En su alegato, Nicolás Escandar expresó que los acusado «emboscaron a Monges» y que los imputados intentaron acomodar coartadas.
En el juicio por el asesinato de Darío Monges, ocurrido el 1° de septiembre de 2022, el abogado defensor de la víctima, Nicolás Escandar, solicitó que Roberto Catalino Bejarano y sus hijos, Santiago y David Bejarano, sean declarados responsables del delito de homicidio agravado por alevosía, premeditación y el uso de armas de fuego. Durante su exposición, Escandar expuso un análisis en el que remarcó que acreditan la participación de los acusados en el crimen. «Lo emboscaron», manifestó. En la audiencia de este jueves ante el Tribunal Oral Federal 1, el fiscal Eduardo Villalba, también solicitó que a los acusados se los considere como coautores responsables del crimen de Monges.
Escandar destacó que la relación entre Monges y los Bejarano estaba vinculada a actividades relacionadas con el tráfico de estupefacientes, lo que quedó evidenciado a través de mensajes de texto recuperados de los celulares de los imputados y en fotografías halladas en el teléfono de Santiago Bejarano. También se hizo referencia a un permiso de circulación de 2020, que se presentó como parte del contexto de los vínculos entre las partes.
El defensor reconstruyó los últimos movimientos de Monges antes del crimen, detallando que el primero de septiembre de 2022, la víctima había estado en el bar «El Café del Tiempo» junto a amigos antes de dirigirse al taller de los Bejarano, ubicado en avenida Constitución 310. Posteriormente, se trasladó a El Círculo, acompañado por los imputados. En base al análisis de cámaras de seguridad y registros de geolocalización, se estableció que la camioneta Ford EcoSport blanca de Monges estuvo en movimiento durante ese tiempo. Aunque admitió que hay un horario en que se pierde rastro del vehículos.
Según las pruebas, Escandar sostuvo que el crimen ocurrió dentro del vehículo.
Escandar explicó que Monges fue atacado mientras estaba sentado con el cinturón de seguridad puesto, lo que sugiere que el ataque fue sorpresivo y premeditado. En el lugar se encontraron tres disparos de calibre 25 en la cabeza de Monges. Además, se hallaron cartuchos calibre 22, uno de los cuales coincidía con cartuchos recuperados durante un allanamiento en la casa de los Bejarano.
En el alegato remarcó que el análisis genético fue clave para posicionar a David Bejarano como el conductor del vehículo en el momento del crimen, ya que se encontraron rastros genéticos suyos en el volante y la palanca de cambios de la camioneta. Escandar subrayó que la coartada presentada por David Bejarano, en la que alegaba que había manejado el vehículo el día anterior para trasladar un cuadrante de una moto, no se sostiene. También señaló que los imputados trataron de ajustar sus declaraciones en función de las pruebas presentadas durante el juicio.
El defensor también se refirió a un testigo de identidad reservada (testigo de oídas), quien ubicó a los tres imputados dentro del vehículo en el momento del crimen. Según el testigo, David Bejarano iba conduciendo, Santiago Bejarano estaba en el asiento trasero izquierdo y Roberto Catalino Bejarano en el asiento trasero central. Escandar mencionó que el testigo también indicó que los imputados habían consumido cerveza, lo cual fue corroborado por la presencia de una botella en el lugar y el registro de 0,19 gramos de alcohol en sangre en la víctima.
Otro elemento relevante, indicó Escandar, fue el corte comunicativo de los celulares de los imputados durante la noche del 1° de septiembre y las primeras horas del día siguiente. Además, insistió en que David Bejarano la aplicación de WhatsApp antes de que su teléfono fuera secuestrado.
«La geolocalización complicó aún más a David Bejarano, ya que su celular fue detectado cerca de la zona del crimen en dos momentos clave: a las 17:13 en la antena de Mar Rojo y a las 18:42 en Arturo Jauretche, dos días después», señaló. Escandar también mencionó que la esposa de David Bejarano, Magalí Cruz, intentó proporcionar una coartada falsa, alegando que habían estado en un hotel alojamiento, algo que «no pudo corroborarse».
Por último, Escandar aclaró que, aunque no hay pruebas que vinculen a Benjamín Cruz con el crimen como autor, se podría profundizar en investigaciones para determinar si actuó como instigador. Cerró solicitando que el tribunal condene a los tres acusados por homicidio agravado, destacando la premeditación y la violencia con que se llevó a cabo el hecho.
También insistió en que los imputados supuestamente intentaron vulnerar pruebas.
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