el entretiempo. Apretó Lanús y generó varias. Leandro Díaz empató tras una linda jugada entre Peña Biafore y De la Vega. Y se pudo poner rápido en ventaja la visita si Pepo le hubiese servido el gol a Díaz en lugar de definir a las manos de Romero en una contra tras una pérdida de Figal.
Se hizo de ida y vuelte el final. Fue interesante el ingreso de Darío Benedetto por el deslucido Cavani. El Pipa tuvo tres claras y la suerte no lo ayudó. También Alan Aguerre regaló dos lindas tapadas, ante Zeballos y Weigandt.
Empató Boca, con las dudas y las certezas de siempre. No juega bien el conjunto de Almirón, se sabe. Pero la camiseta pesa. Por eso todo está por suceder en la semana caliente que se avecina.
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