Policiales

Datos del teléfonoDarío Monges hizo gestiones en julio de 2022 para que dos sicarios visiten al «Cabezón» Díaz en Villa Las Rosas

Darío Monges y "El Gringo" Palavecino en las imagenes rescatadas de la nube de un celular

La fallida gestión dejó a conocidos del «Gringo» Palavecino plantados en las afueras del penal. Monges terminó molesto y preocupado. Un mes después fue asesinado con cinco tiros en la cabeza.

El 31 de julio de 2022, dos meses después de la irregular entrevista que mantuvo con Oscar Alberto Díaz en la cárcel de Orán, donde se había presentando como asesor del entonces secretario de Seguridad, Benjamín Cruz, Darío Monges intentó sin éxito que dos conocidos, con densos antecedentes en la línea caliente de Aguas Blancas, Diego Aquino y Armando Martín Escalante, ingresaran al penal de villa Las Rosas. El objetivo de su «gestión» era que ambos pudieran reunirse con Díaz.

«Los hice bajar para ver a ambas personas confiando en sus palabras, amigo, y yo di mi palabra confiando en ustedes», le reprochó Monges a un contacto -agendado en su teléfono como «Ricardo Poclaba»- horas después del fallido ingreso.

Un mes y tres días después, el 3 de septiembre de 2022, su cuerpo fue encontrado dentro de su camioneta, con cinco disparos en la cabeza. El teléfono de Monges nunca apareció, pero con un clonado del chip se recuperaron diálogos de Whatsapp complementarios del inquietante video que mostró a Monges reunido con el jefe narco Cristian «El Gringo» Palavecino en Orán, tres meses antes de ser asesinado.

En el juicio que tiene a Roberto Catalino Bejarano y sus hijos, Santiago Ismael y Roberto David, acusados como presuntos autores materiales del crimen, la hipótesis formulada por el fiscal Eduardo Villalba es la de una deuda de narcomenudeo reclamada por Monges que los Bejarano habrían decidido «cancelar» con cinco disparos en su cabeza. Testigos que pasaron por el juicio afirmaron que Monges trabajaba para Cruz y que éste lo mandaba a negociar con «gente peligrosa». La víctima también fue señalada como «testaferro» de los hermanos Mario y Daniel Moreno, intendente de Vaqueros, quienes negaron ese vínculo. Familiares se manifestaron convencidos de que los Bejarano protegen a otros autores del crimen.

Del contenido recuperado de la cuenta de Whatsapp de Monges se desprende que el 29 de julio, a las 9.38, comenzó a explorar con un contacto agendado como «Coco Gym» (y que sería su amigo Jorge «Coco» Chávez Díaz) la posibilidad de hacer ingresar a Aquino y Escalante al penal de Villa Las Rosas, pese a sus frondosos antecedentes narcos, para que pudieran reunirse con Díaz.

Monges: -consulta, seguís en contacto con el dire del penal?

Coco Gym: -tengo buena relación, mi hermano.

Esa mañana Monges venía por la ruta desde el norte y tenía mala señal. De los mensajes que ambos intercambiaron horas más tarde se desprende que ampliaron detalles de las visitas gestionadas en una conversación telefónica previa. A las 13.12 volvieron a conectarse por Whatsapp.

Coco Gym: -pasame los datos del vago. Por favor, que si no, no van a poder hacer nada.

Monges: -Suiffi Yamila Daniela 36866757. Aquino Diego Sebastián 28756707. Para entrar a ver a Suiffi Gustavo Gabriel. Pero Diego, para ver a Oscar Alberto Alejandro Díaz.

Gustavo Siuffi es un oranense que cumple una condena por robo calificado con arma. Díaz no es otro que el recluso con el que Monges se había reunido en la cárcel de Orán y al que el ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo del Castillo del Carpio, tras su detención en ese país, donde estuvo prófugo desde junio de 2020, definió como «el sicario del narcotráfico más peligroso de Salta, que mataba personas por aproximadamente 80 mil dólares».

El 29 de julio de 2022, a las 14.43, Monges se comunicó nuevamente por Whatsapp con su amigo y pidió que para la visita al sicario Díaz se agregara otro nombre y número de DNI.

Monges: -Armando Martín Escalante 31230590. Ese es el ciego. Vos decime más o menos a qué hora, así yo te digo dónde está. Yo les pregunto y me dicen por el satelital.

Coco Gym: Sí o sí consigo.

Monges: -gracias bro, y te prometo que te voy a deber una a vos.

El 31 de julio, con todo aparentemente arreglado para los ingresos al penal, Monges se comunicó a las 16.20 con un nuevo contacto al que agendó en su cuenta como «Ricardo Poclaba».

Monges: -Pudiste hablar amigo?

Poclaba: – Sí, en eso estoy. Me dicen que tienen que empadronarse.

Monges: -No tengo ni idea. Se fueron a esperar al coche.

Poclaba: -No sé si sirve que entren hoy.

Monges: -Los hice bajar y quedarse confiando en lo que me dijeron.

Poclaba: -Sí ya se pero no sabía tantos detalles y que iba a haber tanta gente hoy pendiente de la visita.

Monges: -Pero no me dijeron eso ustedes ayer. Me dijeron que estaba todo bien. Que fueran y que iban a ingresar.

Poclaba: sí, te dije, pero están controlando. Mi jefe no puede hacer nada.

Fuente: El Tribuno

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