Jorge Baliño redondeó un arbitraje flojísimo, sin ayuda del VAR. Lema y Agurre marcaron los goles del equipo de Diego Martínez. Chiquito Romero salió reemplazado tras un golpe.
A Boca le alcanzó con un cuarto de hora de gran contundencia para ganar. Después, corrió de atrás. Los rosarinos, que defendieron muy mal en ese arranque feroz de su rival azul y oro, tardó demasiado en descontar. No pudo con Sergio Romero, que hasta tuvo de aliado al palo, y tampoco con Leandro Brey. El arquero suplente, que ingresó cuando se lesionó Chiquito, no logró detener el tiro libre de Jaminton Campaz, pero tapó una pelota infernal sobre la hora, cuando Maxi Lovera dejó a Marco Ruben de frente al empate.
Boca se encontró muy rápido con la ventaja. Lo abrió con una pelota parada y lo liquidó con un contragolpe. Y el contexto, en definitiva, obligó a Rosario Central a discutir el partido con una postura menos conservadora. El equipo de Diego Martínez fue explosivo en el inicio, cuando parecía que podía configurar una goleada, y en el segundo tiempo se sostuvo en el sacrificio, la multiciplidad y el anticipo de Pol Fernández.
¿El 3-5-2 que pergeñó Martínez llegó para quedarse? Con dos laterales bien punzantes, Luis Advíncula y Marcelo Saracchi, le permite ser profundo por afuera y dinámico en el medio, donde Pol, Cristian Medina y Kevin Zenón suelen ser gestores del juego.
Las condiciones climáticas no ameritaban tanto traslado, claro. Había que jugar de primera. Y esa fue una de las virtudes que exhibió Boca en ese tramo inicial. Brian Aguirre resultó clave. Por la falta que le hizo Franco Ibarra, y que posteriormente terminó en el gol de Cristian Lema, y por su propia conquista, la primera desde que llegó a orillas del Riachuelo.
El zaguero central sorprendió con su remate a colocar. No fue tan esquinado, es cierto, pero sorprendió a Jorge Broun, que tal vez esperaba un fierrazo. Boca golpeó de entrada y Rosario Central se vio desarticulado. Hubo una buena triangulación por la derecha y una doble pared entre Advíncula y Medina que no terminó en el gol del volante porque Broun contuvo abajo.
Y cuando asomó la cabeza Rosario Central, de un pase largo de Miguel Merentiel en la puerta del área de Chiquito Romero, nació el segundo grito de la Bombonera. Condujo Zenón a medida que retrocedían con desesperación los jugadores visitantes y abrió para Medina. El volante remató a con justeza, pero la pelota pegó en la base del palo. Aguirre capturó el rebote y lo festejó como si estuviera viviendo el clásico de su ciudad con la camiseta de Newell’s.
Rosario Central llegó hasta aquí a bordo de un 4-2-3-1 en el que empezó a ser desequilibrante Emanuel Coronel con alguna proyección o Ignacio Malcorra con su talento para aguijonear con algunos tiros libres o centros al área de Romero, donde Enzo Copetti se mostraba amenazante.
Sin embargo, cada vez que Boca contraatacaba, su última línea era un tembladeral. Y no se quedó con un hombre menos porque Jorge Baliño le perdonó la roja a Mauricio Martínez, que cruzó abajo a Saracchi contra el córner. Era expulsión, pero el árbitro valoró mal. También, Silvio Trucco en el VAR.
Terminó contra su arco Boca por el impulso de Rosario Central. Demasiado peligroso con tanto partido por delante. Y el segundo tiempo, pareció tener la misma tendencia cuando Malcorra despegó por la derecha, arremetió Copetti y tapó Romero con dificultad.
Todo fue de Rosario Central. Romero evitó la caída con dos tapadas bárbaras y hasta le puso la mano a un tiro cruzado de Copetti que pegó en el palo. A pesar del buen nivel de Gómez y Malcorra, Matías Lequi prescindió de sus creativos para buscar mayor fiereza con Lautaro Giaccone primero y Ruben después.
Boca casi no inquietó a Broun, apenas con un tirito de Zenón. Los cambios no consiguieron que pudiera tener la pelota. Hasta que Lema cometió una falta y Campaz descontó. El final, dicho está, encontró lúcido a Brey y desprolijo a Baliño. Una vez más.
Cargando ...
Agregue un Comentario