El ídolo asiático brilló en los Juegos Olímpicos de París. Segundo fue el australiano Kyle Chalmers, mientras que el rumano David Popivici se subió al último escalón del podio
En los Juegos Olímpicos de París se vivió un momento histórico. Como lo remarcó Gustavo Kuffner en sus relatos para la TV Pública, una escena muy difícil de ver en la natación. “Una locura, que sucedió en una final olímpica”. Es que el chino Zhanle Pan estableció un nuevo récord del mundo de los 100 metros libres, tras imponerse con un tiempo de 46.40 segundos.
Abrió las aguas y voló hacia la meta, sacándole un segundo a su primer perseguidor. El ídolo asiático rebajó en 40 centésimas la anterior plusmarca que él mismo poseía con un crono de 46.80 segundos desde los Mundiales disputados el pasado mes de febrero en Doha. Una mejora que le permitió al joven de 19 años coronarse como nuevo campeón olímpico por delante del australiano Kyle Chalmers, quien se quedó con la medalla de plata con una marca de 47.48, y el rumano David Popivici, quien celebró la presea de bronce con 47.49 segundos.
De esta manera, China le arrebató el liderazgo a Japón y se ha ubicado en la cima del medallero de la edición que se desarrolla en la Ciudad de la Luz con una cosecha parcial de nueve oros, siete platas y tres bronces. La anfitriona Francia es ahora segunda, con un total de 26 podios, ocho de ellos de oro, diez platas y ocho bronces, mientras que la delegación del país del Sol Naciente bajó a la tercera posición con ocho triunfos, tres segundos puestos y cuatro terceros. Australia (7/6/3), Gran Bretaña (6/6/5) y Corea del Sur (6/3/3) preceden a Estados Unidos, país que ha logrado hasta el momento más preseas, con treinta (5/13/12).
Un total de 47 delegaciones han conseguido ya alguna medalla. Entre las que se han incorporado esta jornada se destacan Guatemala, que ha logrado el primer oro de su historia gracias a la tiradora Adriana Ruano, y Argentina, que se ha estrenado con el metal dorado de José ‘Maligno’ Torres en el BMX libre.
Por el lado femenino de la natación, la sueca Sarah Sjostrom agigantó su leyenda y a sus 30 años conquistó el oro olímpico de los 100 libre que le faltaba en su palmarés para confirmarse como la mejor velocista de todos los tiempos. Una prueba que en principio no entraba en los planes de la escandinava, que pese a su condición de plusmarquista universal de la distancia, tan solo tenía pensado competir en la capital francesa en los 50 metros. Pero los ajustes definitivos del programa de sesiones la animaron a participar en una distancia en la que ya fue bronce hace ocho años en la edición que organizó Río de Janeiro en 2016.
Sin presión alguna, la nórdica logró el mejor tiempo de las preliminares, pero en las semifinales ya sólo pudo ser sexta superada por una nueva generación de velocistas liderada por la australiana Mollie O’Callaghan, oro en estos Juegos de París en los 200 metros libres, y que a sus 20 años parecía destinada a doblete. Pero la oceánica, doble campeona del mundo en los años 2022 y 2023, lastrada por una mala salida decepcionó en la final en la que se quedó fuera del podio tras concluir cuarta.
Todo lo contrario a lo que vivió Sjostrom, ganadora de veinticinco medallas, incluidas catorce oros, en campeonatos del mundo, que apeló a su oficio para arrebatarle el triunfo en los metros finales a la estadounidense Torri Huske y a la hongkonesa Siobhan Haughey, que lideraban la prueba luego de los primeros cincuenta metros. Un explosivo final que permitió a la nadadora sueca tocar con un tiempo de 52.16 segundos en primera posición, por delante de Huske, plata con un crono de 52.29, y de Haughey, que se colgó el bronce con una marca de 52.33 segundos.
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