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Supercopa ArgentinaBoca gritó campeón con un Benedetto encendido que volvió lleno de gol

Marcos Rojo levanta el trofeo y Boca es el campeón de la Supercopa Argentina. (JJ. García)

El equipo de Ibarra superó 3 A 0 a Patronato y se quedó con la Supercopa Argentina. El Pipa marcó un hat-trick en su regreso tras cinco partidos.

Lo importante no es esa nueva estrella que Boca se borda en el escudo tras golear 3-0 a Patronato en la final de la Supercopa Argentina ni tampoco la superioridad que marcó el conjunto que dirige Hugo Benjamín Ibarra, que hizo pesar con fuerza la diferencia de categoría. Lo más trascendental es el regreso de Darío Ismael Benedetto en todo su esplendor: anotó un hat-trick y fue la gran figura de la jornada santiagueña. Sucede que para que Boca gane la Copa Libertadores, ese sueño postergado, necesita sí o sí de un Pipa como el de esta noche.

Se sabía que una de las lupas del duelo iba a estar puesta en Benedetto, en su regreso después de 4 fechas de suspensión en el torneo doméstico y luego de no haber ingresado el fin de semana contra Vélez. Se recuerda: Pipa solo había disputado 73 minutos en la Supercopa Internacional frente a Racing en Abu Dhabi. Su actuación en suelo árabe no fue buena y la incorporación de Miguel Merentiel había abierto una duda. Incluso algunos hinchas no estaban conformes con el regreso de Benedetto para la final por las buenas actuaciones de la Bestia contra Platense y Vélez. Por eso el festejo del primer gol del atacante fue potente y se marcó el apellido de su camiseta en un par de ocasiones.

Benedetto se llevó la pelota por su hat-trick. (JJ. García)
Benedetto se llevó la pelota por su hat-trick. (JJ. García)

Benedetto jugó bien porque estuvo con ganas, participativo, dinámico, movedizo; se lo notó más fino, además. No fue el atacante que se mete entre los centrales y que espera su oportunidad sin que nada de lo que suceda a su alrededor lo perturbe. Esa característica tuvo el Pipa el año pasado y no le fue bien. Es posible que la competencia interna lo haya ayudado porque corrió y se mostró como si fuese un juvenil. Redondeó una actuación de lujo el ex Defensa, con dos cabezazos que se fueron cerca en la etapa inicial, una asistencia a Luca Langoni y tres lindos goles. En el primero de los festejos, fue hermosa la jugada de Nicolás Figal (desborde por izquierda y centro atrás), pero también es para destacar el movimiento del goleador: ingresó al área llegando desde la medialuna.

No brilló Boca porque tal vez nunca lo haga. Mucho menos con este esquema 4-3-3 que tiene al vértigo como bandera. Es cierto que puede juntar pases con los mediocampistas. Pero a Óscar Romero y a Equi Fernández aún les resulta incómodo moverse como interiores. Por eso el volante juvenil se chocó en varios pasajes con Alan Varela y por eso el paraguayo se rebeló en algunos tramos para ir a oficiar de enganche.

Es directo Boca, entonces. Es capaz de provocar una situación de gol en dos toques. La tuvieron mano a mano Sebastián Villa y Langoni y en ambas se lució el arquero Salvá (metió una salvada en modo Dibu Martínez), que nada pudo hacer en la de Benedetto.

El equipo de Ibarra se hizo protagonista e impuso condiciones y eso también es algo a destacar. Marcó bien la diferencia entre categorías. Es cierto que Patronato estuvo diagramado solo para defender, para intentar salvar el cero en el arco. Walter Otta optó por un 5-2-3, con Juan Barinaga y Juan Cruz Esquivel como falsos extremos que no siguieron a los laterales rivales. Subió y tuvo espacios Fabra para conectar con Villa y Romero por ese sector. La decisión de centralizar a Barinaga y a Esquivel era para que salten rápido a presionar a los centrales Roncaglia y Figal. La estrategia no resultó.

Encima, para el complemento Otta rompió la línea de 5 defensores y buscó ser más ofensivo. Ahí Boca lo pasó por arriba; hizo 3 pero pudieron ser muchos más.

A Benedetto le quedaban un cabezazo tras un córner de Romero y una definición de primera dentro del área chica luego de un desborde de Fabra. Entonces, Ibarra entendió el paso que debía dar y mandó a la cancha a Miguel Merentiel para que todos despidan entre aplausos y ovaciones al Pipa.

No hubo grandes festejos, es cierto, porque Boca hizo lo que tenía que hacer: vencer sin atenuantes a Patronato, un equipo que milita en la Primera B. Pero había alegría en los rostros de todos los integrantes de la delegación que encabezó Juan Román Riquelme porque un título siempre es un título y porque las finales se ganan. Y porque Benedetto, ese goleador de elite, está de vuelta.

 

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