La hermana del Presidente considera que el gasto está «sobredimensionado». Y busca dar otra señal de austeridad para el relato libertario.
La motosierra de Karina Milei sigue afilada y ahora busca reducir el gasto que el Estado destina para solventar el sistema de protección de los expresidentes al que en el oficialismo consideran, a todas luces, «sobredimensionado». Así, en las próximas semanas se oficializaría un decreto que modificaría esta estructura que, por una medida dispuesta por Alberto Fernández horas antes de abandonar el poder, reviste bajo la Secretaría General que conduce la hermana del primer mandatario.
Esa resolución del expresidente provocó un entredicho entre éste y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que incluso en diciembre pasado llegó a informar erróneamente que su cartera había derogado la enmienda dictada por el actual titular del Partido Justicialista. La cuestión es que dicha normativa sigue vigente y garantiza una cobertura de seguridad a los exmandatarios que, para el actual relato oficial de la «austeridad», resulta «inexplicable».
Si bien el servicio depende de la Casa Militar que, en el organigrama oficial se encuentra bajo el paraguas de la Secretaría General de la Presidencia, los recursos para su funcionamiento los aporta una cartera que históricamente tuvo a su cargo la protección vitalicia de los exmandatarios.
Según explican en la secretaría que conduce la influyente hermana del Presidente, Cristina Kirchner cuenta con una custodia permanente de 120 efectivos de la Policía Federal, Mauricio Macri, con 30 y Alberto Fernández, con 3 que, en este último caso, hoy revisten en España sumando lógicamente viáticos más onerosos. Justamente el cuestionamiento que se le hizo al expresidente fue que realizó ese cambio de último momento para garantizarse una escolta permanente en el exterior.
El Presidente saludó a un grupo de argentinos previo a la audiencia con el Papa.
En tanto, Eduardo Duhalde, que gobernó la Argentina tras la crisis del 2001, no dispone de protección de fuerzas federales, según señalan en Casa Rosada.
Cristina, la más custodiada
El frondoso sistema de protección que rodea a Cristina tiene un atenuante: el atentado que sufrió en la puerta de su departamento de Recoleta el 1° de septiembre de 2022 a manos de Fernando Sabag Montiel. Lo que plantean en el oficialismo, no obstante, es que la antecesora de Victoria Villarruel cuenta con seguridad permanente en sus residencias de Santa Cruz y lógicamente en su actual departamento de Constitución. «Hasta su nieta tiene custodia», explica un dirigente libertario consultado que, maliciosamente, aduce que el propio Macri también tiene una escolta cuando viaja al exterior.
Según pudo averiguar este diario, la reforma en marcha requiere de un trabajo colaborativo entre los asesores de Karina Milei y los de Bullrich. Como se dijo, el programa depende de Casa Militar pero el financiamiento y la operatividad corresponden a Seguridad, que tiene a su cargo la División Custodia Presidencial y la Unidad Custodia Ex Mandatarios de la Policía Federal.
Desde la sede ministerial apostada en Gelly y Obes, en tanto, confirman a Clarín que «está por salir un nuevo decreto» para regular esta actividad pero han depositado en la Secretaría General la responsabilidad de «determinar» los cambios para hacer más eficiente al sistema.
La intención oficial, al parecer, es acotar la función de la custodia a los expresidentes. «Hay que definir a qué familiares corresponde y a cuáles no, por ejemplo», indica la fuente oficial consultada. Es que en el Gobierno aseguran que la estructura que da protección a los exmandatarios está «sobredimensionada» y produce un gasto desproporcionado en consideración a la función por la que fue creada hace décadas.
«El actual sistema de gastos es una locura. El decreto del 2004 cubría sólo la seguridad presidencial pero después se fue ampliando», reconoce, a su turno, un exintegrante del sistema de custodia presidencial consultado por este diario.
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