Con el paso de las horas la bruma electoral se despeja, baja la densidad de los datos, propios y ajenos elaboran la sorpresa.
La jornada del domingo 22 va terminando de decantar, la agenda diaria busca su ritmo, se recupera la dinámica y con ello aparecen los saldos y retazos periodísticos que quedaron obturados por el protagonismo del recuento de votos.
Como todos los ciudadanos, la intendenta Bettina Romero fue este domingo a votar.
El contexto de la presencia de la intendenta en el lugar de votación fue muy distinto al de circunstancias similares anteriores.
No hubo anticipo del equipo de prensa sobre el horario y el lugar de votación, ni la insistencia en ese dato para que la prensa concurra casi masivamente, a obtener declaraciones de la intendenta.
Inclusive, los equipos de prensa de los candidatos buscan mínimos acuerdos previos, para que los móviles de los medios lleguen a horario y el interés por las figuras políticas no se superponga.
Como se sabe, en ocasión de elecciones las expresiones están acotadas por las normas que rigen el acto electoral y generalmente no hay excesos en ese sentido.
Para candidatos y funcionarios de primera línea hablar con los periodistas antes o después de votar es casi una formalidad, la oportunidad de mostrarse, de acentuar vigencia y hacer referencia a la jornada, al vigor de la democracia, a la importancia de la participación.
Pero “la prensa” aprovecha también para obtener opinión sobre temas de actualidad no vinculados a la expectativa electoral.
Sucede muy a menudo y los funcionarios, sobre todo los de cargo ejecutivo de primera línea, apelan a relativizar las consultas, tienen gestos de desaire con quien requiere algo que en ese momento entienden como desubicado, hacen como que no escuchan, atienden a otro y en el amontonamiento evitan respuestas concretas.
Es parte del juego y la tensión natural entre prensa y poder, que tiene muchos otros matices.
Cualquier movilero avezado habría preguntado el domingo a la intendenta por las obras de la Plaza 9 de Julio, por el paro de los empleados municipales, por la transición o mejor dicho la NO transición, por las obras del Canal Yrigoyen y el Puente Ayacucho, por la situación financiera del estado municipal.
Pero esta vez, no hubo anuncio del lugar de votación, ni horario. La intendenta votó sola, sin la parafernalia de medios a la que fue siempre tan afecta.
Bettina Romero votó en silencio y apenas circuló una imagen casi de tono familiar, sin el asedio de los periodistas, aunque hay que reconocer que la intendenta no se amedrenta por un par de preguntas incómodas.
Puede pensarse que hubo una estrategia tipo: “que Bettina no hable, que le pregunten a Juan Carlos”.
Extraño, porque el senador nacional Juan Carlos Romero, en casi cuatro años de gobierno municipal de su hija, nunca habló de la gestión.
El cronista o la cronista que preguntó evaluó muy rápido que Bettina no estaba en el radar periodístico del día de votación, que no había hablado, entonces le preguntó al papá por dos de los temas polémicos del ámbito municipal: las obras de la Plaza 9 de Julio y la transición.
Enfático, cascarrábico, impetuoso, Juan Carlos Romero, se bajó de la banca del Senado de la Nación y habló de “la Muni”.
Las obras de remodelación de la Plaza 9 de Julio fueron cuestionadas públicamente porque demoraron más de la cuenta y el presupuesto inicial casi se duplicó.
Sin embargo, el papá de la intendenta dijo: “son temas que no tienen importancia. Ni sé cuánto costó la plaza. Cuesta un poco más o un poco menos, es lo que cuesta una obra. Esa es información pública. “Al que no le guste (la obra) que vaya y haga la denuncia”.
OK, senador Romero, de acuerdo desde esta redacción le pedimos: ¿Podría por favor gestionar usted el expediente completo de la obra, desde que se inició, con la memoria descriptiva y cada uno de los ítems presupuestados y pagados?
Si usted consigue una copia del expediente, estaremos hablando realmente de transparencia e información pública. Mientras tanto no hay tal información pública.
El mismo avezado cronista, se dio cuenta que Bettina tampoco habló de la transición; por eso le preguntó al papá.
El senador, con su estilo, cortante, seco, dijo: “Sí hay transición. Los funcionarios están trabajando con el equipo del nuevo intendente. No es necesario que se saquen fotos todos los días “Yo creo que se va a dar una transición normal. No es un tema realmente importante”.
No hay transición
Acosado por los periodistas y acompañando al gobernador, el intendente electo Emiliano Durand dijo “no hay transición” y “que los empleados de la Municipalidad se queden tranquilos; las elecciones ya pasaron, hay que ponerse a trabajar, a recuperar la municipalidad, sobre todo recuperar los insumos, los materiales que necesitan para laburar, que en eso está muy mal”.
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