El Xeneize, que busca recuperar terreno, juega un partidazo con los de Alejandro Orfila. Empataron 1 a 1 gracias a dos golazos de Zalazar y Giménez.
Los murmullos de bronca, y algún silbido, se mezclan con la percusión de La Doce. Hay un clima de fiesta en la popular, pero la mayoría se va disconforme. Boca no pudo con Barracas Central, muy a pesar de las 13 situaciones de gol que generó en el segundo tiempo y la diferencia de jerarquía. Le faltó justeza en la definición y el empate le dejó un sabor amargo. No aprovechó su mejor momento, los primeros veinticinco minutos del complemento, momento en el que Diego Martínez corrigió con los cambios. Después, hubo más variantes, el equipo se pinchó y terminó pidiendo la hora cuando el Guapo, haciendo honor a su apodo, aceleró en el tramo final de la cancha.
Más allá del 1 a 1, que consiguió a diez minutos del desenlace del primer tiempo, lo mejor de Boca fue la imagen que dejó cuando terminó aquella etapa que lo encontró muy rápido en desventaja. A esa altura, no sólo era dominante; también, desequilibraba por su funcionamiento. Y aunque durante los cuarenta y cinco minutos iniciales se lució mucho más Lautaro Blanco, Miguel Merentiel fue el guía del equipo. En especial, cuando liberó el área para Milton Giménez y retrocedió unos metros para relevar a Exequiel Zeballos en la función de enganche.
El Changuito no siente la posición que eligió Diego Martínez para su vuelta a la titularidad. Lo probó ante Banfield e insistió contra Barracas Central, pero el santiagueño está atado, incómodo. Su mejor versión está contra la raya, en su natural función de extremo o como segunda punta.
Merentiel ya demostró que es mucho más que un goleador. Cuando juega Edinson Cavani o Milton Giménez, un “9” más referencial, tiene que compartir cartel y área, por eso es clave que el uruguayo baje a conectarse en el circuito. Recién en ese momento, mejoró Boca.
Hasta entonces, el jugador más peligroso había sido Blanco, proyectándose por la izquierda y metiendo centros punzantes. El lateral rosarino es muy incisivo. Le ganó siempre a Pedro Velurtas y comprometió a los centrales visitantes. El empate llegó, justamente, gracias a un envío a media asta que Giménez resolvió con una genialidad. El taco se introdujo en el arco de Sebastián Moyano y configuró un golazo.
Barracas Central había comenzado con un gran ímpetu, un plan muy claro y un gol que abrió el partido al borde de los diez minutos. En ese 4-2-3-1 que montó Alejandro Orfila, se repartieron muy bien la mitad de la cancha Siro Rosané y Rodrigo Herrera. Después, Maximiliano Zalazar despegó por la derecha y Rodrigo Insúa, el lateral más agresivo, lo hizo por el otro sector.
En este contexto, Herrera fue decisivo para cortar un pase de Tomás Belmonte y anticipar a Gary Medel. El pase llegó hasta la posición de Zalazar y el extremo sacudió con un remate cruzado inalcanzable para Chiquito Romero. No lo gritó, por esos códigos del fútbol, claro. A fin de cuentas, se crió en La Candela.
Sin Pol Fernández (suspendido), Medel se hizo cargo de la salida, pero el medio mostró deficiencias porque no está aceitado. El chileno, Belmonte y Agustín Martegani no compensan las ausencias de Equi Fernández (ya transferido a Arabia Saudita), Kevin Zenón y Cristian Medina, que regresaron de Francia.
En los últimos minutos del capítulo inicial, Boca pudo hacer el segundo. Merentiel metió un centro bárbaro desde la izquierda y Zeballos cabeceó en el palo. Y en el camino al vestuario, bajaron aplausos.
Martínez entendió que debía utilizar a los jugadores en el puesto en el que más fluyen. Con un solo cambio logró varios retoques. Ingresó Brian Aguirre como extremo por la izquierda, donde jugaba en Newell’s, y salió Lautaro Di Lollo. Medel se paró como zaguero y el medio se lo repartieron Martegani y Belmonte. El esquema pasó al 4-2-3-1 y fue bien ancho y profundo.
Y Boca arrinconó a Barracas Central. Sin embargo, no estuvo fino para resolver. Merentiel armó la jugada más clara, siempre por la izquierda, Zeballos llegó de frente al arco, pero Moyano tapó el remate con gran categoría.
Martegani y Giménez (mano a mano) también tuvieron sus chances. Después, Martínez volvió a cambiar. Sacó a Zeballos, metió a Saralegui, cerró a Aguirre y Boca tuvo el control de la pelota, pero se desinfló.
Y en el final, Barracas Central casi lo gana con los ingresos de Iván Tapia y Daniel Juárez. Entonces, Romero tapó un disparo de Insua.
Quedarán dos polémicas para analizar: una falta de Medel sobre Juárez que cortó una ocasión manifiesta de gol y para Echenique apenas ameritó una amarilla y un roce en los dedos de Gastón Goñi en el último tiro de Belmonte.
Boca estiró su racha de imbatibilidad en la Bombonera (18 partidos), pero no logró los tres puntos y mira a todos muy lejos.
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