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Liga ProfesionalBoca dio un paso atrás ante Platense: derrota en Vicente López con Marcos Rojo expulsado a los 36 minutos

BOCA PLATENSE FOTO MARCELO CARROLL

El Xeneize tropezó 1-0 y volvió a sufrir lejos de La Bombonera. El Calamar ganó su primer partido en el campeonato.

El grito del final tiene una onda expansiva que altera la calma en ese barrio de casas bajas y techos tejados. El ruido de la General Paz es un susurro al lado del desaforado desahogo de las gargantas marrones. No llega a ser una remake del verano del ’98, cuando se impuso 4 a 0 en la Bombonera con un doblete del Turco Hanuch, pero Platense protagoniza otra tarde fuera de serie.

Y Boca, del que todo se espera en Vicente López, sucumbe ante el juego del Calamar, empujado por sus propias torpezas.

Con 4 puntos sobre 12 en juego, el arranque en la Liga Profesional está a años luz de las pretensiones históricas. El golpe es más duro porque no pudo clasificarse directamente a los octavos de final de la Copa Sudamericana y tendrá que disputar un repechaje. Sin embargo, muy a pesar del resultado, más preocupante es la imagen que dejó en su visita a Platense. La expulsión de Marcos Rojo, los cambios de Diego Martínez, la actitud de sus jugadores que perdieron todas las divididas en el segundo tiempo y su falta de contundencia formaron parte de un combo letal. Fue el peor partido del ciclo.

El primer tiempo estuvo áspero y Nicolás Ramírez mostró que lo iba a llevar con rienda corta. A los diez minutos, ya había tres futbolistas amonestados. Uno de ellos, Rojo. El zaguero azul y oro fue el primero en recibir la tarjeta amarilla cuando barrió abajo a Mateo Pellegrino. No llamó la atención, entonces, cuando fue expulsado por un manotazo sobre Fernando Juárez en el último tramo del período inicial. Debió haberse ido un rato antes por un clarísimo penal sobre Gastón Suso que el árbitro no advirtió y el VAR dejó pasar.

Desde Ezeiza, Mauro Vigliano tampoco observó un codazo de Zenón sobre Ignacio Vázquez que ameritaba la expulsión del correntino y en el segundo tiempo, tampoco juzgó como roja una durísima entrada de Agustín Quiroga sobre el volante xeneize.

Entre la primera y la segunda amonestación de Rojo, el partido fue parejo. Boca tuvo la pelota con sus volantes de características asociativas, pero trasladó demasiado y profundizó muy poco. Casi no se soltaron Luis Advíncula y Lautaro Blanco. Hubo un déficit en la búsqueda, es cierto. También, un mérito de Platense que cubrió el ancho con una línea de cinco que lanzó a sus laterales, pero no descuidó las marcas.

El plan de la dupla Orsi-Gómez fue muy claro. A bordo del 5-3-2, inquietó por afuera con las trepadas de Juan Pablo Saborido, especialmente. De frente a Blanco, desequilibró en el mano a mano. La mejor situación se gestó, precisamente, tras un desborde de Juárez que encontró a Pellegrino en el corazón del área con tiempo para elegir dónde colocar el cabezazo. Sergio Romero, a puro reflejo, tapó con su pie derecho, casi al estilo de un arquero de handball.

Boca fue repetitivo, no tuvo sorpresa y le faltó dinámica y velocidad en los últimos metros. Kevin Zenón, de gran nivel en este semestre, estuvo discontinuo. Y hasta el último cuarto de hora de la primera etapa, Cristian Medina jugó lejos del área. El juego lo manejaban los Fernández, Pol y Equi, pero quedaban a kilómetros del arco de Juan Pablo Cozzani.

En este contexto, ni Lucas Janson ni Miguel Merentiel pesaban. La más clara fue un bombazo de Equi de media distancia que encontró una notable respuesta de Cozzani, que tapó abajo. Después, inquietó con alguna pelota parada, pero no ejecutó con categoría. Dos córners de Zenón al primer palo, un caramelo para los zagueros de Platense, dejaron evidencia del concepto.

Pellegrino tuvo una dura tarea, moverse entre dos rudos centrales. Y se las arregló bastante bien. Se fajó con Rojo (luego con Di Lollo) y con Cristian Lema, obligó. Le faltó compañía en la presión.

En el segundo tiempo, Martínez prescindió de un jugador que podía darle buen volumen de juego. Salió Equi y apostó a la velocidad de Briasco, que no aprovechó una contra ni colaboró en el retroceso.

Y Platense lo arrinconó. Romero tapó un derechazo de media distancia de Leonel Picco. Y hasta el cabezazo que precedió al gol de Pellegrino. Fue a partir de una recuperación de Juárez, un centro del recién ingresado Luis Angulo que devolvió Blanco y un nuevo envío del colombiano que impactó Ocampo, encontró una gran respuesta de Chiquito, pero terminó en la definición del corpulento centrodelantero calamar.

Boca nunca se pudo recuperar. Martínez volvió a cambiar a pocos minutos del final, pero Frank Fabra y Jabes Saralegui no influyeron. Hasta que se equivocó Suso y Merentiel dejó mano a mano a Briasco, que demoró la definición.

Platense ganó y lo celebró como un título 26 años después de su última victoria ante su ilustre rival. Boca dio pena. Otra vez.

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