Gustavo, el papá de la víctima, apuntó contra el exgobernador Urtubey y dijo que presentaron todas las pruebas contra Exequiel Fredes, sin embargo, ya “no hay nada para hacer”, por lo que pidieron el cierre de la causa
El 16 de julio de 2012, cuando en Salta todavía duraba la conmoción por el crimen de las turistas francesas Cassandre Bouvier y Houria Moumni y se buscaba a María Cash por toda la provincia, Yanina Nüesch y Luján Peñalva aparecieron ahorcadas en un árbol.
En aquel momento, el entonces gobernador Juan Manuel Urtubey interfirió en la causa y en una actitud de cuestionable injerencia en la justicia, a las pocas horas de encontrados los cuerpos y con muy pocos elementos y sin siquiera iniciada la investigación, sentenció que se trató de “un pacto suicidida”. Sin embargo, la familia Peñalva siempre se mantuvo en la postura de que fueron asesinadas por Exequiel Fredes, conocido como Dixon, quién era pareja de la joven.
En diálogo con Profesional, tras 12 años del caso, Gustavo Peñalva pidió “no dejar en el olvido la causa”, aunque informó que ellos mismos pidieron que la cierren porque ya demostraron de manera “contundente” con pruebas y testigos que no se trató de un suicidio. Sin embargo, “ya no hay nada más que presentar”.
Peñalva detalló que luego de 8 años de agonía se presentó un testigo con documentación en la mano a declarar que vio a “Dixon” trasladando a las chicas inconscientes en su vehículo; estudios de 60 profesionales norteamericanos coincidieron en el crimen; las chicas tenían golpes en su cuerpo y su hija tenía restos de semen y sangre del acusado; sumado al testimonio de un colectivero que la vio subir a un vehículo y desapareció.
“Se ensució la cancha desde el primer momento, Urtubey cerró la causa direccionada por su mensaje tendencioso con algo subjetivo. Incluso, el médico puso en el informe ‘pacto suicida’ cuando debía brindar información profesional sobre la muerte: hoy tendría una sanción ejemplificadora con la causa abierta”, expresó Peñalva.
En cuanto a las razones por las cuales cree que se direccionó la investigación en ese momento, dijo que el diario El Intransigente era el que más pauta recibía del Gobierno provincial. Y, por casualidad, el padrastro y la madre de Fredes eran los directivos del medio, por lo que debían proteger a su hijo.
Luego, sostuvo que la mecánica no pudo probar que fue un suicidio porque ellas estaban solas, necesitaron si o si de la intervención de un tercero, un cuarto o hasta un quinto. Incluso, la Justicia no lo pudo probar porque llevaron a dos policías femeninas preparadas y estuvieron 8 horas tratando de que hagan movimientos “mágicos”. En contraparte, la familia demostró en 15 minutos que con la intervención de un tercero la mecánica era factible, basándose en algo “objetivo”.
Por último, insistió en que “no hay nada para hacer” frente a la impunidad que tiene el caso por la lamentable intervención de la política.
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