El indicador de JP Morgan cae a 914 puntos este lunes tras romper el piso de las 1.000 unidades el viernes, en mínimos desde agosto de 2019. Los analistas evalúan el nivel que debería alcanzar para que el Gobierno pueda emitir nueva deuda en dólares.
El riesgo país de JP Morgan recorta otras 53 unidades para Argentina este lunes, en los 914 puntos básicos a las 16:30 horas, un nuevo mínimo para el indicador de los 860 puntos del 9 de agosto de 2019. Si bien se trata de una noticia muy alentadora haber quebrado el piso psicológico de los 1.000 puntos, el riesgo país -que mide el diferencial de tasas entre los bonos de EEUU y sus pares emergentes- sigue en un nivel muy alto como para que el Gobierno pueda emitir nueva deuda en dólares y colocarla en el mercado internacional a una tasa sustentable como para poder honrar los vencimientos.
Este lunes, la tasa de los bonos del Tesoro de EEUU a diez años alcanzaba el 4,258% anual. En teoría, un riesgo país argentino en 914 puntos (9,14%) demandaría el Gobierno una tasa de retorno todavía superior al 13%anual para volver atractiva una nueva emisión de deuda para los fondos de inversión.
El contraste con la región es impactante. El riesgo país de Brasil es de 198 puntos básicos, el de Chile es 116, y el Uruguay, 90 puntos. Brasil emitió recientemente bonos en moneda extranjera a una tasa de 5,6% anual. Y Uruguay colocó en septiembre deuda con vencimiento final en 2060, al mismo tiempo que lanzó una oferta de recompra de tres series de bonos globales en dólares con vencimientos en 2025, 2027 y 2031. ¿La tasa a pagar? Un 5,293% anual.
Puede decirse que para regresar a los mercados internacionales, el Gobierno argentino necesita un riesgo país de menos de 500 puntos básicos para emitir deuda en dólares por debajo de 10% anual de tasa, si se tiene en cuenta que la base de comparación, la del bono del Tesoro norteamericano.
La última colocación de bonos argentinos en Wall Street ocurrió en enero de 2018 (con riesgo país en 360 puntos), también con Luis Caputo como ministro, en la cartera de Finanzas. Se emitieron USD 9.000 millones: unos USD 1.750 millones a cinco años de plazo con un rendimiento de 4,625% anual, otros USD 4.250 millones a 10 años con un rendimiento de 6% anual y USD 3.000 millones a 30 años con un rendimiento de 6,95% anual. Luego, el 3 de abril de aquel año (riesgo país en 417 puntos) se amplió la emisión con títulos a siete años y una tasa de 5,75 por ciento.
Entre otros aspectos, la administración de Mauricio Macri no había conseguido revertir entonces el déficit primario, mientras que hoy el gobierno de Javier Milei está comprometido a mantener el superávit fiscal, un resultado crucial para la sustentabilidad de la deuda. A fines de abril de 2018 las tasas de los bonos de EEUU empezaron a subir y al rompieron la línea del 3%, tendencia que complicó el panorama de la deuda doméstica. El 7 de junio de 2018 las autoridades argentinas y el personal técnico del FMI (Fondo Monetario Internacional) anunciaron un acuerdo Stand-By de 36 meses por unos USD 50.000 millones para garantizar el pago de los futuros vencimientos, ya con un riesgo país próximo a los 500 puntos básicos.
¿Hasta dónde debería caer el riesgo país?
“La sensación del mercado es que un riesgo país de 700 puntos básicos sería un umbral aceptable para operaciones de deuda en la plaza internacional. Eso sería consistente, dada la tasa libre de riesgo de EEUU a 10 años, con rendimientos en la zona de 11%”, consideró Nery Persichini, Head of Strategy en GMA Capital.
“La intención del Gobierno es no convalidar tasas elevadas. Antes de incurrir en semejantes costos, mi impresión es que la gestión buscará dólares financieros mediante préstamos con organismos multilaterales o con operaciones con bancos, como REPO. Mientras tanto, el delivery fiscal, el programa monetario y la baja de la inflación colaboran para que el riesgo país se reduzca más rápidamente. La gran duda es la sostenibilidad externa, es decir, la capacidad de conseguir dólares ‘genuinos’ por cuenta corriente. Si el BCRA continuara comprando divisas como en octubre -el mejor décimo mes en 15 años-, el mercado debería mejorar la percepción de riesgo sobre nuestro país y ayudar a abatir el sobrecosto financiero”, precisó Nery Persichini
Amilcar Collante, economista de CeSur (Centro de Estudios Económicos del Sur), refirió que “con la tasa de la deuda de EEUU como está hoy, y aun teniendo en cuenta una baja en un rango de 75 a 100 puntos básicos de acá a seis meses, el riesgo país tendríaa que estar en 500 a 600 puntos básicos para ir testeando al menos con colocaciones de montos menores. Es probable hasta que ‘hagan punta’ las provincias antes” con emisiones en dólares.
En tanto, el analista financiero Christian Buteler indicó que “hoy una emisión de bonos al 7% anual sería demasiado pedir. Creo que la idea es conseguir un 9% o 10% y para eso el riesgo país tendría que bajar a 500 o 600 puntos más o menos para poder lograrlo. Esto sería igualmente, más o menos, para mitad del año 2025, no ahora para enero. Para los vencimientos de enero se cubre con el REPO y esto recién se aplicaría partir para el pago de julio del año que viene”.
En este aspecto, el apoyo del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que proporcionan USD 8.800 millones en financiación para el desarrollo económico, y un REPO (préstamo con garantía de activos) con bancos privados para afrontar el pago de capital de deuda, dieron tranquilidad al mercado, al margen de que el ministro Caputo dijo que el acuerdo con el FMI se renegociará en 2025.
El analista Salvador Di Stefano aportó que “no fue una mala idea comprar bonos soberanos en dólares, creemos que el riesgo país se ubicará en torno de los 800 puntos, donde se estacionará, y el mercado esperará cómo se mueven las variables de cara al año 2025. El superávit fiscal, la gran compra de dólares del Banco Central, el exitoso blanqueo y la baja del riesgo país nos hacen mucho más optimistas para el año 2025, pero entre tantos cisnes blancos puede emerger un cisne negro en el corto plazo”.
“Las elecciones en Estados Unidos pueden ser un cisne negro para los mercados. Si ambos candidatos se declaran ganadores en la noche del 5 de noviembre, viviremos días de estabilidad financiera y alta volatilidad. Desde nuestro punto de vista, si ello ocurre, será una excelente oportunidad de compra de acciones, ya sea en Argentina como en Estados Unidos”, completó Di Stefano.
Fuente: Infobae
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