A la princesa de Gales se la vio sonriente dentro de un carruaje durante el desfile militar “Trooping the Color” en el centro de Londres. Su última aparición había sido en diciembre.
Bajo un cielo encapotado y en un carruaje cubierto ante la amenaza de lluvia, Kate, la princesa de Gales y futura reina británica, regresó radiante y oficialmente a sus actividades Royals este sábado para participar en Trooping the Colour, la ceremonia que celebra el cumpleaños del rey Charles III. Solo “part time” porque aun continúa con su tratamiento de quimioterapia por su cáncer no precisado. Fue ovacionada cuando apareció en el balcón del palacio de Buckingham con el resto de la Familia Real, al final de la ceremonia.
Junto a su heredero, el pequeño George, su hija Charlotte y el travieso Louis, Kate se transformó en la atracción del tradicional desfile en el Glass Coach, un carruaje muy usado por la reina Isabel II. La ceremonia es una parada militar, con los espectaculares uniformes militares británicos, sus briosos caballos y su música, que se inicia en el palacio de Buckingham, atraviesa el Mall embanderado y luego, se dirige a la arena donde se realiza la ceremonia en homenaje al soberano.
Un día de alivio para la Familia Real al ver que el rey Charles III y Kate, la futura reina, podían participar en uno de las ceremonias más importantes de la realeza, a pesar de su enfermedad. La continuidad estaba siendo asegurada, después de seis meses horribles para los Royals.
Los ojos del mundo en Kate
Con la excepción del rey y la reina, sentados en la primera fila, los Royals lo ven desde la oficina del Mayor General, arriba de donde está sentado el rey, para resguardarse de la impredecible meteorología británica.
Kate eligió un tradicional look de los años 40, en azul y blanco, con un moño, un chignon, stilletos blancos y delgadísima, antes de perderse junto a sus hijos en la casa para ver el desfile militar. Charlotte, su hija de 9 años, la acompañaba con un vestido marinero y los dos chicos, de 10 y 6, de traje y corbata.
Sabiendo que los ojos del mundo están puestos en ella hoy, la moda sirve a Kate, la princesa de Gales y futura reina, como una armadura emocional y una forma de enviar mensajes.
A la princesa de Gales se la vio sonriente dentro de un carruaje durante el desfile militar “Trooping the Color” en el centro de Londres.
Radiante y perfectamente discreta, vestida de blanco, Kate eligió un vestido de la diseñadora británica Jenny Packham y un sombrero de Phillip Treacy, similar al que usó Meghan para su primer Trooping the Colour.
Packham, que ha vestido a la princesa Diana y a Kate para muchas ocasiones y es un elemento habitual en su guardarropa para eventos, tiene un conocimiento del afecto de la princesa por la moda simple pero llamativa. Su estilismo le habrá dado una sensación de tranquilidad en un día histórico. Pero no era la primera vez que usaba ese vestido: sin el moño azul y blanco, lo había usado el 5 de mayo del 2023. Kate adora reciclar su ropa porque trabajó antes como estilista en Jagger.
Como joyas eligió llamativos aros de diamantes y broche de regimiento (un guiño a su papel como coronel de la Guardia Irlandesa) que sirvieron como el toque final perfecto, con un maquillaje evidente pero discreto.
Al morir la reina , la princesa de Gales fue designada coronel del regimiento de Irish Guards. Por eso ella debería estar en el desfile pero se excusó por su enfermedad con una carta. La reemplazó su comandante pero utilizó un broche del regimiento.
La televisión la mostró varias veces a lo largo del desfile, sentada en la ventana, junto a sus hijos y el anciano duque de Kent en la oficina del Mayor General.
Una familia real demasiado reducida
El príncipe William llegó al palacio en el Bentley bordeaux del rey junto a su familia. Pero luego montó a caballo junto a Anne, la princesa Royal, y Edward, duque de Edimburgo, para acompañar al rey, que también por su enfermedad, iba junto a la reina Camilla en un carruaje.
La ceremonia mostró hasta dónde está afectada la Familia Real por enfermedades, traumáticas partidas de Harry, Meghan y el príncipe Andrew. No alcanzan los miembros para todas las funciones a ocupar.
El rey Charles III y su esposa Camilla utilizaron el Scotish Carriage ante la enfermedad del soberano. Camilla eligió un sombrero blanco y un tapado verde agua.
