Un 11 de mayo, la Asamblea del Año XIII aprobó que la canción compuesta con versos de Vicente López y Planes y música de Blas Parera fuera incorporada como Himno Nacional para representar los valores de libertad e independencia.
El 11 de mayo de 1813, la Asamblea del Año XIII aprobó utilizar como Himno Nacional la canción patriótica compuesta con versos de Vicente López y Planes y música de Blas Parera. Sin embargo, recién el 30 de marzo de 1900 se sancionó un decreto para que en las festividades oficiales y en las escuelas se canten la primera y última cuarteta, con el coro.
Originalmente la canción fue denominada “Marcha patriótica”, luego “Canción patriótica nacional”, y posteriormente “Canción patriótica”. En 1847 una publicación la denominó “Himno Nacional Argentino”, nombre que conserva hasta la actualidad.
Después de ser aprobado, el himno fue interpretado por primera vez de manera pública en la casa de Mariquita Sánchez de Thompson y fue ella quien entonó los primeros acordes. Según relató Lucio Vicente López, nieto del autor, el Himno Nacional fue escrito en la segunda habitación de la casa de Perú 295, en la ciudad de Buenos Aires,“sobre una mesita de caoba de abrir y cerrar, comprada por la familia López a oficiales de Whitelocke en las invasiones inglesas”.
La letra de la primera versión del himno era marcadamente independentista, acorde con el espíritu de la época y duraba 20 minutos. En 1924 fue abreviada a 3 minutos 30 segundos. Durante mucho tiempo continuaron los debates sobre la letra y música que había que utilizar. El 24 de abril de 1944 el decreto 10.302 puso fin a las disputas acerca de sus versos, ritmo y armonía, y quedó establecida la letra oficial tal como se la conoce en la actualidad. Desde entonces, el Himno Nacional acompaña la historia de la Argentina y, a la vez, ayuda a representarla. Hoy suena en las escuelas, las fiestas patrias, actos públicos y eventos culturales y deportivos, como el canto de una Nación que consagra la libertad.
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