“Se revisan todos”, dijo Milei sobre los miembros del Gabinete; cerca del jefe de Gabinete dicen que no fue al Luna Park por cuestiones de “agenda”; su bajo perfil y el “fuego amigo” que lo esmerila.
Nicolás Posse siempre fue extremadamente parco y reservado. Y siempre rehuyó a participar de los eventos sociales y políticos en torno a Javier Milei, escenas que habitualmente sirven para refrendar la pertenencia al proyecto y transmitir apoyo al líder libertario. Pero su ausencia en el acto que el Presidente protagonizó anoche en el Luna Park hizo un ruido atronador, como nunca antes.
El jefe de Gabinete pegó el faltazo justo en un momento en el que crecen los rumores en torno a su continuidad. Su situación interna se volvió frágil. En los pasillos oficiales, distintas voces aseguran que el poder de decisión del jefe de Gabinete se fue recortando y que ya no define los nombramientos en el organigrama como al comienzo. Todo esto mientras florecen veladas críticas hacia su trabajo y es esmerilado con”fuego amigo”.
Muy cerca del Presidente, no obstante, dijeron en las últimas horas que “no hay nadie” para reemplazar a Posse. Como dando a entender que un recambio de ese tipo no resultaría sencillo ni rápido. Y que además hay una cuestión de tiempos, con la Ley Bases como un mojón al que llegar.
El propio presidente dejó la puerta abierta a su posible salida en una futura etapa. “Si fueras un técnico: ¿te parás de la misma manera ante el Real o Sacachispas? Puede ser que ante el mismo rival, necesites cambiar”, contestó Milei, anoche, al ser consultado por Luis Majul sobre Posse, en el programa La Cornisa, de LN+. “Se revisan todos”, enfatizó, sobre los miembros del Gabinete.
Entre los libertarios comenzó a crecer la versión de que, tras una fuerte discusión, el propio Milei puso distancia con su ministro coordinador, a quien conoce desde hace veinte años. El Presidente omitió mencionar a Posse en distintos discursos en los que ensalsó a sus funcionarios como un equipo de “Messis”. Hasta hoy, sin embargo, cuando fue consultado en entrevistas, el jefe de Estado refrendó a su jefe de Gabinete.
Hay quienes señalan al traspié con los aumentos de sueldo en el Poder Ejecutivo como el primer punto de inflexión. “Eso fue no conocer cómo piensa Javier”, reflexionó un colaborador muy estrecho de los hermanos Milei. El episodio le valió a Posse la salida de uno de sus principales colaboradores, el exsecretario de Transformación del Estado, Armando Guibert.
El portavoz presidencial, Manuel Adorni, hoy se ocupó de contrarrestar todas esas versiones. “No es verdad (que se va Posse). Ya pasamos por (Guillermo) Francos, por (Sandra) Pettovello y por (Luis) Caputo… hoy hubo reunión de gabinete presidida por Posse”, justificó. Y abundó: “Si en algún momento ocurre algún cambio, va a ocurrir. El gabinete no tiene ninguna novedad, es absolutamente falso”.
Consultados por LA NACION, cerca de Posse también desmintieron los rumores de salida. Señalaron que el jefe de Gabinete tenía previsto asistir anoche al Luna Park pero que no fue a último momento porque “se le complicó su agenda de la tarde y de la noche”. “Tampoco es muy fan de lo nocturno. Labura mucho y se levanta muy temprano, como bien sabe Javier”, señalaron muy cerca del ministro coordinador.
Los ruidos
En los corrillos políticos hoy circulaban todo tipo de candidatos, desde Eduardo “Lule” Menem, un nombre que implicaría mayor poder para la hermana del Presidente, hasta Patricia Bullrich, que sería una vocera potente del Gobierno además de un enlace con parte de Pro. “Humo puro”, dijeron cerca de la ministra de Seguridad. El diputado José Luis Espert y el ministro del Interior, Guillermo Francos, también entraron en las especulaciones de pasillo. Pero ningun nombre parece firme.
Cerca de los hermanos Milei admiten, no obstante, que hay déficits en la gestión, roces por los nombramientos y pujas sobre las cajas. “Posse arrancó como una voz central y poco a poco se fue apagando”, dijo a LA NACION una figura de Pro que viene siendo un testigo directo del devenir del gobierno. Todo lo opuesto a lo que ocurre con Karina Milei y el asesor presidencial Santiago Caputo, que cada vez tienen más poder de decisión, tanto en lo político como en la diaria del gobierno.
Ninguno de los rumores que circularon en el último tiempo llevaron al jefe de Gabinete a sobreactuar cercanía con el Presidente, como suele pasar en los gobiernos tradicionales ante estas situaciones. Hace mucho tiempo que no se los ve juntos porque Milei dejó de asistir a las reuniones de gabinete y prácticamente no recibe a sus ministros en Olivos. Además, en el último viaje a los Estados Unidos, según fuentes oficiales, Posse y Milei viajaron cada uno por su lado.
El bajísimo perfil que cultiva Posse tampoco lo ayuda a robustecer su figura. Tal como contó LA NACION, este ingeniero industrial aceptó asumir el rol de coordinador de los equipos técnicos de La Libertad Avanza en la campaña y luego ser Jefe de Gabinete con una única condición. Le requirió a Milei no dar entrevistas en los medios, ni hablar en público más allá de lo que le exige la Constitución. Por eso jamás fue un defensor público del Gobierno y sólo habló una vez en el Congreso para brindar el informe de gestión previsto por ley. Tampoco sorprende entonces que no asista a los encuentros no institucionales.
En las últimas horas, Posse encabezó una reunión con Mauricio González Botto, su hombre designado para controlar las empresas públicas. El jefe de Gabinete hoy sostiene injerencia en dos áreas relevantes y delimitadas: las empresas del Estado y la Inteligencia nacional. Al frente de la AFI, Posse colocó a Silvestre Sívori, un joven de su extrema confianza que asiste muy seguido a verlo a la Casa Rosada.
En La Libertad Avanza se escuchan críticas a las múltiples vacantes en el tablero nacional, los recambios constantes de funcionarios y la permanencia de un plantel de figuras del kirchnerismo y del massismo que aún tienen cargos (más de 1800 según el informe oficial de la jefatura de Gabinete).
Trascienden también pujas internas dl ministro coordinador con Karina Milei y Santiago Caputo por el control sobre las cajas del Estado (como las empresas públicas, la Anses, PAMI y el área energética), que son cruciales para la construcción política del espacio libertario.
A eso se suma que, con las restricciones de caja para pagar sueldos y proveedores -y con Toto Caputo como un guardián del gasto- los problemas de gestión comenzaron a derivar en asuntos sensibles. El nombre de González Botto, por caso, cobró trascendencia tras el choque de trenes en Palermo, cuando se supo que estaba entre los destinatarios de un memo interno que, el 3 de mayo, había advertido sobre las urgencias del sistema de ferrocarriles.
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