El Rey y la Reina partieron del Palacio de Buckingham en el carruaje estatal escocés. Se construyó alrededor de 1830 y fue adquirido por la reina Mary en 1930. Se recicló para convertirse en el carruaje estatal escocés en 1968, añadiendo las armas reales de Escocia a las puertas centrales.
El rey Charles , que ha creado un vínculo muy especial con Kate, recibió con alegría la noticia de su regreso a la función pública.
La parada militar terminó bajo la lluvia. Kate y los chicos iban en el Glass Coach, con los principitos fascinados mirando la ceremonia. Al rey no se lo veía particularmente entusiasmado. Tampoco cuando revistaba las tropas en el palacio, bajo la llovizna.
Kate cumplió con un ritual, donde se mide la importancia de cada miembro de la Familia Real. Apareció en el balcón del palacio, con William, su marido y heredero; George, que recibirá el trono de su padre; Charlotte y Louis, sus hijos. Al lado el rey Charles y reina Camilla, los duques de Edimburgo y el duque de Gloucester y de Kent.
Desde el Mall, los británicos y los turistas la vivaban debajo de los paraguas. Era una adhesión personal, cercana, cariñosa. La lluvia había forzado a muchos a abandonar el Mall.
Ella no solo había tomado la decisión de aparecer porque el Palacio presionaba sino en función de sus hijos. Quería mantener la rutina Royal lo más normal posible. Louis no quería perderse el paso de los aviones Arrow, que el año pasado lo forzaron a taparse sus oídos por el ruido. Diez olas de aviones y helicópteros pasaron, a pesar del mal tiempo. Y los Arraow colorados con los colores de la bandera británica. ¡Happy Birthday!, para el rey.
A la 1 de la tarde, hora británica, la Familia Real trabajadora apareció en el mítico balcón. Allí estaban los reyes, el príncipe William, sus hijos, los duques de Edimburgo, la princesa Royal y su marido. El único día en que el difícil calendario de los Royals coincide en un solo lugar.
El mensaje de Kate, la princesa de Gales
Antes de su primera aparición pública, Kate, la princesa de Gales, escribió un conmovedor mensaje personal agradeciendo al público por su apoyo, tras su diagnóstico de cáncer y revelando que esperaba asistir al tradicional cumpleaños del rey. Unas palabras simples pero conmovedoras para aquellos que padecen la enfermedad. Un mensaje de cercanía y comprensión.
En él, la princesa dice que ha quedado «impresionada» por todos los amables mensajes de apoyo y aliento recibidos en los últimos meses.
«Realmente ha marcado una gran diferencia para William y para mí y nos ha ayudado a ambos en algunos de los momentos más difíciles», escribió.
Reveló que está haciendo «buenos progresos». Pero añadió: “Como sabrá cualquiera que esté pasando por quimioterapia, hay días buenos y días malos. En esos días malos te sientes débil, cansado y tienes que ceder a que tu cuerpo descanse. Pero en los días buenos, cuando te sientes más fuerte, quieres aprovechar al máximo el sentirte bien».
En marzo, la princesa reveló que estaba recibiendo «quimioterapia preventiva» para una forma no revelada de la enfermedad y que su tratamiento está en curso y se prolongará durante varios meses.
Si bien no regresará a sus deberes públicos a tiempo completo, reveló que ahora se siente lo suficientemente bien como para emprender una pequeña cantidad de compromisos públicos en los próximos meses.
Para celebrar la noticia, el Palacio de Kensington también publicó un nuevo retrato de la princesa tomado en Windsor esta semana por Matt Porteous. Ella está en blue jeans y zapatillas, con una camiseta blanca y un blazer, en medio de la naturaleza. Un retrato íntimo, privado y de alguna manera, reflexivo sobre su actual estado de salud.
Hubo protestas
Si bien el público en el Mall aplaudió y vivó a Kate, hubo protestas de los republicanos. Con sus estandartes amarillos gritaban: «El no es mi rey”.
Desde el día de su coronación, Charles III debe soportar un movimiento que busca cuestionar su legitimidad.
En la ceremonia también estaba el primer ministro británico Rishu Sunak y su esposa, en lo que probablemente será el último Trooping the colour después de las elecciones generales del 4 de julio.
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