La víctima tiene 27 años y había concurrido a la consulta médica por dolores en la espalda.
La denunciante dice que padece ataques de pánico y ansiedad tras el episodio. La justicia ordenó medidas de protección.
Luego del caso del odontólogo que fue detenido por drogar y abusar de sus pacientes, otro profesional de la salud está bajo sospecha por la denuncia de una joven.
La víctima tiene 27 años y había concurrido a una primera consulta con el traumatólogo Carlos Federico Correa por unos dolores de espalda. Sin embargo, no se esperaba que tras conocer a este médico su vida cambiaría de manera categórica.
«Cuando concurrí al consultorio que tiene en Por + Salud el 14 de febrero, me hizo los pedidos de estudio, volví al día siguiente y ahí me diagnosticó hernia de disco, dos pinzamientos y cervical desviada. Me dice que agende su número para pasarme el contacto de una colega para que me ayude», relató la joven.
Sin embargo, tras este hecho, María cuenta que el doctor se tomaba la atribución de responderle estados de Whatsapp buscando contactarse con ella fuera el ámbito profesional, pero que ella nunca respondió.
La situación de su espalda no mejoraba y la joven decidió contactar al doctor para pedirle que le aconseje una medicación para el dolor que sentía, a lo que el médico le dijo que se acerque a su consultorio privado sobre calle Gral. Güemes y Adolfo Güemes.
«Yo cuando llegué pensé que el me iba a dar pastillas y yo me iba. Pero él me hizo pasar y comenzó a tocarme. Pero no se sentía como una revisión normal, sino que comencé a sentirme incómoda. En un momento me hizo dar vuelta en la camilla y me apoyó su miembro en la mano, Ahí ya me puse mal, fue una situación horrible porque no podía reaccionar», manifestó
Y agregó: «Después me hizo parar y me manoseó los pechos por debajo de la remera, llevó mi mano a su entrepierna e incluso en un momento me besó. Yo entré en estado de shock y él seguía manoseándome, metió su mano en mis partes íntimas hasta que no sé quién entra en el consultorio y yo logro salir».
Luego del manoseo del que fue víctima María, ella decidió denunciarlo el 17 de febrero y en abril la justicia encuadró en caso como abuso sexual simple y ordenó medidas de protección para ella, prohibiéndole al denunciado acercarse o comunicarse con la joven.
«Me da bronca por cómo nos exponemos las mujeres a esto. Uno va por un dolor y les pasa esto. Uno va para mejorar y termina peor, enferma. Quiero que se haga justicia porque es gente miserable», explicó.
Y añadió: «Ando con ataques de pánico y ansiedad por todo esto, pensando en lo que pueda pasar. Mirá si me quiere hacer algo o si quiere hacerle algo a mi familia. Pero pongo de mi para exponer esto porque capaz que hay otras chicas que sufrieron esto con él. Porque si me lo hizo a mí, él ya tiene esa mente. Ya tiene todo premeditado».
Con información de El Tribuno
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