El Globo remontó un 0-2 y parecía que daba el batacazo en Tucumán. Pero Sava mandó al Pulga Rodríguez a la cancha y el Decano volvió a marcar de a dos para quedarse con un partidazo en su casa.
Cuando más necesitaba alzar vuelo, el Globo quedó anclado en el Jardín de la República y perdió la oportunidad de mirar a todos desde lo más alto. En una noche fría, pero en un José Fierro caliente, Atlético Tucumán dio un golpe de autoridad al vencer 4-2 a Huracán, en un duelo que revitalizó las aspiraciones del Decano de alcanzar un lugar en las competencias internacionales. Además, el traspié de la visita benefició a Vélez, que, con un partido menos, consolidó su posición en la cima del campeonato. Así, con todos estos factores, el equipo de Facundo Sava pudo marcar el punto de inflexión tan esperado tras varias actuaciones irregulares. Sí, el local mostró su mejor versión: un equipo sólido y efectivo, especialmente en un primer tiempo donde impuso condiciones casi sin dejar margen de reacción a un rival que llegaba a este partido con una racha invicta de ocho fechas.
Desde el primer minuto, Atlético mostró que quería los tres puntos. La presión alta, la intensidad en los duelos y las combinaciones veloces desconcertaron a un Huracán debilitado por las ausencias de jugadores clave como Hernán Galíndez, Rodrigo Echeverría y Fernando Tobio. Aunque Williams Alarcón intentó darle algo de estabilidad al mediocampo visitante, su aporte se diluyó ante el control absoluto del Decano. El primer aviso llegó temprano. Mateo Coronel conectó con Renzo Tesuri, quien definió de primera para que la pelota terminara en la red, pero el festejo fue interrumpido por el juez de línea, que sancionó fuera de juego. Esa jugada fue solo un preludio de lo que vendría: un Atlético decidido a marcar diferencias en el marcador.
Fue así que los 12 minutos, la insistencia tucumana tuvo recompensa. Marcelo Estigarribia recibió un balón que, tras un desvío en Guillermo Benítez, quedó ideal para que el delantero rematara cruzado y venciera al arquero Sebastián Meza. Las tribunas estallaron mientras el equipo consolidaba su dominio. Lejos de reaccionar, Huracán se vio atrapado en el asedio de Atlético. Y a los 20 de la etapa inicial llegó el segundo golpe. Moisés Brandán probó desde fuera del área, la pelota rebotó en Renzo Tesuri y, descolocando a Meza, terminó en el fondo de la red. Con el 2-0, el Decano no solo tenía el control del juego, sino también la tranquilidad para manejar los tiempos del partido. Pero… la visita no se rindió.
El golpe de los dos goles sacudió al equipo de Frank Kudelka, que comenzó a encontrar su ritmo sobre el cierre de la primera mitad. Walter Mazzantti se convirtió en el conductor del ataque visitante y, en una jugada brillante, habilitó a Rodrigo Cabral; este, aprovechando una mala salida del arquero Tomás Durso, definió con precisión para descontar y dejar el marcador 2-1 antes del descanso. Y hasta pudo llegar a la igualdad cerca del cierre cuando, tras un centro al área, la pelota rebotó en la mano de Néstor Breitenbruch que, finalmente, la jugada no tuvo la intervención del VAR. Polémica.
Pese a todo, se podría decir que el primer tiempo de Atlético fue una muestra de carácter, intensidad y eficacia, aspectos que habían sido esquivos en sus últimas presentaciones. Huracán, en tanto, dejó en evidencia su dependencia de ciertos jugadores y mostró debilidades defensivas que complicaron su rendimiento en el arranque. Aunque logró reaccionar sobre el final, entendió que debía ajustar su estrategia si quería llegar a la cima. Con todo esto y con el marcador apretado y un Huracán que mostró signos de mejora, el segundo tiempo se perfiló como un capítulo lleno de emociones. Y así fue.
En el complemento, Huracán tomó las riendas. Kudelka movió el banco y mandó a la cancha a Fértoli y Ábila, buscando mayor peso ofensivo. Atlético, que había dominado el primer tiempo, retrocedió en el campo, y el Globo se hizo dueño de las acciones. Fue así que el empate llegó a los 70 minutos, cuando Williams Alarcón ejecutó un tiro libre impecable que dejó sin chances a Durso. Fue un golazo que silenció a gran parte del José Fierro y encendió las esperanzas del visitante.
Atlético intentó reaccionar, y si bien Huracán manejó las acciones y estuvo más cerca del tercero, una jugada cambio todo. Tras un gran centro de Guillermo Acosta, Tomás Castro Ponce se elevó en los aires y puso nuevamente en ventaja a Atlético, con un potente cabezazo. Locura total. Pero habría más: ya en descuento, quién más que el Pulga Rodríguez para sacar un remate y liquidar el partido.
Ese gol fue el derrumbe de Huracán, que si bien demostró resiliencia y oficio, y aunque dejó dudas defensivas, su capacidad de remontar lo mantuvo como uno de los equipos más sólidos de la Liga Profesional, pero esta vez, en Tucumán, se encontró con un Atlético que quiere -y puede- meterse en un puesto para disputar copas internacionales.
Fuente: Clarín
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